Las Milicias Bolivarianas, los ‘paras’ de Maduro

Según el Gobierno son 1,6 millones de civiles listos a tomar las armas para mantener el régimen.

Las Milicias Bolivarianas, el cuerpo de civiles afectos a Nicolás Maduro a las que el cuestionado mandatario ordenó integrar desde el próximo mes en "el entrenamiento y despliegue de las fuerzas profesionales”, juegan un papel clave en la estrategia del régimen por mantenerse en el poder a toda costa.

Según reiteradas declaraciones del propio Maduro, ya son 1,6 millones de civiles que reciben formación militar y que los fines de semana realizan ejercicios castrenses, a veces con armamento. La cifra real no es fácilmente verificable, pero lo que sí es un hecho es que se trata de miles de personas que dependen de los beneficios que les da el Gobierno a cambio de su lealtad.

"Milicianos y milicianas, máxima disciplina y máxima alerta para defender la sagrada causa de la libertad, solo así cumpliremos con nuestro gran objetivo: la paz y la felicidad de nuestro pueblo".

Milicianos y milicianas, máxima disciplina y máxima alerta para defender la sagrada causa de la libertad, solo así cumpliremos con nuestro gran objetivo: la paz y la felicidad de nuestro pueblo. pic.twitter.com/27QfwcwnaL

— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 18 de diciembre de 2018

"La @MiliciaFANB está preparada para defender y expulsar, a cualquier fuerza extranjera que ose tocar un palmo de nuestra tierra. Nos defenderemos de imperialistas, oligarcas y traidores, vengan de donde vengan. ¡No podrán con nosotros!".

La @MiliciaFANB está preparada para defender y expulsar, a cualquier fuerza extranjera que ose tocar un palmo de nuestra tierra. Nos defenderemos de imperialistas, oligarcas y traidores, vengan de donde vengan. ¡No podrán con nosotros! pic.twitter.com/Ci58epOakd

— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 17 de diciembre de 2018

"Tenemos que hacer una buena inversión para uniformar a todos los milicianos y milicianas y para integrarlos al sistema de armas de la Nación y

#EnVivo ?? | “Tenemos que hacer una buena inversión para uniformar a todos los milicianos y milicianas y para integrarlos al sistema de armas de la Nación y entrenarlos en tres dimensiones: preventiva, defensiva y ofensiva”, manifestó el presidente pueblo @NicolasMaduro pic.twitter.com/CHIJgjNbVh
— Prensa Presidencial (@PresidencialVen) 17 de diciembre de 2018

De ese tono son los trinos de Maduro sobre sus milicias.

Víctor Mijares, profesor venezolano de Ciencia Política en la Universidad de los Andes, explica que “estas milicias cumplen con ser un brazo paramilitar del sector civil del chavismo”, y que son similares a los que han aparecido en otros regímenes dictatoriales como un mecanismo de control contra los propios militares y la sociedad.

El mecanismo es perverso porque parte de los incentivos que reciben del oficialismo los obtienen por delatar a quienes son o podrían ser una amenaza para el régimen. Y esto, a su vez, es usado para sacar del camino a vecinos o conocidos con los que los milicianos tienen problemas o a los que quieren meter en líos con la justicia para quedarse con sus bienes.

Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario,  dice que estas milicias surgieron luego del golpe de Estado del 2002, cuando el entonces presidente Hugo Chávez evidenció que no tenía garantizada la lealtad de las Fuerzas Armadas.

Mediante una relación clientelar -los afectos al régimen son los que tienen sus subsidios o acceso a los productos que escaseaban en los supermercados- Chávez (y luego Maduro) se aseguraron la fidelidad de comunidades enteras. Con el tiempo, esos grupos empezaron a recibir formación militar.

“A funcionarios públicos les tocaba ir los fines de semana a entrenamientos. Allí aprendían a manejar armamento y a entender la lógica militar”, agrega Rodríguez. En su momento, Chávez decidió modificar la doctrina militar venezolana y acomodarla al modelo cubano.

