La pita no da para tanto

“Desánimo de compatriotas no conmueve al Presidente”

Con el respeto acostumbrado vuelvo a decirlo: La paz no lo puede todo y menos aún a través de sistemáticas mentiras que más temprano que tarde se desvanecerán por lo espurias y se desplomarán por el peso de los acontecimientos.

La calificación negativa de Standard & Poor´s de la semana pasada es más que elocuente. El Gobierno nacional ha quedado preso en La Habana, como suele suceder con todo aquél que se aproxima a las amistades dictatoriales.

Que los Santos o los López se sientan orgullosos de ser amigos o de haber podido estrechar siquiera la mano del más cruel y pavoroso dictador americano de la era contemporánea es respetable, pero que nos impongan ello como regla de conducta o como política de Estado, es una bellaquería.

Por buscar el desmonte del letrero “Farc” hemos olvidado todos los sectores productivos. Si no fuera por las acertadas políticas educativas de la Ministra Parody y, según entiendo, los positivos avances en el mar de lágrimas del Ministro Gaviria en el sector salud, la catástrofe sería completa.

El marchitamiento social, político y económico cabalga por las calles y así lo empiezan a reconocer, para desgracia nuestra, las más prestigiosas calificadoras internacionales. Al alto Gobierno no le son suficientes las expresiones internas devaluatorias, inflacionarias, anti productivas como tampoco los constantes atentados terroristas o la poca credibilidad de las gentes en la Justicia, la Policía y el Congreso.

El desánimo de nuestros compatriotas no conmueve al Presidente, como tampoco el aumento del desempleo y el desabastecimiento alimentario. Para él todo lo que importa y lo único que importa es firmar el “Acuerdo de Paz”.

Esperemos que este llamado de atención de las calificadoras de riesgo logre persuadir al Gobierno de lo que no ha podido hacer ni la oposición, ni el periodismo, ni los líderes de opinión, ni los cooptados gremios y sindicatos, ni siquiera el sufrimiento de nuestros compatriotas.

Recuerde señor Presidente que esta nación es materialmente pobre y no olvide la enseñanza de Leonor de Aquitania, “cuando se ordeña la ubre de la vaca sin que ella tenga leche, lo único que se consigue es que ella lo patee."

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