La semana que complicó el futuro del chavismo

La semana pasada fue difícil para Venezuela. En el curso de 48 horas, el país vio cómo su aliado más cercano y modelo ideológico, Cuba, inició una mejoría de relaciones con su mayor enemigo, Estados Unidos. Al día siguiente, Washington fustigó a funcionarios venezolanos con sanciones, incluyendo el congelar sus bienes, así como negarles y revocarles sus visas.

Ambas acciones crearon la sensación de que el gobierno socialista de Venezuela está más desfasado y aislado que nunca, dijeron analistas. Y son probablemente un preámbulo adecuado para lo que será un turbulento 2015 mientras el gigante petrolero ha caído en tiempos difíciles.

Para muchos, la semana se resumió en dos imágenes. El lunes, durante un mitin, el presidente Nicolás Maduro se burló de la amenaza de sanciones, al decir a sus seguidores que el Imperio Yanqui podría “meterse sus visas por donde tienen que hacerlo”.

Dos días después, el gobernante cubano Raúl Castro anunciaba en la televisión nacional que la isla comunista restauraría plenas relaciones diplomáticas con Estados Unidos por primera vez desde 1961.

Mientras tanto, la dirigente opositora María Corina Machado envió un tweeter a sus seguidores: “Hace dos días, Maduro ordenaba a todo el mundo que quemara sus visas para Estados Unidos. Mientras tanto, Raúl Castro estaba aplicando por la suya”.

Es difícil describir el papel de Cuba en la psique venezolana. El fallecido presidente Hugo Chávez llamaba a menudo a Fidel Castro su “padre” político y lo trataba como un hijo que lo adoraba.

Además, Venezuela envía a la isla 100,000 barriles de combustible diarios que La Habana paga en especies, con el envío de miles de médicos, y asesores militares y políticos a Venezuela, lo que sólo aumenta la influencia de la isla.

Pero mientras Venezuela lucha con los precios en descenso del petróleo y una profunda crisis económica propia, La Habana está bien consciente que la generosidad está en riesgo.

“Cuba, como el resto de Suramérica, sabe que el modelo venezolano no es viable”, dijo el gobernador del estado Miranda y dirigente opositor Henrique Capriles en una declaración. “El gobierno cubano sabe que no puede vivir más de los recursos de nuestro país debido al deterioro económico”.

Y algunos se preguntan si el paso de acercamiento de Cuba con Estados Unidos podría tener un triple efecto en Venezuela, que no tiene un embajador en Washington desde el 2010.

“Nicolás Maduro tiene un enorme dilema”, dijo Jesús Seguías un analista político y encuestador con DatinCorp que reside en Caracas. “¿Cómo va a justificar su política antiimperialista cuando su principal amigo se ha convertido en un aliado del imperio?

Mientras Maduro se burla de Estados Unidos y aprieta al sector privado con expropiaciones, precios draconianos y controles de divisas, Cuba “no sólo extiende un puente, sino una autopista hacia Estados Unidos”, manifestó Seguías.

“Nicolás Maduro no tiene más opción que seguir el camino de Cuba”, especuló Seguías. “Cuba le ha dado a ellos un alerta al decir ‘Miren, tienen que llevarse bien con Estados Unidos y llegar a un acuerdo con el sector privado. La economía socialista administrada por el estado es un fracaso en todas partes’”.

Cuba no abraza exactamente los ideales de EEUU. El sábado, durante su mensaje a la Asamblea Nacional, Raúl Castro dijo que la isla se mantendría firmemente comunista y un seguro amigo de Venezuela. Castro también prometió defender a Maduro contra los esfuerzos de “desestabilización y las “pretensiones [de EEUU] de imponer sanciones a esa hermana nación”.

Venezuela necesita todos los amigos que pueda, pues se ha convertido en el patético ejemplo hemisférico de la disfunción económica. Está abrumada con una economía en contracción y una inflación galopante del 63.4 por ciento hasta agosto, de acuerdo con cifras oficiales. La escasez esporádica de alimentos y bienes básicos ha llevado a enormes colas que amargan el estado de ánimo nacional.

La caída de los precios del petróleo ha obligado al gobierno a reducir su presupuesto en un 20 por ciento y busca desesperadamente ingresos con la venta de bienes – incluyendo, potencialmente, sus operaciones de Citgo en Estados Unidos. El déficit presupuestal también amenaza a los populares programas sociales que apuntalan el apoyo al gobierno.

Alrededor del 82 por ciento de la población cree que el país se encamina en la dirección incorrecta, de acuerdo con un sondeo de Datanalisis. Y el 68 por ciento estima que Maduro debe dejar su cargo o enfrentar un referendo revocatorio en el 2016 – en vez de cumplir su término completo hasta el 2019.

Oliver Wack, el principal analista y líder del equipo para la región andina de ControlRisks, dice que alerta a sus clientes a que estén preparados para más protestas callejeras en Venezuela a comienzos del año próximo, después que terminen las festividades, se hallan gastado los bonos de fin de año y el estado de ánimo se torne adusto.

“Creo que va a ser un año muy desafiante”, agregó Wack.

Y Maduro podría hacer las cosas más difíciles cuando anunció recientemente que en el 2015 podría dedicarse a tiempo completo a “luchar la batalla económica”, mientras delega todas las otras responsabilidades en el joven vicepresidente Jorge Arreaza, quien está casado con una de las hijas de Chávez.

Maduro “entra en una arena de la que no puede salir victorioso”, dijo Wack, quien especuló que las fuerzas dentro del chavismo podrían tratar de estar aislando a Arreaza de los problemas económicos para que se mantenga como un candidato viable en el futuro.

“Será interesante ver cómo se desarrollan las relaciones entre Arreaza y Maduro”, agregó Wack. ¿Podrá lograr Arreaza “mantener sus ropas limpias de la gran mancha que será el manejo de la economía durante el próximo año?”

Pero la nueva descripción de empleo de Maduro podría también ser una política inteligente. Venezuela verá el año próximo elecciones en la Asamblea Nacional donde se espera que la oposición logre ganancias.

Bajo el pretexto de visitar granjas y fábricas, Maduro esencialmente viajará en una gira de campaña por todo el país para buscar apoyo a los candidatos del partido gobernante, dijo Alfredo Croes, un analista de Croes, Gutiérrez y Asociados con sede en Caracas.

“Su nueva posición será particularmente útil”, agregó Croes. “Dará la impresión de que el presidente entrega su completa atención al tema [la economía] que en este momento es el más importante para el país”.

A pesar de las debilidades del partido gobernante, la oposición también está desorganizada, pues sus abanderados por largo tiempo han sido marginados. El ex alcalde y candidato presidencial Leopoldo López está en la cárcel por su papel en las protestas antigubernamentales que agitaron al país en febrero. María Corina Machado, una legisladora de oposición, se vio despojada de su puesto de trabajo y enfrenta cargos por un supuesto complot para matar a Maduro; y Capriles, un dos veces candidato presidencial, está desfasado del estado de ánimo nacional.

“Lo único que puede hacer la oposición de Venezuela en este momento es burlarse de Maduro”, manifestó Croes. “Eso es todo lo que puede hacer”.

Seguías dijo que la falta de liderazgo – en ambas partes del espectro político – hace volátil a Venezuela.

“Cuando las personas no tienen confianza en ninguno de sus líderes, ellos inventan uno”, agregó, al destacar que el repentino ascenso de Chávez al poder en 1999 fue producto de una crisis como ésta.

“Este año que viene va a ser de resultados”, dijo Croes, “pero serán resultados impredecibles”.

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