Las cuentas de la lechera

Pueda ser que las cifras económicas que hace Simón Gaviria, el director de Planeación Nacional, le salgan. De acuerdo con sus cálculos -que hacen recordar las cuentas alegres de la famosa lechera- una vez se logre firmar el acuerdo habanero, el país entrará en una prosperidad que se quisieran alcanzar los llamados tigres asiáticos.

Dice Simón, el hijo mayor de César Gaviria, que con la firma de la paz el PIB crecerá al 6 % anual, la inversión extranjera -que hoy acumula una caída del 42 %- romperá los niveles de los 36 mil millones de dólares al año, y las exportaciones se dispararán a más de 65 mil millones de dólares. Ríos de leche y miel, hasta hostigar, inundarán ciudades y campos de Colombia.

Hay aspectos que pueden destruir este paradisiaco panorama diseñado por Simón Gaviria. Primero que todo, que la paz sea efectiva y cubra todo el territorio nacional. Hay temores que muchos grupos subversivos no se desactiven y pasen a reforzar los contingentes de las bandas delincuenciales que a la sombra de la impunidad por carencia de justicia, crezcan más en las ciudades. Y ahí comenzarían a descender los cálculos optimistas que hace el delfín de la casa Gaviria.

Además hay otros factores que no obedecen a la firma de los acuerdos habaneros. Como los efectos contraproducentes que para la economía colombiana acarrea la desbocada carrera alcista del dólar.

Está por encima de los 3.300 pesos la divisa americana. Récord en la historia cambiaria del país. Eso encarece la deuda hasta llevarla ahora al 45 % del PIB, pues supera los 360 billones de pesos. Y podrá subir más su cotización, tanto si la Reserva Federal reajusta sus tasas de interés, como por la acentuada caída de los precios externos del petróleo.

La inflación sube con este dólar caro. Sus repercusiones en los precios de los artículos de consumo importados es evidente. Importaciones que seguramente se intensificarán a medida que el año entrante se agudice el fenómeno de El Niño. Con el agravante de que las exportaciones, con dólar caro, no se han incrementado sino que por el contrario se han contraído. Se calcula que su caída en este 2015 será del 38 %.

Las acciones de Ecopetrol, empresa bandera del Estado, han bajado este año en un 80 %. No hay forma de pararla. Los países de la OPEP han decidido mantener su actual producción. Y un país como Colombia, sin políticas diversificadoras de productos y mercados, sufre como uno de los que más, con tantas imprevisiones e improvisaciones en estrategias industriales y agropecuarias.

No queremos dañarle las cuentas a Gaviria. Y menos sabiendo que va para algún ministerio en donde pueda comenzar a proyectar su imagen de estadista para aspirar algún día a la Presidencia, de acuerdo con la democracia hereditaria que nos cubre. Pero pensamos, como lo hacen entidades como Anif, que ojalá fuera verdad tanta belleza. Aspiramos por lo menos a que se nos conceda el beneficio de la duda para poder asimilar el panorama económico multicolor que nos pinta el mayorazgo de la ilustre casa Gaviria.

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