Las reformas del presidente Santos

Quienes esperan una paz en Colombia derivada de las negociaciones de La Habana, con las desacertadas iniciativas del presidente Juan Manuel Santos, deben repasar lo acontecido con las fracasadas reformas esbozadas a continuación.

La reforma a la educación superior pretendía aumentar la cobertura, la calidad y permitir una mayor inversión privada. Importantes metas. La frenaron los estudiantes y los rectores de las universidades públicas. Se retiró para discutirla, concertar los temas rechazados y presentarla de nuevo. Nunca se presentó y, entre tanto, se estima en varios billones el presupuesto para reparar las destartaladas universidades públicas.

La reforma a la justicia fue presentada por dos ministros del presidente Santos, se aprobó el 20 de junio de 2012, la rechazaron los medios de comunicación y algunas ONG, porque blindaba ante la Justicia a ciertos parlamentarios que habían recibido bienes confiscados a los narcotraficantes por la Dirección Nacional de Estupefacientes. “No basta con rediseñar las instituciones cuando el problema es la corrupción de sus integrantes” se afirma aún hoy.

La reforma a la salud, creo haberle entendido al ministro de Salud, Alejandro Gaviria, que no se debió presentar, ni se debe presentar hoy una reforma integral a la salud. La reforma deberá ser gradual, comenzando por atender la quiebra del sector. Comparto esta opinión. Aquí como en la paz de La Habana intervino ‘Raimundo y todo el mundo’ y la sepultaron entre todos. La mayor parte de la Ley Estatutaria de la Salud es un compendio de buenos deseos.

La reforma pensional ni siquiera se abordó a pesar de ser un problema mayúsculo de mediano plazo en reservas monetarias y en cobertura de la población. Hoy recibe pensión tan solo el 18% de los jubilados. De 22 millones de colombianos que trabajan a la fecha solamente cotizan para su jubilación unos 7 millones. En el futuro de los colombianos se vislumbran millones de ancianos pobres.

La reforma tributaria resultó ser un galimatías tropical sin paralelo en ningún otro sitio de la Vía Láctea. A pesar de ella, en 2014 se presentará un déficit fiscal entre los 20 y los 30 billones de pesos, 4% del PIB. La nueva reforma tributaria que se está anunciando podría afectar el modesto crecimiento de Colombia, porque cualquier nuevo tributo resultará ser insuficiente frente a las promesas sin cuantificar del presidente Santos.

Para aproximarnos a la paz de La Habana, basta con leer el comunicado de las Farc titulado: “No estamos en la recta final”, de septiembre 1/14. Rechazan en este: la recta final, la transición, la desmovilización y la entrega de armas que anuncia el presidente Santos. Las consideran como: “Atrevida argumentación si se tiene en cuenta que ninguno de estos asuntos ha sido tema de debate en las conversaciones, y que conceptos como “transición”, “desmovilización y “entrega de armas” no existen en la gramática del acuerdo de La Habana y mucho menos en el lenguaje de la guerrilla”.

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