LA DIABÓLICA MANIPULACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Dolor de patria se siente al ver la manipulación de la información, de acuerdo con los intereses de ciertos directores de medios de comunicación y periodistas. Ya sea en el campo económico o político, en gran parte de la prensa adaptan la comunicación de los hechos o de las opiniones ajenas, según sus intereses. Reconozco que la objetividad total es cosa de ángeles, pero debe haber un respeto infinito por la verdad, por la honradez mental, por la imparcialidad, por el respeto a cualquier contendor.

Los dirigentes de la campaña oficial, más ciertos comunicadores parecen utilizar las 11 normas del diabólico Goebbels, el asesor de Hitler para la propaganda, como aquello de: -Repetir un mensaje o mentira mil veces. -Hacer creer que hay unión en torno al jefe, desorientar a la opinión pública. -Crear una falsa impresión de unanimidad. -Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos. -Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan. -Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. Limitar la propaganda a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente. -Emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. -Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario. ¿Cuántas de estas tácticas cree usted que ejerce la campaña Santo-Petrista?

Es el momento de recordar a ilustres periodistas, aquellos que nunca se dejaron arrodillar por censores o amigos: de El Tiempo, Eduardo Santos no dio su brazo a torcer aunque le cerraron el periódico; de El Colombiano: Fernando Gómez Martínez (acompañado de Julio C. Hernández, quien no era periodista pero sí socio de esa empresa), no se doblegó ante ninguna presión, ni multa y Juan Zuleta Ferrer, criticó fuertemente a los grupos que ejercían un vergonzoso culto al poder; de El Correo, Jorge Delgado G., Adolfo L. Gómez y Antonio Panesso, resistieron innumerables apretones; de El Espectador, la familia Cano, ni las amenazas ni el asesinato de Guillermo Cano los sometió. Sobre el periodismo actual, el gran periodista Juan Gossaín dice que los medios manipulan las campañas: "Porque hay interés común en tirarse a alguien, o en protegerlo. Yo nunca había visto eso…".

Los diarios no nos llevan por el camino de la reconciliación, sino de la confrontación. Por eso, en recientes sondeos de opinión, la confianza en la prensa, en promedio, es solo del 30 %, en la radio del 28 % y la de los políticos del 8 %. Se requiere que el gremio periodístico entienda que los electores no somos bobos, ni aceptamos que callen ante ciertos hechos; por ejemplo, las frecuentes incongruencias del Presidente o cuando el Fiscal de la Nación opina sin esperar el final de los juicios.

La radio y la TV le dan más tiempo frente al micrófono o la pantalla al personaje de sus simpatías, mientras al opositor se lo disminuyen; transmiten las declaraciones del entrevistado según las ventajas que le reporten, en horas de mayor o menor sintonía; si la intervención es de la misma corriente del director, le destacan lo que diga, pero si pertenece al partido opositor, no; le dan mayor o menor preponderancia a un escándalo, si eso perjudica o no al personaje que allí apoyen. Por ejemplo, en el noticiero de Sánchez Cristo, repiten tanto algunas noticias que parecen publicidad pagada. Por su parte los periódicos también discriminan y mucho: es el caso de El Tiempo, en las primeras páginas y en la parte superior presenta todo lo que favorezca la campaña Santo-Petrista, usualmente con foto. Lo que beneficie al amigo lleva titulares en mayor tamaño al que usan para dar información de la contraparte. Las noticias, testimonios o aclaraciones respecto del opositor tienen un tratamiento minusvalorado. Otra faceta de la falta de objetividad es no mostrar los problemas que vivimos: la inseguridad, los altos costos de los medicamentos, el bajo nivel de la educación, la rampante corrupción, las fallas en la justicia, la gran deuda externa del país, etc.

Notas: 1- "Dime con quién andas y te diré quién eres": Petro, Samper, Serpa, Piedad Córdoba, J.J. Rendón, Gómez M., las Farc, el ELN, Maduro, los Castro. 2- El temperamento ardientísimo de Santos, sumado al histérico discurso de Gaviria y al del malhumorado Vargas Lleras, no permiten vislumbrar nada bueno para la paz. 3-Santos calla que él era Ministro de Defensa cuando los supuestos falsos positivos. 4-Los dizque 40 senadores conservadores van a votar por Santos. Ellos ya lo habían hecho. Ni quitan, ni ponen.

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