La paz está de un cacho

Como las autodenominadas Farc, se ufanan de no tener inconveniente con el dios cronos, como no se encasillan en los cuatrienios presidenciales y sus propuestas se hacen para ser cumplidas el día que San Juan agache el dedo; iniciaron el 19 de noviembre del año 2012, como lo hicieron con Belisario y con Pastrana, unos diálogos de paz sobre una agenda de cinco puntos: 1. Política de desarrollo agrario integral, 2. Participación política, 3. Fin del conflicto, 4. Solución al problema de las drogas ilícitas, 5. Víctimas y verdad.

Las Farc, desde siempre han luchado con alma, vida y sombrero por la tan anhelada por ellos, “Tregua bilateral”,  con la secreta esperanza de convertir  a Colombia  entera en un súper Caguán, donde nuestras Fuerzas Armadas quedarían maniatadas y ellos a tutiplén gozando del narcotráfico y restantes entradas ilegales. Muy a pesar de que el Gobierno nacional, por intermedio del doctor De La Calle, lo ha negado por todos los medios, las Farc siguen planteando como sin querer queriendo, que el objetivo de la mesa en Cuba es la media bobadita de “cambiar la estructura económica, política y social del país como presupuesto indispensable para alcanzar la paz”; entre cuyos pasos iniciales está el de ampliar las “zonas de reserva campesinas”, para crear “repúblicas independientes”; que de hecho hoy sobreviven en El Pato Huila y 5 zonas más, o enrolar a guerrilleros como soldados, como lo  propone Petro, dizque porque los angelitos tienen vocación militar.

Hablando de los términos, el Presidente prometió en su primer gobierno que el diálogo sería de meses, mientras las Farc, que sí saben para dónde van, hablaron desde un principio de unos diálogos intemporales que en la práctica rebasaron los cuatro años del periodo presidencial y nada pasó, excepto que el tema se volvió caballito de batalla electoral.

Para completar el panorama de inocencia absoluta en la que se encuentra inmerso el país, ahora le dio a los medios por hacer una campaña publicitaria, cuyo nombre soy incapaz de recordar, pero que invita a los ciudadanos de bien a tener gestos de paz, a perdonar a sus enemigos, a apoyar un proceso de paz a ojo cerrado sin saber ni siquiera que Colombia está en juego, en fin, dirigida a quienes no han cometido ningún tipo de delito, pero que sí han sido víctimas de los narcoterroristas de derecha y de izquierda que son las dos caras de una misma moneda, pegada con otro mal mayor que se llama corrupción y falta absoluta de valores. Mientras tanto quienes sí deberían escuchar dichos mensajes, se solazan en La Habana o se dedican al narcoterrorismo en Colombia.

La paz está de un cacho, nos decía hace algo más de 17 años en video que circula por YouTube, el señor Juan Manuel Santos. No sé a qué cacho se refería el señor Presidente, lo que si se es que el tema de los tiempos está un poco trabado y muchos ya pintamos canas, esperando el dichoso día en que por fin, los que tienen que arrepentirse, se arrepientan, no los ciudadanos honrados que ningún mal hemos hecho. Con esa campaña, estamos como en la iglesia, que los sermones se los ganan, quienes van a misa. Un feliz día y mucha prosperidad.

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