¿LAS FARC O ZULUAGA?

Hubiésemos querido una elección de presidente enmarcada en la escogencia de las mejores propuestas para resolver los problemas del país, los que vienen desde hace décadas, casi siglos, como los que se están incubando desde hace poco y de los que no queremos hablar.

Más idealmente hubiésemos querido una campaña en la que los ciudadanos estuvieran analizando las mejores alternativas para potencializar las oportunidades que Colombia y sus habitantes tienen, y dejarles como herencia el camino trazado a las nuevas generaciones.

Pero lastimosamente en esta ocasión no pudo ser porque el actual presidente, uno de los más nefastos políticos de la historia de Colombia, superando a quien creíamos imbatible en términos de desvergüenza y cinismo, el infausto expresidente Samper, de quien Santos es su médium y títere, lo ha impedido.

El presidente candidato, aliado con lo peor de la clase política colombiana, léase ñoños, samperes y petros, y maestro en las peores mañas de la politiquería como: el populismo vulgar y descarado, la traición y el voltearepismo a luz del día, la toma de algunos medios de comunicación vía pauta, la intimidación de la gente con mensajes atemorizantes como el de los "hijos para la guerra", la alianza con declarados enemigos del país que luego de posesionarse se transformaron en sus "nuevos mejores amigos"; pero especialmente, se ha convertido en el mejor candidato que las Farc pudieron haber tenido en 50 años.

Ni siquiera drogados y en sueños, las Farc habían imaginado tener a alguien tan útil a sus propósitos. ¿Cuándo los delincuentes de las Farc habían tenido un presidente secuestrado y tan necesitado de ellos, que con tal de reelegirse, hubiese arrodillado al país, pisoteado las tumbas de los soldados colombianos que ofrecieron su vida para defendernos al resto, quitarles la condición de criminales y darles la de actor político, ocultar sus crímenes e incumplimientos, garantizarles por anticipado una ley de impunidad, sin haber ofrecido nada a cambio, que les borrará medio siglo de atrocidades, jubilarlos como senadores de la República y a que los protejan los miembros de las Fuerzas Armadas a quienes mutilaron y asesinaron por décadas, que les dará el control territorial de más de 9 millones de hectáreas con la figura de las zonas de reserva campesinas, pero con campesinos adentro para que sean sus esclavos, al mejor estilo africano?

Muchos no han podido darse cuenta que un potencial triunfo del candidato presidente este domingo, lo menos que sería es una injusta recompensa a una pésima labor gubernamental de cuatro años. Lo que realmente sería es el triunfo soñado de cincuenta años a la peor plaga que este país ha tenido en toda su historia. Sería darle el poder por vía legal y casi gratis, a quienes no pudieron convencer a nadie y tuvieron que recurrir a las armas, al narcotráfico, al secuestro de niños y adultos, a la extorsión y la intimidación, a la tortura y al mutilamiento.

Colombianos de bien, no premien a quien pisoteó la dignidad de ser presidente y asusta a las madres con sus hijos, pero menos vayan a elegir al candidato que necesitan las Farc.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar