LA TRAMPA

No suelo publicar lo que los lectores me comentan. Sin embargo hoy hago una excepción, pues estos conceptos de J.A.H.G. me parecen atinados, pertinentes, oportunos y realistas. Los lectores dirán:

"Hace 2500 años, Sun Tzu en su obra El arte de la guerra, escribió que el arte de la guerra se basa en dos principios: El engaño y someter al enemigo sin luchar. Las Farc desde su creación quisieron alcanzar el poder por medio de la lucha armada. No lo lograron. Cambiaron de estrategia y van por el poder aplicando el segundo principio: la mejor victoria es vencer sin combatir.

Con los diálogos de La Habana obtuvieron en un año lo que no pudieron en 50 años de lucha armada. La penetración del poder judicial (caso Petro, son los albores de lo que se viene), los sindicatos, los medios de comunicación, universidades, etc., hacen parte de su nueva estrategia y les dan más réditos que las bombas y los ataques terroristas. Los dólares del narcotráfico se encargan del resto. Tienen al frente a un gobernante ambicioso pero timorato y falaz. Conocen y aprovechan sus afanes y debilidades. Saben que por su reelección hará y permitirá lo que sea.

Juan Manuel Santos quiere permanecer en el poder aplicando el primer principio: el engaño. Como no puede engañar a las Farc, pretende entonces engañar al pueblo colombiano. Ya lo hizo hace cuatro años y piensa que puede hacerlo otra vez. El engaño es la única opción que tiene para lograr la reelección. Asegura que de llegar a un feliz acuerdo con las Farc, llegaría la paz a Colombia. Falso. La paz de las Farc es diferente a la paz de los colombianos. La paz de las Farc es la toma del poder y la implantación del comunismo. La paz de los colombianos es la entrega de las armas de parte de las Farc y su inclusión y respeto al sistema democrático. Eso no va a ocurrir jamás. Las mismas Farc han pregonado a los cuatro vientos que nunca van a abjurar de su credo: el poder absoluto estilo castrista o chavista. Los diálogos son un medio para lograr el poder. No son el fin. Saben que tienen la mayor oportunidad, quizás la última, de tomarse el poder absoluto y que su mejor aliado es Santos.

Me pregunto entonces, si conocemos las protervas intenciones de Santos y los intereses siniestros de las Farc, ¿por qué los antioqueños: grupos económicos, medios de comunicación, políticos, periodistas, intelectuales, iglesia católica, etc., etc., no desenmascaran la patraña de La Habana? ¿Por qué le hemos dejado esta tarea solamente a Uribe? ¿Por qué la obsecuencia con Santos? ¿Ingenuidad? No creo. ¿Mermelada? Sin duda, pero no todos. El que calla otorga.

¿No vamos a despertar los antioqueños? ¿Le entregaremos sumisamente a las Farc lo que hemos construido en 200 años de libertad?

Ya Santos advirtió perentoriamente a sus opositores que no pueden hacer todo por conseguir votos. Que él es el único que puede feriar el país para lograr su reelección. Pobre Colombia.

Santos quiere convencernos que poniéndonos de rodillas ante las Farc conseguiremos la paz. Se escuchan las primeras voces de una Antioquia Federal. No quisiéramos, pero tocará…". Hasta aquí el comentario del lector.

Conste: soy amigo de la paz, pero no a cualquier precio.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar