LA HABANA: ESE MANSO CABALLO DE TROYA II

Una vez que se tiene claridad sobre los objetivos estratégicos del chavismo frente a Colombia, expuestos por el fallecido presidente venezolano en su discurso del Fuerte Tiuna*, en el año 2004, y la posible utilización de los grupos subversivos como aliados estratégicos del proyecto bolivariano, resulta de gran interés analizar el gran plan de acción de uno de ellos, el del ELN, elaborado un año antes de aquel anuncio de Chávez. En él se muestran las razones que los indujeron a “cambiar de tercio”: de la guerra de guerrillas a la paz, como nueva bandera a enarbolar en su inalcanzada meta de acceder al poder. Es ese cambio de rumbo el que los lleva a la búsqueda de alianzas como elemento constitutivo básico de la nueva estrategia de los grupos al margen de la ley. Es de suponer que los socios naturales de esa agrupación armada ilegal, fuesen aquéllos que han perseguido idénticos objetivos, tal como lo fue Chávez, en conjunto con las FARC y con la preeminencia del llamado Foro de São Paulo, que los cubre a todos. En esa dirección es necesario formular una hipótesis de trabajo: una de esas líneas de acción -en trámite y al parecer con perspectivas de éxito- parece ser el mismo proceso de La Habana. Una experiencia en búsqueda de la paz sobre la que existen dudas en lo que hace a su desenlace definitivo y consecuencias sobre Colombia.

Entretanto, el heredero del desaparecido presidente Hugo Chávez, Nicolás Maduro, ha emprendido la segunda etapa de implementación y consolidación en Venezuela del poder populista. Ésta consiste en la destrucción de la clase media, además de la sustitución del ejército por milicias armadas y entrenadas, tal como lo describe la analista Viviana Padelin. Es ese otro paso para la implantación del llamado socialismo del siglo XXI, esencia del objetivo final que buscan tanto los grupos subversivos como los países que conforman la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), ala radical del ya radical Foro de São Paulo, que se fundóajo impulso de los expresidentes Fidel Castro y Luiz Inácio Lula da Silva.

Para dar ejemplo de la puesta en marcha de esas concepciones se pueden citar las medidas para destrucción de las dinámicas propias de la oferta y la demanda, tal como son la comercialización de electrodomésticos por parte del Estado, en la búsqueda de una eliminación de lo que para ellos es la plusvalía, la cual pasaría a ser reemplazada por la llamada “contabilidad de precios”. Esto significaría la desaparición de figuras como los participantes intermedios del proceso de producción y comercialización, así como también la disolución de lo que se conoce como “margen de utilidades” el cual, para esta idea del socialismo, constituyen una forma de explotación de unos por los otros, esto es: por parte del poseedor de los medios de producción y desus cadenas de relación en el proceso mercantil.

Para Dieterich, el ideólogo principal del proceso, no se resuelve el problema de la plusvalía mediante la  estatización de los medios de producción sino que se debe sustituir el precio de los productos por el “valor objetivo del trabajo”. En esta concepción, las tensiones y mediaciones que se dan en las etapas de comercialización tradicional hasta la llegada del producto o el servicio a disposición del consumidor, quedarían sustituidas por los mecanismos que “resuelve la informática”, en eljuego de la matriz de covarianzas propio de la disciplina estadística.

LA CONTABILIDAD DE VALORES

De esta manera, en un suerte de histórico salto de trapecio sin red que detenga una caída, la tecnología y los lenguajes formales ponen en la mesa la contabilidad de valores y sus equivalencias como sustitutos del costo final del bien establecido por las dinámicas propias del mercado, a cambio de una noción de lo que se supone es el “valor objetivo del esfuerzo puntual de producción”.Tal sustitución eliminaría de un tajoun fundamento vertebral del capitalismo, tal como lo es el llamado “precio del mercado”.

En ese peligroso derrotero que es un vuelo en el vacío sin certeza de sustentación social, ayudado sólo por el desarrollo tecnológico, el valor de un artículo quedaría determinado por las horas incorporadas en su producción y no por el equilibrio simbólico de los procesos de oferta y demanda, establecidos desde el punto inicial que marca la elaboración del producto o el servicio. En tal secuencia, un científico por ejemplo devengaría el equivalente de lo que podría ganar un operario y esto resultaría de la diferencia que resuelve una base estadística en un computador al introducir en el paquete de datos la variable “horas trabajadas”, para citar sólo un ejemplo.Ese conjunto es lo que le indica a Dieterich, en su visión “neocomunista”, que no es necesario buscar la estatización de los medios de producción para alcanzar lo que se busca en el manejo económico para restarle piso al odiado capitalismo,tal como pretendíael derrumbado sistema soviético para la implementación del socialismo.

