La serpiente y la luciérnaga

“Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte.” Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo.” Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto del abismo. (Isaías 14:12-15).

“¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?”

Lo que se revela en Hebreos 1:14 sobre los ángeles y su misión salvífica.

Este es un escrito para niños y adultos en el que procuramos aproximarnos a un problema serio desde la mentalidad de un adulto y la sabiduría de un niño. Se trata del origen de la estructura de la envidia, la mentira que pueden desembocar en la sátira política y nuestra capacidad de afrontar sus características con nuestra habilidad macondiana de fabulistas. Esta última característica por cuanto los niños nos ponen en nuestro sitio con su inocencia. ¿No siente Daniel Samper Ospina vergüenza al atacar la inocencia de una bebé? Por si acaso se le olvidaron las lecciones de catecismo le recuerdo lo que está previsto para los que escandalizan a los preferidos de Jesús; he aquí su posición radical: " Ay de aquel que haga pecar a uno de estos inocentes que creen en mí, mas le vale que se ate una piedra de molino al cuello y se lance al mar.” Mateo 18, 6

En mi artículo anterior, “La urbanidad en clave política,” pretendía construir un sucedáneo disuasivo de una enfermedad social que es difícil admitir: la envidia. Me animé a investigar un poco el asunto al ver brotes preocupantes desde algunas columnas de opinión, por ejemplo la ‘berejanitis’ y la ‘samperitis’ agudas contra el Centro Democrático. (Su núcleo de infección se llama Ramiro Bejarano Guzmán en su artículo “Se busca candidato” y Daniel Samper Ospina en su permanente ataque a Uribe).

Pero dejando la sátira a un lado para que nos entendamos y vacunemos, digamos que la envidia es una circunstancia afectiva del carácter, poco placentera, en el que nos damos cuenta de un sentimiento de inferioridad o carencia que se puede traducir en hostilidad y resentimiento. De pronto los camaradas no se dan cuenta que lo suyo es una política de envidias cuando le achacan ese resentimiento de clase a la ‘injusticia’ sin tener en cuenta los números para hacer los cambios que proponen. La envidia es lo que sentimos cuando nos damos cuenta de algo que no tenemos cuando una persona o grupo disfrutan de: posición social, bienes, dinero, atributos físicos, intelectuales o morales que producen la admiración y respaldo de otros.

La rebelión de Satanás se debió a la envidia y el orgullo. El primer crimen registrado en la historia, el asesinato de Abel, fue el resultado de la envidia. Cristo retó la supuesta rectitud moral de los agresores de la adúltera cuando demostraron su envidia al ver que un justo la defendía: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.” Por lo que quizá si entendemos ese pequeño demonio podremos hacer algo positivo para desescalar nuestro desencuentro social, pues no existen fórmulas mágicas. Las siguientes observaciones o directrices podrían servir para una buena confesión de ciertos políticos y sus amigos ‘arrepentidos’.

1. ¿Reconoce usted algún sentimiento negativo (miedo, envidia, rabia, exageración) cuando observa que su contendor político o un personaje famoso que usted envidia, es elogiado, admirado, indicando que él / ella tiene algo que usted desea? Observación de campo: En el artículo mencionado Bejarano denigra: “el CD es una secta”; exagera: (Uribe) “es un Dios de carne y hueso.” Diagnóstico político: La envidia de Bejarano no le permite discernir que un excelente líder, lo es, porque tiene buenos seguidores que han demostrado sus capacidades en el triunfo de elecciones y plebiscitos, por lo que sus contradictores han utilizado algunos de los métodos de la cobarde envidia. Por el contrario, un mal líder con poder intimidatorio (Santos y Farc) no tienen seguidores, sino gente interesada o amedrentada que se deslindan en su primera oportunidad.

Observación de campo: En la columna de Daniel Samper Ospina "Mi voto es para la doctora Paloma" dice refiriéndose a su indefensa bebé de meses: “Porque la doctora Paloma tuvo una hija y le puso Amapola, cosa que casi le critica el doctor Londoño, que es tan duro con todo lo que tenga que ver con drogas. Cuando era ministro, no dejó una sola mata de coca. Y lo dijo él mismo, por si no me crees…A Jorge y a mí sí nos pareció raro que la doctora le pusiera Amapola a la hija, con todo lo que ha sucedido con el cartel terrorista FAR. Pero bueno, de grande será heroína, como la mamá…y yo traté de acercarme para la foto con la doctora Paloma, pero ya se iba para la casa a ver a la niña. Dios mediante la cuide y busque el varoncito para quedar con la pareja. Le podría poner Opio.” Diagnóstico moral: Es un infame. Argumentación: Infame viene de infamia que se define como un término que se utiliza para denominar la maldad, materializada en algún comentario, información hecha pública, y que es capaz de afectar y asestar un duro golpe a los sentimientos, la honestidad, buen nombre, credibilidad que ostenta un individuo o su grupo social.

