La lección de la cizaña

“El mayor defecto de los hombres consiste en preocuparse arrancar la cizaña de los campos ajenos, descuidando el cultivo de sus propios campos.” (Confucio) “Los periodistas son quienes reparten cizaña en la vida moderna.” (Pablo Picasso)

Dijo el Papa Francisco: “No pierdan la paz por la cizaña” sin nombrar personas y varios comunicadores corrieron a ponerle nombres a la planta. Ignoran que siendo jesuita, el Papa Francisco pertenece a la escuela de Jesús, por lo tanto utiliza parábolas y nos invita al discernimiento inteligente. Eso es lo que hace cuando cierra los ojos, se concentra y discierne para saber qué viene inspirado por el espíritu del bien o del mal, en lo que ve y oye, siente o piensa, de sí mismo, los otros y las circunstancias cotidianas o políticas, teniendo como guía hacer la voluntad de Dios. Pero ‘hacer la voluntad’ de Dios significa que en usted mora Jesús y para ello tiene que podarse a sí mismo permanente y dolorosamente, de sus enemigos: el demonio, el mundo y la carne. Espero que usted, querido lector, sepa distinguir cuándo ‘leer’ al Papa de manera literal y cuándo hacerlo en profundidad.

La cizaña hace parte de la parábola “El trigo y la cizaña” que dice así: “El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" Él les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Dícenle los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Díceles: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero." Mateo 13, 24-30Biblia de Jerusalén.

Para entender y aplicar este texto hay que saber que su verdad requiere de un conocimiento y método especial cuyo objetivo es que aprendamos a percibir y discernir internamente lo esencial de lo externo, sin dejarnos engañar por las formas o enunciados. Sócrates lo hacía mediante el razonamiento inductivo; Jesús a través de una limpieza interior que nos pusiera en contacto con una inteligencia superior para captar su sabia y santa voluntad. En la Biblia esto se discierne cuando Ezequiel 12:2 dice: “Hijo de hombre, habitas en medio de la casa rebelde; tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde.” La casa es la sociedad y la rebeldía es el resultado del engaño. Veamos lo que significaría la parábola para los no creyentes, humanistas, literatos, esotéricos:

¿Qué significa ‘Reino de los cielos’? En esta parábola es algo que usted (su Yo trascendente) hace consigo mismo (su ego y las decisiones de su intención y actos) y sus responsabilidades (el campo, las actividades de la vida). Pero sus ‘siervos’ (mente, raciocinio, sentimientos, voluntad, principios, valores, etc.; es decir, todo lo que lo hace un buen ser humano) se ‘duermen’. Por eso el enemigo llega de noche; es decir cuando no usamos nuestras facultades superiores.
¿Qué es el trigo? Las leyes y constitución; usted y los que lo rodean, sus hermanos; la civilidad. Lo bueno.
Actuación del ‘enemigo’. Engaña sembrando algo parecido a lo bueno y desaparece; la mala política.
¿Quién es el Señor? Dios, el líder excelente, un padre de familia, un buen maestro, el buen ejemplo.
¿Quién es el enemigo? Alguien que substituye al Señor, el buen líder, las leyes; obviamente el diablo, las malas compañías, la corrupción, etc.
¿Qué es la cizaña? Físicamente es una planta de tallo ramoso, hojas estrechas y espigas anchas y planas cuyos granos contienen un principio tóxico; crece espontáneamente en los sembrados y es muy difícil de extirpar. Es parecida al trigo. Si usted ve fotos y la descripción biológica de ambas plantas podrá entender por qué Jesús las escogió para su ejemplo. La cizaña es naturalmente tóxica; el trigo produce alimento, después de un proceso voluntario. Es el permanente dilema de escoger entre el bien y el mal; entre dos bienes; entre el amigo y la justicia, etc. Pregúntese entonces:
¿Por qué el Señor no confía en el discernimiento de sus siervos? Porque actúan de acuerdo con una opinión y podrían ser injustos; por el contrario Él actúa de acuerdo con el principio de la realidad, la verdad: la cosecha, el fruto final.
¿Quiénes son los segadores? Ciertas circunstancias en donde sale la verdad; la justicia verdadera y honesta.

