La paz esté con vosotros…y con tu espíritu

Complicado luego de tantas diferencias y roces, ver juntos tomando un café al expresidente Álvaro Uribe V. con el presidente Juan Manuel Santos C., para tratar un acuerdo sobre lo fundamental, en las negociaciones de La Habana con los señores de las Farc, claro que eso sería lo ideal para bien de la patria.

Nunca se le ha escuchado al expresidente Uribe Vélez decir que es enemigo de la paz. Durante los períodos en que estuvo en posiciones decisorias buscó la paz de muchas maneras, hizo contactos con diferentes personalidades, tuvo reuniones de alto nivel y demostró que era capaz de hacer sacrificios para bien de la patria; esa siempre ha sido la prioridad para él.

La diferencia fue haberlo hecho sin prensa, radio o televisión y es por eso que algunos creen que el expresidente es enemigo de la paz: hay que tener en cuenta que aunque la forma era diferente, evitando la tolerancia, la impunidad y pasar por la borda la justicia, el objetivo era el mismo; buscar la paz que anhelamos todos los colombianos.

La paz la han buscado todos los presidentes desde el año 1982 hasta hoy: Belisario Betancur con las palomas; Virgilio Barco, con su comisionado; Gaviria abriendo espacio con la Constituyente; Samper con los contactos internacionales; el expresidente Pastrana con el Caguán y el expresidente Uribe Vélez sin mucho despliegue, pero la buscó e hizo contactos y ofreció facilidades.

Todos engañados de alguna manera. Hay que conocer la historia y recordarla para no estar formando bochinches, como los que aprovechan algunos locutores, que en muchas ocasiones les interesa más echarle leña a la hoguera buscando distanciar a los personajes, que hacer su labor buscando la reconciliación de una manera profesional.

Las aves de mal agüero siempre han existido y más cuando hay de por medio tantos intereses. El o los acuerdos para llegar a la paz han sido enmarcados dentro de una campaña electoral reeleccionista, que levanta ampollas y donde hay tantos arribistas que buscan más los beneficios personales que el bienestar de la patria.

La paz es de todos y para todos, es algo que los que hemos sufrido los rigores de la guerra en carne propia, que somos la mayoría de los colombianos del campo rural, hacemos votos para que se llegue algún día a ella, pero cumpliendo con la justicia, con los acuerdos internacionales, de una manera transparente y sin trampas, claro está, haciendo concesiones que no lastimen la democracia y el estado del derecho.

Somos la mayoría de los colombianos respetuosos de la democracia, la gobernabilidad y de la institucionalidad, algo hay que hacer: bajando los espíritus, buscando acuerdos, respetando al adversario y evitando las ofensas que son el combustible que algunos personajes alimentan, manejando de una manera sesgada los antecedentes de esta larga historia.

La paz la anhelamos todos. Lo que está ocurriendo es que se tienen diferencias para hacerlo y de ahí el deber patriótico para buscarla, concertando acuerdos, con humildad y tolerancia, evitando el unanimismo de muchos lambones, que les interesa más la confrontación de las palabras que la paz para alcanzar la reconciliación nacional.

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