Legalmente, la Milicia Bolivariana de Venezuela se formó en agosto del 2008. En ese momento, Chávez creó la ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que la concibió como un grupo que complementa a las Fuerzas Armadas.

El entonces mandatario quiso que fuera considerada como la quinta fuerza militar del país, incluyéndola en la Constitución, pero una derrota en un referendo no se lo permitió.

Junto con el Ejército, la Armada, la Aviación Militar y la Guardia Nacional, la Milicia tiene como principal misión "defender al país y al socialismo bolivariano". Bajo ese paraguas ideológico se han convertido en una fuerza paramilitar que en varias ocasiones ha actuado violentamente contra los opositores de Maduro.

Los ojos y los oídos del régimen en las calles

Lo principal que hace la Milicia es, en palabras de Maduro, “defender el territorio nacional”. Asimismo, ha agregado el mandatario, el grupo debe estar pendiente de agresiones externas provenientes de Estados Unidos, Colombia y Brasil.

Dentro de sus responsabilidades también están: hacer inteligencia y contrainteligencia popular, estar siempre a la defensiva y funcionar como informantes que están inmersos en toda la sociedad del país vecino.

Aunque, sobre el papel, sus miembros no están armados, Maduro no descarta darles un fusil a cada uno, sobre todo si se llega a tener algún conflicto internacional. Hoy la relación que existe entre las Milicias y el gobierno es una relación de extorsión, según Rodríguez.

“Esta es una forma de manipular y someter (…). ¿No quieres ser parte de la milicia? Entonces no tienes los beneficios que otorga el gobierno”, dijo Rodríguez. En ese sentido, el académico considera que la crisis económica se ha convertido en un arma para controlar a la sociedad. Muchos ciudadanos se ven forzados a engrosar las líneas de las Milicias Bolivarianas. En sus filas están muchos de los integrantes de los temidos 'colectivos bolivarianos', que aunque no aparecen tanto en los discursos oficiales sí tienen una relación directa con el Gobierno y suelen hacer el trabajo sucio contra la oposición.

Un riesgo potencial

La Milicia, que depende de la Presidencia, está formada por hombres y mujeres civiles, quienes hacen parte de ella de manera voluntaria.

Usan un uniforme color beige y lo único que reciben es la indumentaria. Según la BBC, solo quienes tienen funciones “más continuas, como la seguridad en hospitales, reciben un salario mínimo”.

“Todos los sábados reciben instrucción militar, práctica y teórica, durante cinco o seis horas. Cada batallón puede estar compuesto por hasta 300 voluntarios”, agregó la cadena británica.

En menos de un año, la Milicia incrementó tres veces su capacidad: pasó de 400.000, en abril del 2018, a 1,6 millones en diciembre. Esto, según el gobierno, porque analistas de la realidad venezolana consideran que no llegan a esa cifra, si bien su carácter de fuerza armada no formal potencia su peligrosidad, pues no hay cadena de mando y nadie responde por sus acciones.

Rodríguez señala que la formación militar que han recibido muchos de esos milicianos incide en los altos niveles de criminalidad que actualmente se viven en el país vecino.

Así, dice que varios de ellos suelen organizas sus propios colectivos que funcionan bajo  intereses delincuenciales. Y bajo esa figura paramilitar están en la libertad de delinquir, reprimir a la sociedad y hasta se han denunciado violaciones a los derechos humanos.

“Estas milicias cumplen la función de amenazar a la población civil (…) y han sido usadas como fuerzas represivas en el 2014 y el 2017. Y día a día se usan contra las protestas que se dan por el desabastecimiento; son una forma de frenar el descontento”, asevera Mijares.

Los dos internacionalistas coinciden en que la amenaza de las Milicias Bolivarianas, por ahora, es local. Qué tanto funcionen los planes de Maduro para armarla e integrarla realmente a las Fuerzas Armadas dictaminará si ese riesgo toma proporciones regionales.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar