La frontera colombo-venezolana

En medio de la grave crisis económica que padece Venezuela por cuenta de la caída de los precios del petróleo, el gobierno Maduro oficializó el cierre nocturno de la frontera con Colombia. Erizar la franja limítrofe ha sido fatal para los habitantes de ambos países, por lo que se han sucedido diversas protestas en la vecina nación y denuncias de presuntos abusos a familias cuando buscan comprar productos de la canasta familiar, los mismos que les suelen decomisar.

Las autoridades venezolanas sostienen que han conseguido reducir el contrabando y el flujo clandestino de gasolina a Colombia. Sin embargo, las cámaras de Comercio binacionales sostienen que para combatir el contrabando en las fronteras no es necesario cerrarlas, como se viene haciendo desde agosto del presente año, sino lograr que las autoridades operen dentro de normas técnicas, aduaneras y de vigilancia eficaces.

Lo cierto es que por el cierre se han visto afectadas grandes cantidades de productos perecederos, que suelen deteriorarse a la espera de poder cruzar la línea limítrofe, trámite que puede durar varios días en apretadas hileras de vehículos esperando turno. Las pérdidas son multimillonarias y degradan la calidad de vida de millares de gentes. A ello se suma que por la confusión en los procedimientos para vigilar el intercambio fronterizo, no pocas veces se incautan productos exportados o importados legalmente, en tanto que los engorrosos procedimientos para que sean devueltos a sus propietarios aumentan las pérdidas. Y todo ello mientras el grueso del contrabando, en manos de poderosos operadores y mafias, sigue moviéndose en la clandestinidad de las trochas de la extensa frontera.

Lo que comenzó como una medida temporal, ahora, por resolución del lunes pasado publicada  en la Gaceta Oficial de Venezuela N° 40.561 del 12 de diciembre, pasa a restringir de manera permanente el paso nocturno fronterizo.

Se establece, en consecuencia, que los ministerios del Interior y Defensa procedan a cerrar diariamente el tráfico entre las 6 de la tarde y las  5 de la mañana. La orden es para todas las vías  terrestres, aéreas o acuáticas.

Dado el alto grado de afectación a ambos lados de la frontera, antes que más restricciones, lo que deberían acordar ambos  gobiernos para beneficio común es agilizar el comercio, abastecer el mercado y favorecer las compras legales.

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