La reunificación de Alemania

*Los dictados geopolíticos
*El Premio Nobel de la Paz a Merkel

Cae el muro de Berlín, fin de la guerra fría. Al reunificarse Alemania con sus 70 millones de habitantes se convierte de nuevo en potencia mundial. Por su posición estratégica en el corazón de Europa, le corresponde a Alemania resistir por siglos la embestida de los bárbaros. El recibir Otón I en 962, de parte del Papa el rango de Emperador de Occidente, se sella el destino de Alemania como campeón de la causa de la cristiandad, bajo la hipótesis de reconstruir el Imperio de Augusto, tal como había querido restaurarlo Carlomagno. Lo paradójico de este ensayo imperial es que conduce a Alemania a sucesivas disputas con sus vecinos por la supremacía, incluso con los máximos jerarcas de la Iglesia que desemboca en el saco de Roma, al tiempo que se origina la formidable disputa de Lutero con Carlos V, rey de España y emperador de Alemania, como defensor de los valores supremos del catolicismo. Estos acontecimientos dan origen a la Reforma y la Contrarreforma, y colocan a Alemania en el centro de la disputa constante con sus vecinos, lo mismo que a la atomización del país, conquistado por Napoleón y reunificado, posteriormente, por Bismarck, quien derrota, a su vez, a Napoleón III. Así como en la I Guerra Mundial, sucumbe Alemania con el Káiser.

Alemania, por su situación geopolítica ha estado destinada a debatirse en medio del ojo del huracán. Por lo mismo se ve envuelta en la I Guerra Mundial y en la II Guerra Mundial, en la primera por cuanto se intentaba una nueva repartición del mundo por cuenta de las potencias, gobernadas la mayoría por monarcas y la segunda, en cuanto era inevitable el choque del nazismo imperante en Berlín y el comunismo en Moscú. Como ambos defendían ideologías expansionistas, los observadores sagaces con excepción de Chamberlain, entendían que el rearme de las potencias era para ir a otra guerra y no para salvaguardar la paz.

Tras la II Guerra Mundial, los Aliados deciden bombardear a Alemania, como es el caso de Múnich, con el potencial equivalente a de una atómica como las de Hiroshima o Nagasaki. Algunos pretenden arrasar a Alemania, lo que no permiten Churchill, ni De Gaulle, que entienden que es país límite de contención del expansionismo oriental y asiático.

Adenauer y De Gaulle son los padres del entendimiento entre sus respectivas naciones, lo que permite avanzar al Tratado del Carbón y el Acero, acordado en París en 1951, que une a Francia, Alemania, Italia y los países del Benelux en una Comunidad que permite la libertad de circulación del carbón y del acero. Al forjar un Autoridad común que supervisa el mercado y el respeto de las normas de competencia y vela por evitar la guerra de precios, se da origen a las instituciones que conformarán la Unión Europea. La cual no habría sido posible sin la unificación de Alemania, dividida desde la II Guerra Mundial y donde se había levantado el ominoso muro de Berlín, para dividir esa gran nación. El 3 de octubre es el día de la reunificación de Alemania, que precipita la caída del muro de Berlín. Helmut Kohl es el gobernante de Alemania Occidental, que con la chequera de esa potencia económica girando a todo vapor, consigue torcer el brazo del colonialismo de la Unión Soviética. Es el líder democristiano quien con su talento diplomático y su voluntad política inquebrantable, unifica Alemania sin disparar un tiro, mediante la inteligencia política y la negociación.

La unificación de Alemania se constituye en un hito de la historia que conmueve al mundo, en cuanto el desarrollo económico de ese país se convierte en la vitrina que comparan los países sometidos al régimen comunista, lo que los lleva a levantarse contra un sistema marxista que ofrecía el paraíso para el proletariado y había conducido a los pueblos de Europa del Este a la amargura y la miseria.

El muro de Berlín sería la peor vergüenza del comunismo europeo y mundial, el contraste de la opulencia y el humillante atraso ente las dos alemanas que unifica Kohl, no podía ser mayor. Y es en esa Alemania del Este donde nace, se educa y crecer la señora Ángela Merkel, que ha elevado económicamente a su país a ser el fiel de la balanza de la Unión Europea, la que conmemora hoy con orgullo la unidad de Alemania y el poderío alcanzado, gracias al talento político, la tecnología y el trabajo de sucesivas generaciones. Ángela candidata al Premio Nobel de la Paz, por su gestión pacifista y favorable a la diáspora que arriba a Europa.

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