Las listas y las angustias

A pocos días de conocer las listas del Centro Democrático a las diferentes corporaciones, son muchas las especulaciones en el ambiente uribista sobre aspiraciones, defecciones anticipadas, gestiones ante los dirigentes, peticiones, cartas públicas, etcétera, etcétera.

Se ven caras alegres porque recibieron un mensaje de “alto nivel” que los incluía en la lista; y, al contrario, se ven otras caras de congoja y desilusión, como de alguien que perdió un familiar muy querido.

Es la humana condición. Todos tienen el derecho legítimo a aspirar, pero no todos podrán quedar incluidos en el sitio que consideran merecer. El problema es simple: hay mas oferta que demanda. El uribismo se ha convertido en una corriente arrasadora y todos quieren estar en primera fila; asunto normal y lógico.

La nación -y los uribistas- le hemos pedido y lo seguimos haciendo, que nuestro líder, Álvaro Uribe Vélez, se sacrifique nuevamente por el país. Le pedimos que lo haga en razón del catastrófico resultado de un error que él mismo reconoce: haber colocado en el solio presidencial a Juan Manuel Santos. Le pedimos que se baje de su investidura de presidente y asuma la cabeza de lista del Senado y continúe dirigiendo esta batalla, a contravía de su interés familiar y particular.

Pero además le pedimos que decida, en últimas, quién, cómo y en dónde va cada uno de los aspirantes a los cargos de elección y que lo haga bien -o sea de acuerdo a nuestro parecer individual-. ¡Vaya carga le hemos colocado a nuestro líder! Algunos, confundidos, piensan que ese sacrificio no es para salvar al país, sino para salvarse ellos.

Estoy seguro que ninguno de los uribistas va a quedar completamente satisfecho con la decisión final de las listas; todos tendremos uno que otro reparo. Pero debemos tener claro que este primer ejercicio de elaborar unas listas en una organización sin reglas preestablecidas -estatutos- y con tantos y tan buenos aspirantes, no será cosa fácil ni es el cierre del capítulo en la construcción del país que queremos ni del partido que Uribe nos invitó a construir para las nuevas generaciones.

Si no perdemos la perspectiva y entendemos que la lucha apenas comienza. No sólo se trata de ganar estas próximas elecciones, las siguientes y otras mas, como algunos lo publicitan, sino que el compromiso que debemos asumir los que entendemos el mensaje del discurso del presidente Uribe en Ibagué -discurso que desafortunadamente no se ha podido rescatar para publicarlo-; lo que debemos asumir aquellos que se consideren “purasangre” uribistas, es apoyar irrestrictamente la decisión acerca de las listas y prepararnos para participar con todo entusiasmo en la contienda electoral. Pero, sobre todo, llenar nuestros pulmones de aire para la carrera mas importante y de mas largo aliento que es la construcción de un Partido. Un partido que se convierta en un referente para las próximas generaciones: por su democracia interna, pulcritud, vinculación con el pueblo y por su necesario equilibrio entre la democracia participativa y representativa.

Director Ejecutivo
Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia
10 de septiembre de 2013

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