Las cartas están echadas

A una semana de las elecciones legislativas y con varias encuestas a la mano, el panorama político está claro:

1. Así será el Senado

Aunque con las solas encuestas de intención de voto es difícil predecir cuantos votos o cuántas curules va a sacar cada lista al Senado de la República, con la información disponible se puede afirmar que tanto el liberalismo como el uribismo alcanzarán cada uno aproximadamente el 20 opr ciento de los votos que se depositen para Senado el próximo domingo, lo que les dará entre 20 y 25 curules. Los demás partidos se distribuirán el resto de escaños.

Los partidos De La U y el conservatismo serán los que perderán votos en favor del uribismo. La fuerte campaña publicitaria del ex presidente aclarando que su partido no es La U ha resultado definitiva en la parte final de la campaña, tanto para consolidar su intención de voto como para menguar la de su antiguo partido. Como están las cosas La U y el conservatismo perderán un número significativo de las curules que hoy tienen. La U pasará de 28 a aproximadamente la mitad y los conservadores sacarán también alrededor de 14 escaños.

Cambio Radical, con la dedicación de Vargas Lleras, mantendrá la representación que hoy tiene que son 8. La Alianza Verde conservará los  5 o 6 suyos. El PIN o como quiera que hoy se llame tendrá tres y perderá 5 o 6. El Polo llegará a la mitad de los 8 que tiene.

En suma, la diferencia significativa en relación con las elecciones de hace cuatro años es la presencia del Centro Democrático que conformará una bancada grande a costa de La U, el conservatismo y el PIN, es decir que se trata de una reconfiguración del uribismo que estaba en esos tres partidos.

Como en todos los regímenes multipartidistas los partidos minoritarios, en este caso verdes y el Polo, resultarán definitivos para conformar las coaliciones en el Senado. Los partidos santistas van a tener cerca del 50 por ciento de las curules. Uribistas, conservadores y pines llegarán a casi 40, por lo que los 6 verdes y los 4 del Polo resultarán decisivos. Así ocurre mucho en España, por ejemplo, donde los partidos nacionalistas siempre son convocados para conformar la mayoría.

2. El impacto de las elecciones legislativas será mínimo en las presidenciales

Ante la aparente incertidumbre de la elección presidencial por el alto porcentaje de indecisos o del voto en blanco, muchos están esperando que a partir del 9 de marzo ocurran movimientos significativos pero no va a ser así. Que Uribe saque 20 curules no será como ellos esperan el empujón definitivo para Óscar Iván Zuluaga cuya candidatura se desvaneció.

El 10 de marzo las encuestas deberán seguir la tendencia que llevan: Santos aumentará unos puntos su intención de voto cada semana. En esta subió entre tres y cinco puntos en todas las mediciones. Dejó de estar en veintes y pasó a un poquito más de 30.

Zuluaga detendrá su caída pero no llegará a 10 y Ramírez estará por los 5 en los que está.

Peñalosa, que ganará la consulta verde con unos 700 mil votos, les sacará unos puntos de ventaja a Zuluaga y Ramírez y probablemente se consolide como el segundo. Podría representar lo que en otras elecciones fue Carlos Gaviria, Noemí Sanín o incluso Mockus hace cuatro años.

Una posible alianza de Clara López y Aída Abella puede animar la campaña pero según indican las encuestas tampoco superarán el 10 por ciento de intención de voto.

A Santos lo ha ayudado en esta parte de la campaña la selección de su candidato a la vicepresidencia que -gústele a uno o no- es de un tamaño político muy superior a los otros que se han conocido. Los hechos del Gobierno lo benefician y lo afectan.

Los escándalos de los militares por supuesto que le pegan y la eliminación de las visas a Europa, para poner un ejemplo, le ayuda. La ventaja que tiene Santos es que ni lo uno ni lo otro impacta en sus rivales. Si Santos pierde algo por las chuzadas o porque Fabián Ramírez llegue a La Habana, eso que él pierde no se suma a ningún candidato. Lo que él gana tampoco se lo quita a nadie, se lo resta a los indecisos.

A pesar de todo el panorama está claro.

Nota: como algunos de mis lectores van a recordar, como lo hacen siempre, que soy liberal y que he sido amigo de Peñalosa, se los recuerdo anticipadamente a todos.

Ni lo uno ni lo otro afecta mi análisis, aunque como es obvio en ciencias sociales las interpretaciones están cargadas de convicciones ideológicas. Trato de no decir lo que yo quisiera que pasara sino lo que creo que va a pasar contando con la información disponible. Por ejemplo, no quisiera que Uribe tuviera una bancada tan grande como la que va a tener, creo que eso va a ser grave para la estabilidad política, pero desafortunadamente -para mi gusto- va a llegar o superar los 20 senadores.

Las predicciones tampoco son un ejercicio de adivinación. No es una bola de cristal lo que hay que mirar, en las ciencias sociales se miran las encuestas y se consideran otras variables.

Sería interesante que está semana miráramos en conjunto, a través de alguno de los instrumentos que da la web 2.0, en conjunto la información que tenemos y discutamos cómo la vemos.

Yo también quisiera que las cosas fueran como yo preferiría que fueran y no como son.

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