En la antigua Roma la ‘infamia facti’ tenía lugar cuando el ciudadano llevaba a cabo una acción contraria a lo que establece el orden público, las buenas costumbres o la moral. Pero además de un infame moral, Daniel Samper Ospina es un cobarde al ampararse en su profesión de columnista de sátira política. Pues bien, la sátira entendida como género literario, expone o ridiculiza locuras, abusos, vicios, deficiencias individuales o colectivas por medio de la farsa, la ironía, para lograr una mejora de la sociedad. La pregunta es: ¿No rebaja Samper Ospina la óptima intención ética de la sátira al enfocarse sobre una bebé inocente e indefensa? Sinónimos de infamia son: iniquidad, afrenta, deshonor, abyección, depravación, ignominia, indignidad, ofensa, ruindad, vileza.

¿Cómo nos defendemos contra la infamia? Tomando una posición de honestidad radical con contundencia moral. Por ese motivo cuando los defensores periodistas de Samper Ospina por atacar la respuesta de Uribe en defensa de la honra de Paloma Valencia y su familia, ignoran o toleran la infamia de Samper, quedan expuestos, por un mecanismo de retribución compensatoria para que aprendamos la lección, a la sinrazón y odio de las redes, porque Samper Ospina no ha mostrado arrepentimiento por su indignidad como periodista. La envidia trastorna los límites éticos y morales de nuestras acciones.

2. ¿Menosprecia o es sarcástico usted con alguien porque recibe alguna recompensa o distinción? Observación de campo: En “Café y coca” Alfredo Molano Bravo dice: “Con bombo y platillos, alborada, llaves de la ciudad, recepción en el aeropuerto, cabalgata, himnos nacional y de Antioquia y “aspiración de olorosas esencias” llegó Bill Clinton a Medellín para celebrar los 90 años de la Federación Nacional de Cafeteros, con congreso del gremio incluido. Diagnóstico político: Por su ideología Molano se ciega a los reconocimientos naturales de un líder mundial; lo que quiere decir que la envidia produce ceguera de raciocinio.

3. ¿Se enfada usted o menosprecia cuando alguien obtiene o hace algo que la /lo distingue? Observación de campo: En “¿Liberal?” Felipe Zuleta Lleras, escribiendo sobre Viviane Morales de Lucio, dice: “Se veía venir desde hace muchos meses. Todo lo que ha hecho como senadora estaba premeditadamente calculado. Sus posiciones ideológicas cristianas, conservadoras y arcaicas frente a las minorías no eran para nada distinto que para lanzarse como candidata a la Presidencia de la República.” Diagnóstico psicológico: Me parece ver en la diatriba de FZLl una proyección muy personal porque en su artículo cuatro veces menciona como ‘argumento’ la vergüenza, mezclada con perversidad, la comunidad LGTB y el Dios misericordioso. La envidia nos hace decir estupideces en las que pelamos el cobre.

4. ¿Es usted sarcástico/a o beligerantemente negativo/a con la imagen de alguien que no comulga con sus ideas? Observación de campo: En “¡A Dios lo que es de Dios!” hablando de líderes políticos y religiosos que supuestamente mezclan religión y política, Cecilia Álvarez Correa dice: “Es resucitar la Inquisición con su hoguera para todos aquellos que no compartan las mismas creencias, aunque sean legales y legítimas. Esa mezcla y confusión retrocede en la comprensión de los asuntos de la humanidad.” Diagnóstico racional: Como todas las generalizaciones este es un pensamiento falaz. La autora no presenta un solo caso en que se demuestre la orientación religiosa en una decisión política. Por lo tanto lo de la ‘inquisición’ es un show amedrentador. La envidia trastorna la razón.

Para complicar las cosas la seductora mentira se vuelve ayudante de la envidia. San Agustín distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y sí ayudan a alguien; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien, y las mentiras que no hacen daño y protegen la "pureza" de alguien. Por otra parte, san Agustín aclara que las "mentirillas” no son en realidad mentiras. 
Esa clasificación de la mentira es entendible. Pero cuando en la modernidad surgen conceptos como la falsa apariencia, los diferentes tipos de verdades sobre un mismo hecho, la pos verdad, las falacias o errores de pensamiento, y unimos envidia a una tecnología de la mentira, fácilmente se puede constituir un sistema de comunicación política letal, invivible, persecutorio, amparado por falsedades visuales, promesas incumplidas, deseos inconfesables, mangualas, al que se llama corrupción, amparada en toda clase de derechos de expresión y acción.

