Las complicaciones de: “nada está acordado hasta que todo esté acordado”

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. Teresa De Calcuta

Porque estamos muy lejos de la concepción teresiana de la paz, es por lo que los acuerdos son necesarios. Sé también que hay un significado obvio que todos entendemos y que Santos ha utilizado como un mantra para indicar, cuando le piden cuentas, que todo es provisional hasta tanto se hayan puesto de acuerdo en todo; e igual explicación ha dado Humberto de la Calle. En entrevista con Vladdo, (Juan Manuel Santos: “Con las Farc nada está acordado, hasta que todo esté acordado.” 20/04/2013) utilizaba el Presidente la analogía del boceto del artista, en relación con el proceso de paz, para indicar lo provisional del asunto cuando decía: “No me juzguen por eso, que me juzguen cuando la pintura esté completa."Por eso, no todo lo que estamos entendiendo en este proceso es lo real, ni todo es provisional. La frase, ideada como el procedimiento para llegar a un documento final, puede convertirse en una herramienta política de presión.

Para dilucidar la ‘frasecita’, que sospechaba no era de Santos, y así fue, le pregunté al profesor Google: “What is the significance of "Nothing is agreed until everything is agreed"? y me envió a múltiples documentos internacionales en donde es utilizada, siendo el más reciente, el del Tratado Nuclear entre EE.UU. e Irán. Sin embargo ese asunto, no es un acuerdo, sino “un plan de acción conjunta permanente.” Si tradujéramos ese arreglo a un escenario político, tendríamos que en vez de las ‘verificaciones técnicas’ de un acuerdo nuclear, nos tocaría conceder el ‘poder’ para las ‘verificaciones políticas’ del cumplimiento de un proceso de paz.

Se lee en la parte introductoria del texto: “Esta solución integral implicaría un programa de enriquecimiento mutuo definida conlímites prácticos y medidas de transparencia para garantizar el carácter pacífico del programa. Esta completa solución constituiría un todo integrado donde “nada está acordado hasta que todo esté acordado.” En artículo anterior incluía la advertencia de un amigo sobre la ‘herramienta de la integralidad’ cuando, hipotéticamente, alguien hiciera preguntas sobre responsabilidades concretas. La ‘integralidad’ se utilizaría para remitir al cuestionador a los ‘orígenes del conflicto’ como explicación integral para satisfacer ‘el derecho de las víctimas.’ Es decir, una mamadera de gallo.

Como el ‘acuerdo de paz’ es, además de doméstico, un asunto de impacto y seguimiento internacional, el significado legal del mantra santista es dilucidado en otros escenarios que aquí, desde luego, no se mencionan para significar muchas cosas, algunas de las cuales interpreto dentro del paréntesis, haciendo mis primeros pinitos sobre la posibilidad de interpretar ‘una nueva Constitución’ que se nos está implementando sin darnos cuenta. Posibles interpretaciones de “Nada está acordado hasta que todo esté acordado.”

  1. La violación o falta de aplicación de cualquier parte del Acuerdo conduce a la cancelación o anulación de todo el documento. (Por ese motivo el acuerdo necesita ser ‘habilitado’ como algo ‘infalible’ que no pueda cambiarse para ‘garantizar’ su efectividad.)
  2. Un acuerdo parcial sería insatisfactorio. (El mecanismo de un consenso por convicción de todos vuelve el documento una Constitución. La convicción de todos es la paz; pero el deseo de la paz no es un documento vinculante.) El texto es un todo integrado y ninguna parte puede invocarse sin tener en cuenta todo el documento. (A esto lo llaman integralidad. )
  3. Sacar cualquier parte del documento vuelve todo el documento sin sentido. (La ‘infalibilidad’ del documento lo convertiría en un acto de fe. En Colombia se podría reformar la constitución, pero no el documento. )
  4. El camino está abierto para cualquier acuerdo sobre lo que el documento es; y el texto no cierra el camino para cualquier tipo de acuerdo.(Los ‘acuerdos’ como los ‘negocios’ tienen límites; no todo es ‘negociable’, por ejemplo, la deshonestidad implícita de la confusión legal intencional.) 
  5. Hasta el momento en que todo esté acordado, nada será considerado como concluyente y definitivo. (Sin embargo la manipulación política garantiza que eso no será necesario.)
  6. No se pueden tomar medidas sobre la base de cualquier sección en particular del documento hasta que se alcance un acuerdo sobre todos los asuntos de interés. (Ja…ja…ja…. El Fiscal se ha propuesto enviar a la cárcel a Uribe con base en un documento que no está acordado; luego en Colombia ‘sí se pueden tomar medidas’.)
  7. Todo permanecerá en la etapa inicial y preliminar hasta el momento en que un acuerdo se haga sobre todo el texto del documento. (No hay un texto definitivo, pero sí hay decisiones sobre ese supuesto texto de las que se especulan en los medios y el Gobierno no dice nada. ¿Qué es eso?)
  8. Ningún acuerdo se alcanza en ninguna parte hasta que las partes lleguen a un acuerdo sobre todas las cuestiones para llegar al punto satisfactorio sobre todo el asunto. (Por ese motivo, los pendientes pasarán de agache, si en el camino se aligeran las cargas.)
  9. La fórmula está diseñada para asegurarse que ninguna de las partes del documento pueda centrarse en una parte del documento que responda a sus propios intereses o preocupaciones, e ignorar los otros puntos que están diseñados para responder a las preocupaciones de los demás que se consideren como parte esencial o necesaria. (Por lo visto la parte de las críticas u objeciones de la sociedad no hacen parte de la mesa. Es decir, EL DEFENSOR DEL PUEBLO ESTÁ AUSENTE.)
  10. Los problemas sólo se mencionan en el texto hasta más tarde cuando las partes estén de acuerdo con ellas. (Los pendientes son ‘nodos’ estructurales de intereses multivalentes.)
  11. El contenido del documento está supeditado a revisiones posteriores para llegar a un texto sobre todos los temas en cuestión.(¿Incluyen dichas ‘revisiones’ el visto bueno de instancias jurídicas no tenidas en cuenta en La Habana?)