A ese conjunto de nociones en el socialismo de Dieterich, debe agregarse un Bloque Regional de Poder (BRP), cuyo fin es el de la integración económica y política entre pares; un BRPP social que se encargaría de los movimientos de grupos de población; la autogestión, relacionadas con las llamadas “comunidades creativas y sostenibles” y como corolario: la red mundial para el diseño sostenible. Para el edificio conceptual de Chávez y su grupo de teóricos, el socialismo se construye a diario, requiriendo además -según Giulio Santosuosso- de la alianza entre “socialismo y liberalismo”***.En la suma esta forma de socialismo se apoya en la economía de equivalencias, el desarrollismo democrático nacional y regional, la democracia participativa-protagónica y las “organizaciones de base”.

Esto no es otra cosa que una forma diferente de institucionalidad, distante ya de las que proporcionó la Ilustración y el iluminismo de los siglos XVIII y XIX, con democracia representativa y división de poderes,entre otras diferencias no menos trascendentales.

PLAN ESTRATÉGICO DEL ELN

En paralelo con los avances chavistas en lo que hace a la construcción de una nueva institucionalidad, el ELN decidió en el 2003, “parar la guerra para construir la paz”. Pero cabe advertir que no se trata de la paz que ellos llaman “burguesa”, sino de aquello que resulta de su objetivo estratégico: “la toma del poder para abrirle paso a la construcción del socialismo”. Esto, en la concepción del grupo al margen de la ley, será el resultado de la lucha revolucionaria, militar, política y de masas, que incorpore al pueblo que, en forma integrada, “derrote al sistema” que construyeron los colombianos en los dos últimos siglos. El ELN asumió en el año señalado que “la lucha de guerrillas se había desgastado” como producto de la degradación de la confrontación, al tiempo que halló su tabla de salvación en la nueva situación política latinoamericana, generada por la crisis social y de desencanto con los partidos políticos tradicionales.

En efecto, en la región habían surgido gobiernos alternativos que aprovecharon las debilidades de la democracia descritas por Ravel en su libro, “Cómo Terminan las Democracias”. En la misma línea, amigos y dirigentes revolucionarios latinoamericanos le habían hecho notar al ELN las posibilidades de explorar la construcción de caminos y contextos similares en Colombia. El grupo subversivo ya consideraba, en efecto y para entonces, como un avance en tal sentido la existencia de expresiones favorables de gobernabilidad local y regional que facilitarían “las condiciones de un futuro Gobierno Nacional de Paz que se impusiera sobre el gobierno guerrerista de Álvaro Uribe”. Este gobierno provendría de “un diálogo nacional y deuna nueva manera de gobernar y no exclusivamente de un proceso electoral”.

En la visión estratégica del ELN, en aquél 2003, se anunciaba la búsqueda de cambios a nivel de gobierno o de régimen político, pero su esencia apunta a “desestabilizar el régimen para abrir una grieta en la institucionalidad que haga posible una modificación de la legalidad”. En otro aparte del documento citado se señalaba que “…el ocupar estos espacios de gobernabilidad permite mejorar la comunicación con las masas y avanzar en la politización por la vía de la participación democrática, que es otra manera de legitimar la razón de las ideas de cambio”. El plan no contemplaba la entrega de armas ni la rendición, pues éstas -las armas-serían la garantía del cumplimiento de los fines revolucionarios.

Resulta curioso que el documento incluye como demanda la instauración de una Asamblea Constituyente, similar a la que enarboló como bandera de cambio aquel primerizo Hugo Chávez y, como método refrendatorio para el futuro, el cese al fuego pero no la desmovilización. Además, se considera útil el llamado a la participación en estos planes de activistas que estuvieron vinculados con organizaciones subversivas y que aún estén defendiendo ese ideario, para aprovechar “el acumulado político”. Se lee en esa propuesta y entre líneas, la importancia de que los gobiernos y quienes aspiren a gobernar, concedan el aprovechamiento de las crisis de gobernabilidad y la “estulticia de las democracias burguesas”a los mentores de la nueva razón de Estado.

En el conjunto y para la garantía de los nuevos espacios, se promueve la acumulación de masas y su posterior politización con el fortalecimiento de alianzas sociales y políticas. Algo que ya comienza a palparse y percibirse en el vigente panorama político regional y también colombiano. Todo esto con el propósito de abrir, mediante la movilización, las puertas de la nueva gobernabilidad. Aunque también con la capacidad para defender a los gobiernos que portan las banderas de lo que entienden como “nueva visión”, enuna suerte de no retorno una vez que se alcance el poder (aresprensa).

*Chávez dijoante sus camaradas de armas: “…existen dos ejes, el eje sobre el cual corren fuertes vientos de cambio, que forman Caracas y Buenos Aires; el otro es el eje del Pentágono, ejemonroistaque como estrategia debemos destruir. Es el que integran Bogotá y Santiago de Chile…”

***En un“Aló Presidente” de 2003, Hugo Chávez habló del socialismo desde la perspectiva liberal de Giulio Santosuosso. Para este último existen confusiones conceptuales cuando se identifica al capitalismo con el liberalismo y al socialismo con el estatismo. El ideal de una sociedad justa se realizaría mediante una alianza entre socialismo y liberalismo.

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