Para ilustrar la situación que se vive en relación con los enemigos políticos del uribismo, quizá la sabiduría de una fábula infantil nos ayude a comprender el meollo del problema para entender de una vez por todas por qué nos atacan tanto. Recordemos, además, que al ser clasificados como de ‘derechas’, el núcleo del odio se basa en las creencias o vinculaciones religiosas. ¿Por qué será? ¿No fue el slogan comunista de que “la religión es el opio del pueblo” la primera estrategia de desinformación para neutralizar a las masas de trabajadores creyentes del siglo XX? Pero como no pudieron lograrlo Gramsci se inventó el marxismo cultural que es el que causa el agobio actual de las campañas. ¿De dónde proviene el odio a la religión?

En las citas bíblicas del comienzo vemos que la caída del hombre se debió a Satanás quien, envidioso de su posición y relación de amistad con Dios, lo hizo caer mediante la mentira. Menos mal que los ángeles buenos estaban destinados a ayudar en la salvación de la humanidad, si se deja ayudar. Alguien puede ampararse y decir que eso es un mito, olvidando que los ‘mitos’ son exageración de verdades. Por lo que nos puede suceder que al no investigar no entendemos que tengamos un enemigo maligno, invisible y poderoso; y al no conocer sus razones y estrategias, pues somos sus incautas víctimas. Lo que no nos hace necesariamente moralmente irresponsables. La razón de su odio es la envidia y la mentira la estrategia; de ahí que sea importante conocer las características de esas estructuras psíquico-espirituales. Sin embargo, en el lenguaje de un niño la tragedia espiritual que afrontamos queda bien clara.

Cuenta la leyenda que una vez una hermosa y seductora serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía.

Huyó un día y ella la seguía; dos días y la seguía… Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:

– ¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar esta ventaja a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar. -contestó la serpiente…
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? -preguntó la luciérnaga.
– No, -contestó la serpiente.
– ¿Yo te hice algún mal? -dijo la luciérnaga.
– No, -volvió a responder la serpiente.
– Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
– ¡¡¡ Porque no soporto verte brillar!!!

Pero esa ventaja que la ‘serpiente’ le dio a la ‘luciérnaga’ puede ayudar a los seres pensantes para que en la realidad no sean devorados por la desinformación, la envidia y la mentira. Por lo que si el uribismo está destinado a brillar preparémonos contra diferentes especies de reptiles: los que se arrastran ante el poderoso de turno, los bípedos del común, los que hablan y fascinan, los mudos que arman las intrigas y montajes, los invisibles jefes de todos, los racionales endebles, los desadaptados del infierno mediático que, con el sida de la ‘porno ilusión decente’ y la corrupción de menores y adultas ilusas, buscan infectar las conciencias para convertir a los incautos en titiriteros al servicio de la Serpiente Mayor que busca su perdición. El que quiera entender, buscar y comprobar, que entienda, busque y compruebe.

Espero que lo anterior produzca un juicio equitativo que al tener en cuenta el significado del contexto de las columnas de opinión analizadas, los acontecimientos mediáticos y en las redes, la tolerancia y celebración social de la irresponsabilidad periodística de Daniel Samper Ospina con su sátira ofensiva, inspirada en la envidia y la mentira, que trajo como resultado la violación de los derechos de Amapola, nos ayuden a tener más coherencia moral, política y social a todos, y especialmente al periodista ofensor que amparado en la libertad de prensa y la solidaridad de cuerpo quiere posar como víctima.

En el caso del periodista de marras nos hemos referido a una ética basada en el razonamiento sobre el caso de Amapola y su familia. Nuestra crítica se propone con una lógica basada en principios relacionados con la defensa de los derechos del niño y el derecho al buen nombre. Esta es una instancia teórica para una instancia específica para resolver un problema moral y legal. Este tipo de escenario nos deja a veces en un limbo decisorio que puede ser manipulado con argumentos en pro y en contra. Por lo que planteamos entonces otro escenario más entendible con un enfoque pragmático.

Perdónenme ahora mis comprensivos lectores las bárbaras preguntas que voy a hacer, porque hay personas a las que se les ha borrado el sentido común, por lo que espero las consideren desde un pragmatismo realista sin especulaciones: ¿Qué le habría pasado a Danielito si se hubiera burlado de Manuela la hija de Pablo Escobar? Estoy seguro de que no lo habría hecho, porque habría pensado en las consecuencias antes de escribir. ¿Hace lo mismo con todas sus ‘víctimas’ de la sátira que se ha convertido en lo periodísticamente correcto? ¿Comprenden por qué en términos generales se ofende impunemente? ¿No es eso cobardía de los ofensores que se amparan en la tolerancia y manipulación social con la libertad de prensa y expresión? Ahora el testimonio de una experiencia histórica. ¿Por qué se civilizó el ‘wild west’ norteamericano? Porque todos tenían un Colt o un Smith & Wesson y sabían disparar, pues muchos no entienden la autoridad civilizada. ¿Será que algún día aprenderemos a respetar sin necesidad de coscorrones en la conciencia? Eso sucederá cuando aprendamos a guiarnos, en la noche oscura, por la ‘luz de la luciérnaga.’

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