A pesar de que esos principios DESCRIBEN LA NATURALEZA del procedimiento, no del contenido, vemos que los procedimientos son ignorados, a conveniencia. Entonces se genera la DESCONFIANZA que es lo que los PRINCIPIOS DE TODO GRUPO HUMANO tratan de exorcizar. Veamos ahora las contradicciones de Santos.

  1. Decía en la entrevista citada: “Nadie cree en las FARC y yo tampoco creo en las FARC; pero estoy ensayando y me estoy cubriendo para que no me vuelvan a engañar.” Es decir, al resto de los colombianos que, por sobradas razones, no creemos en las Farc como el presidente, y lo expresamos, se nos llama ENEMIGOS DE LA PAZ y otras ‘linduras’ por parte del presidente y sus áulicos. ¿Qué es eso? Incongruencia moral. Y el PENSAMIENTO CONTRADICTORIO de Santos se sigue expresando de manera ‘ingenua y olímpica.’ Sigamos.
  2. “El país de hoy es diferente al país de hace 10 años; hay una correlación muy diferente de fuerzas con la guerrilla, en materia militar;” (El problema no es la correlación militar, sino la política que es la vía que quieren utilizar las Farc; con ella, han logrado ‘neutralizar’ mediante el ‘enredo legal’ lo que no habían logrado en el campo de batalla.
  3. “la participación de países como Venezuela y Cuba -que están genuinamente ayudando a buscar esa paz- es muy importante;” La ‘ayuda’ de Venezuela para la paz se contradice con el refugio que les dan a las Farc en su territorio, con la tolerancia del narcotráfico mediante el ‘cartel de los soles’ y el abuso contra colombianos inocentes residentes en ese país. 
  4. “el respaldo unánime de la comunidad internacional es algo también muy importante,” Ese supuesto respaldo se contradice con las objeciones expresadas por la Fiscal de la CIJ, Fatou Bensouda en carta enviada a los magistrados de la Corte Constitucional durante el estudio del Marco Legal para la paz publicada por Semana el 26 de julio de 2013: “Llegué a la conclusión de que una condena que sea grosera o manifiestamente inadecuada (…) invalidaría la autenticidad del proceso judicial nacional (…). La suspensión de penas iría en contra de su finalidad y propósito del Estatuto de Roma, debido a que impediría en la práctica el castigo de quienes han cometido los crímenes más graves.”
  5. “y la convicción interna de mucha gente de las Farc, de que la vía de las armas ya, definitivamente, no es el camino para buscar sus objetivos; de que cada vez, por esa vía se ven más y más lejos, de lograr lo que ellos, supuestamente, quieren.” Lo de las Farc no es una ‘convicción;’ es un ‘mal menor’ que aceptan a regañadientes. Tanto es así, que la ‘entrega’ está en vías de convertirse en una ficción política que convierte en simbólico el poder autonomista de las armas al no tenerlas en uso, pero a las que no se renuncia como medio político de acceso al poder. Y esto es así porque el objetivo de instalar un régimen comunista totalitario contrario a la democracia no puede comulgar con ninguna intención de paz. 
  6. Y siguen las contradicciones: “Lo que le puedo decir es que yo esperé un tiempo para convencerme que sí existía una voluntad de la contraparte y hoy puedo decir que esa voluntad existe.” Pero… “Eso no quiere decir que lleguemos a un acuerdo…” Una voluntad no es solamente la que quiere, sino la que puede; y el querer y poder están tanto en manos de las Farc como del gobierno; pero Santos no sabe procesar esas aparentes contradicciones porque su pensamiento tiene, quizá, otros intereses que no cuadran con la conveniencia nacional.
  7. “el hecho de no darle ningún tipo de ventaja militar a las FARC, y de no hacer ningún tipo de concesión en materia territorial,” se contradice con los anuncios farianos de TERREPAZ que el gobierno toma a la ligera, y que no desmiente de manera contundente.
  8. Santos culpa a la oposición de desinformar. Dice: “Están diciendo que ya se negoció la impunidad, la paz con impunidad;” Pero ¿es desinformación la aseveración de Vivanco, Director de HRW, quien después de leer el documento de justicia transicional dice que se trata de ‘una piñata de impunidades’? Afirma que la gente dice “que ya se negoció la reducción del número de efectivos de las Fuerzas Militares” Pero el mismo Comandante de las FF.AA. habla de que serán reformadas. 
  9. Lo que genera desconfianza: “Las negociaciones se medirán en meses no en años”, dijo Santos el 4 de septiembre al formalizar los diálogos de La Habana. "Los colombianos pueden confiar plenamente en que este gobierno está obrando con prudencia, seriedad y firmeza, anteponiendo siempre el bienestar y la tranquilidad de todos los habitantes”, dijo el 27 de noviembre del 2012 cuando anunció la manera como avanzaban los diálogos, hasta ese momento, en secreto.
  10. Y el mismo presidente confirma lo expuesto: “Les he mandado a decir con nuestros negociadores: tenemos que acelerar, porque la gente está comenzando a no creer en el proceso. El peor enemigo del proceso es el escepticismo, es su falta de legitimación, su falta de credibilidad. La gente va preguntando: ¿por qué no avanza, por qué no llegan acuerdos? Y les estoy diciendo: si hay voluntad, lo hacemos”, Juan Manuel Santos, San Carlos Antioquia, 8 de octubre de 2013.