Traduzcamos ahora esta parábola a nuestras circunstancias domésticas.

Paz como convivencia. Para que el trigo sea harina y pan, requiere de un largo proceso que cuesta dinero y esfuerzo; organización y honestidad.
Paz como alimento. Si ese proceso no se realiza, el trigo queda como salvado; apto para caballos, vacas, animales de finca. Por eso desde un comienzo nos dijeron que teníamos que tragar sapos. ¿Pero somos acaso caballos, mulas que nos alimentamos de salvado; o reptiles y lagartos para alimentarnos de sapos?
Caballo: rumiante de un mensaje; listo para trabajar y hacer lo que le dicen, según el amo. Farc. Intereses políticos. Mafia.
Gavillas para quemar; granero para guardar. Operación del discernimiento justo, mediante jueces, probos, incorruptibles, objetivos, no politizados.
Papa. Un maestro ignorado, como el Señor de la parábola.

Pero como Jesús era un excelente maestro, explicó la parábola: El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38. el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; 39. el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. 40. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. 41. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, 42. y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 43. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga. Mateo 13, 37-43

Las parábolas de Jesús han sido interpretadas de diferentes maneras, pero suponen que el hombre tiene un alto nivel de discernimiento interior que no utiliza porque está confundido por las TEORÍAS del bien y el mal, la verdad y mentira, la corrupción y la oportunidad, la justicia y su apariencia, la esperanza y el optimismo, el contentamiento y la alegría, etc. Sus maestros son las doctrinas, ideologías y pareceres. Hubo un tiempo en que el hombre obraba de acuerdo con el reconocimiento interior de lo bueno, lo que unía a todos. Si el Bien era lo primero, el resto no tenía importancia; si el BIEN O DIOS ocupaba la prioridad número UNO, el resto se ordenaba. Esa era la condición del Génesis en donde el hombre andaba con Dios. Pero vino la ambición de sustituirlo y ocurrió Babel. Y miremos nuestro ejemplo doméstico que es el de todos los países. Todos los políticos dicen querer servir al país, pero no se ponen de acuerdo sobre lo que es el BIEN, luego la política se vuelve división y acuerdos temporales. Todos son buenos, pero a la vez culpables.

En nuestra patética negociación de paz se hizo y se sigue sosteniendo bajo el absoluto supuesto maquiavélico de que el hombre es malo para convertir el mal menor en una razón de estado. Entonces, hacer concesiones vergonzosas a las Farc es ‘menos malo’ que un ‘baño de sangre’ y por ahí se sigue robar un plebiscito, aprobar todo por fast track, etc. Claro que a eso lo llaman ‘pragmatismo’. Y así evitar un baño de sangre es la excusa para atemorizar, perseguir, las alianzas contra quien critique ‘la paz’; es decir, se escogen otros males supuestamente menores para mantener ‘la convivencia y la paz’, pero con esos males menores seguiremos viviendo en un infierno de baja intensidad, llamado ‘guerra fría’, tan letal o peor que la guerra. ¿Y por qué se sigue manteniendo esa concatenación de males menores? Porque la conciencia del bien ha sido remplazada por la pereza de la ‘normalidad’.

Pero el supuesto maquiavélico de que el hombre es malo, está errado; porque no es un absoluto moral, sino una condición cultural. En otras culturas se considera que el hombre es bueno, digno de confianza. Lo puede ver en las costumbres diarias. ¿Por qué el actual escándalo de la justicia? Porque supusimos todo lo mejor de los magistrados. ¿Por qué la contienda y definición por el voto? Porque suponemos la honestidad de las personas. ¿Por qué no tenemos una dictadura? Porque, con todos nuestros defectos, somos capaces de autorregularnos, luego hay una luz del bien en cada uno de nosotros. Pero una minoría ha decidido que no es así. ¿Escucharemos nuestra conciencia interior del bien o nos dejaremos engañar por ‘el diablo’ de la conveniencia?

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