La trampa de las urnas

Durante casi 100 años, dictadores han utilizado la figura de acudir a la población para legitimar sus regímenes antidemocráticos y con figuras como el referéndum o el plebiscito, han disfrazado gobiernos o situaciones de facto, mostrando ante el mundo una supuesta aceptación por parte de la población.

Basta recordar, como Hitler, para legitimar los eventos de marzo de 1938, donde con amenazas, invasión del ejército alemán y atentados terroristas realizados por nazis austriacos, logró la ocupación de Austria por parte de Alemania y posteriormente la supresión del estado austriaco y la anexión de este como la provincia alemana de Otsmark, Él anunció un plebiscito para el 10 de abril de 1938, menos de un mes después de la adhesión, que serviría para convalidar estas actuaciones. Sobre lo anterior no creo necesario recordar las nefastas consecuencias que trajo esto para Europa y el pueblo austriaco.

También en España el Franquismo en 1947, hace uso de la figura de acudir a las urnas para legitimar su gobierno de facto, esta vez mediante un referéndum para someter a votación la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, donde se aprobaba, entre otras, la constitución de España como Reino, que La Jefatura del Estado correspondía al «Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, don Francisco Franco Bahamonde» y que este elegiría a sus sucesores.

Las dictaduras latinoamericanas, no han sido ajenas a estas formas para legitimarse en el poder. Han ocurrido casos como el referéndum de Venezuela de 1957 donde el General Marcos Pérez Jiménez se ratificaría en su cargo por cinco años y a todos sus candidatos al Congreso Nacional, Asambleas Legislativas, Estadales y Concejos Municipales de manera automática. También tenemos el caso del Plebiscito nacional de Chile de 1980, donde se aprobó una nueva constitución para este país y se ratificó como Presidente a Augusto Pinochet.

Encontramos otros casos donde no son los dictadores quienes convocan al referéndum o plebiscito, si no la oposición, pero son derrotados por el fraude y el excesivo poder que tienen estos regímenes, tal como sucedió con el Referendo Presidencial de Venezuela en el 2004, donde la oposición buscó la revocatoria del Presidente Hugo Chávez y por el contrario lo que obtuvo fue una legitimación de su mandato lo cual trajo tristes consecuencias que aún padece el hermano país.

Por lo anterior llamo la atención de todos los colombianos, no caigamos en la trampa de legitimar la entrega del país, que el terror y la amenaza de guerra no nos intimide. No legitimemos la corrupción, la mermelada y el terror. El llamado a las urnas del gobierno a la ciudadanía con su famoso “Plebiscito por la paz” solo busca que los colombianos avalemos la rendición del estado de derecho al terror y legitimemos un régimen que se burla de la constitución.

Desde ya pido a los colombianos que digamos NO al plebiscito que impulsan el gobierno y los narcoterroristas de las FARC, para que no paguemos las consecuencias como lo hicieron austriacos, españoles, chilenos y aún las sufren los hermanos venezolanos.

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