CONCLUSIONES. Para entender el berenjenal de Santos de ‘nada está acordado…’ y las contradicciones de los negociadores, que nos conciernen a todos, acudiré a una analogía relacionada con la medicina. El confuso enfermo quiere estar sano, pero no puede valorar las complicaciones de la enfermedad que, en el caso de una gripa, puede evolucionar desde algo muy simple a un estado complejo. Cuando se llega a la complejidad, el enfermo y los diferentes médicos consultados, ensayan distintas opciones; si no las tenemos, podremos sentirnos seriamente amenazados; pero las muchas opciones no pueden ser todas procesadas al mismo tiempo, so pena de convertir el ‘tratamiento’ en una amenaza o en una herramienta inútil.

¿Por qué es esto así? Porque queremos tener más opciones (políticas, sexuales, intelectuales, tecnológicas, espirituales) de las que el cerebro puede procesar y manejar al tiempo. Lo que en realidad ocurre, según los psicólogos, es que todo es una cuestión de dopamina ya que, al parecer, nuestro cerebro es un adicto a la información, aunque después tenga una capacidad limitada para procesarla.

De igual forma la ‘dopamina política’ del llamado proceso de paz alimenta la ‘adicción’ a hablar, demostrar, debatir, consultar, vender ideas, rebatirlas, etc., lo que ha creado el escenario llamado disonancia cognitiva cuando dos o muchas ideas entran en conflicto. Como resultado, y para eliminar esa sensación que tanto nos molesta, nos aferramos a una idea y la defendemos. Este fenómeno se conoce como “negación de la disonancia cognitiva”.

Por otra parte, se ha apreciado que mientras más defendemos una idea, más se activan las regiones del cerebro vinculadas con las emociones de recompensa o temor. Por lo tanto, aferrarnos a esa idea nos hace sentir bien, o muy mal, aunque no estemos plenamente de acuerdo con la idea de guerra o paz.Pero… ¿En dónde está la prueba real, objetiva, e inobjetable del éxito de esa idea de paz imaginada para neutralizar la disonancia cognitiva que genera? Al no tenerla, Santos quiere vender esa disonancia mediante el folclorismo de ‘tragar sapos.’ Pero no se trata de ‘tragar’, sino de ‘conocer’ algo similar a un ‘virus’ cuyo tratamiento ciertamente pone en riesgo al paciente.En ese escenario, si lo que impulsa la guerra o la paz es la dopamina o la adrenalina ¡Ojo! Porque de lo que se trata no es de placer o dolor, sino de medicina efectiva contra la enfermedad, en donde, a veces, hasta una cirugía es necesaria.

Espero que aprendamos a manejar el cerebro para que no se nos produzca una indigestión de expectativas y medicamentos que nos quiebre el bolsillo. El lío es que entre más inseguros nos sintamos en el 2016, vamos a querer más dopamina al ritmo del bailecito de la champeta política que se van a inventar Santos y las Farc.

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