La paz neutra: el concepto del paradigma pacífico

JIMÉNEZ BAUTISTA, Francisco (2011) Racionalidad pacífica. Una introducción de los Estudios para la paz, Madrid, Dykinson, Capítulo VI.

Capítulo VI

La paz neutra: el concepto del paradigma pacífico

En este capítulo pretendemos realizar un desarrollo de los planteamientos de la paz neutra como eliminadora de las violencias culturales y simbólicas. La tarea de la paz neutra es la de neutralizar los elementos violentos (culturales y simbólicos) que habitan en los patrones que posee cada sociedad para organizar sus relaciones entre los individuos, la familia, los grupos y el conjunto de la sociedad.

Lo primero que tenemos que saber es que la neutralidad no existe dentro de los constructos humanos. Ni siquiera las denominadas ciencias exactas gozan de esa supuesta neutralidad, porque si observamos, ni la neutralidad ni la objetividad existen. Los seres humanos percibimos de modo distintos desde nuestros parámetros y valores, que son así y no de otro modo porque han sido desarrollados mediante una socialización en una cultura específica, en palabras de Johan Galtung «El mundo no es neutral. Los hechos normalmente no se dividen en pacíficos o violentos,[.…]» (Galtung, 1993a: 15).

Por tanto, afirmamos de forma rotunda que:

  • Primera Tesis. No existe ninguna sociedad neutral, ninguna persona es neutral, y por lo tanto la neutralidad no existe (esta Tesis es la que nos anima a trabajar por ella), ya que la tarea humana es neutralizar los espacios, los signos, los mitos, las identidades, etc., de violencias culturales y simbólicas.

Por qué no existe la neutralidad, es por lo que luchamos por ella, por qué en la neutralidad está la paz. Además, es cierto que la neutralidad social no existe ni se podrá alcanzar, al menos con cierta plenitud. Pero también es cierto que, como aspiración utópica a la que toda sociedad debe tender, el concepto y la práctica efectiva de la paz neutra puede llevar a mejorar considerablemente las relaciones intra e intersociales (dentro de la propia cultura consigo misma y entre diferentes culturas o sociedades). Esta idea recurre al multi-inter-transculturalismo como paradigma pacífico sobre el que se respalda la paz neutra, e incluso pensamos que se debería tender a un mayor respeto al mestizaje, es decir, una paz mestiza.

  • Segunda Tesis que defendemos: Desde nuestro punto de vista, la neutralidad es la base de toda relación social ya que con el respeto al «otro» se desvaloriza las distintas formas de violencia (Directa, estructural y cultural y/o simbólica).

Por todo ello, pensamos que la neutralidad tiene un gran valor dentro de las relaciones sociales, además, indispensable en los tiempos que corren, donde podemos señalar violencia machista o género, violencia racial, etc. Pensemos que la discriminación social nace de una vejación de unos sobre otros en el mismo contexto: el otro merece menos que yo porque no trabaja lo que debiera (es pobre, inmigrante o negro), es decir, pertenece a otra cultural inferior. En estos escenarios parece necesario poner en juego el concepto de paz neutra y lo vamos a argumentar con algunos ejemplos de experiencias personales para que ustedes puedan entenderlos y que pretendan hacer reflexionar al lector sobre dicho concepto.

Por ejemplo, ¿Cómo se justificó la esclavitud de los negros en EE UU en el siglo XIX? Por la supuesta inferioridad de la raza. ¿Cómo se justificó la muerte de los judíos por parte del régimen nazi? Por la inferioridad de la raza. ¿Cómo se justifica hoy la propuesta del partido racista y xenófobo catalán Iniciativa per Catalunya? Porque el equívoco en que se encuentra la cultura islámica supone un peligro para la humanidad. A esto debemos añadir una doble manipulación: se habla del Islam como si fuese algo monolítico, cuando en realidad tiene tantas concreciones como lugares en que se suele dar.

La paz neutra debe ser entendida como un concepto que posee un potencial mayor cuando pensamos que vale tanto para las relaciones personales como en lo macro-social. Es decir, no es sólo intentar establecer un diálogo igualitario entre grandes culturas, sino procurar que la convivencia cotidiana asienta en valores como la tolerancia, la solidaridad, etc. Puede parecer que la idea de paz neutra parece entroncar con la idea, por ejemplo, de tolerancia, la cual está muy cerca del pensamiento de un dejar estar, cuando parece mucho más acertado exigir una tolerancia activa, un tener que implicarse en los problemas del otro (es la única manera de que la paz neutra contribuya a una forma importante de reducir los conflictos, sobre todo en su manifestación estructural –Amin Maalouf suele señalar: «[…] no quiero que se me tolere, quiero ser un ciudadano de pleno derecho». Nosotros decimos, «Transformar conflictos para buscar la paz».

En palabras de Mayor Zaragoza,

«Tenemos hoy la fundada esperanza de que, por fin, el siglo XXI sea el siglo de la gente, de la emancipación de los ciudadanos, de la voz del pueblo, del tránsito de súbdito imperceptibles, anónimos, a interlocutores, a actores, de la nueva gobernanza» (Mayor, 2005: 1).

Según señala Mayor Zaragoza, este nuevo comienzo es una nueva etapa en la historia de la humanidad, que requiere un cambio en la mente y en el corazón, un nuevo sentido de la interdependencia global y de la responsabilidad social.

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