Leguleyadas perversas

Colombia siempre se ha caracterizado por la calidad de sus instituciones. El dictum bolivariano de que “Venezuela es un cuartel y Colombia una universidad” refleja exactamente la idiosincrasia de nuestros países en esa época y en la actual. Ahora bien, si Venezuela ostenta ahora el grado máximo de su militarismo chapucero, Colombia, lamentablemente, no mantiene esa misma dignidad institucional de antaño.

Desde hace más o menos unas tres décadas se observa una degradación paulatina de las instituciones colombianas que asusta y entristece conmovedoramente. Pero en los últimos tres años esa degradación se ha exponenciado hecatómbicamente, pues con Juan Manuel Santos se ha convertido en un diseño intencional de degradación institucional.

Con las reformas consecuencia de la Constitución del 91 el Poder Legislativo perdió su majestad, convirtiéndose en una presa de poderes fácticos (incluso ilegales) regionales, pero los otros dos poderes conservaban su grandeza (excepto con la excepción samperiana que hace la regla), especialmente el Judicial, que preservaba su autonomía, y sobre todo, su sabiduría.

Hoy en día, salvo la Iglesia (y eso que ésta también ha perdido mucho de su autoritas) ninguna institución colombiana detenta el mínimo de  legitimidad y eficiencia apropiada, y repito esto sucede a propósito. Qué decir de un Poder Ejecutivo dispuesto a tranzar lo que sea con criminales de lesa humanidad, a cambio de seguir como sea disfrutando del poder. Ninguna democracia respetable llegaría al extremo actual de Colombia, de que un Presidente cogobierne de facto con narcoterroristas ,y no son mitos Doctor De la Calle, los hechos de esta semana confirman que el gobierno colombiano alcahuetea actos terroristas de las Farc, como se deduce de las declaraciones del propio líder guerrillero, o es que según JMS,Timochenko es una mano negra de la extrema derecha pues expresa que el helicóptero fue derribado por las Farc ,lo que dijo AUV, y para peor, el Alto Mando militar quedo al descubierto en su traición a la Patria al encubrir el narcoterrorismo para complacer la reelección del traidor al mandato popular JMS. Un Legislativo que comete el escándalo de la fallida reforma judicial no puede estar más bajo en el nivel de la indecencia y ambos, Ejecutivo y Legislativo, abochornan en el deprimente espectáculo del carrusel de la reelección.

Pero la gota que derrama el vaso es el Poder Judicial, aparte de su venalidad demostrada desde los Altos Magistados hacia abajo, ahora está presentando la horripilante situación de un podre entregado al narcoterrorismo y sus aliados, con la finalidad expresa de subvertir la legalidad democrática.

Leguleyadas perversas como las “interpretaciones heterodoxas” de la Constitución por parte del Fiscal Montealegre con el propósito de ayudar los objetivos de las Farc y del corrupto Petro (pues hasta allí llega el montaje, al señalarse que un Alcalde probo como él no debe ser suspendido, cuando el dolo en el affaire de las basuras es ostensible), así como las tutelas acogidas con maña por Jueces pagados  por el Alcalde Petro demuestran el nivel de bajeza en que ha caído la Justicia colombiana. Para rematar el Consejo de Estado llega a la ignominia de fallar que la policía no puede estar en los centros urbanos, porque esos son territorios de las Farc. Cierto que no lo dice literalmente, pero el espíritu es ese, el Club el Nogal fue víctima de un acto terrorista de las Farc, por lo tanto está en una zona “en las cuales se ve alterado el orden público, las estaciones de Policía deben tener una ubicación que no arriesgue a la población aledaña”, por lo tanto el barrio El Nogal, no podrá tener protección policial, ni el centro de la ciudad, ni Chapinero, en donde se han efectuado atentados del narcoterrorismo, así como casi la mitad del territorio nacional, que en otros tiempos dominaba las Farc, y que será casi todo el país, pues entre reservas campesinas y territorios dedicados al narcocultivo bajo la vigilancia de las Farc el traidor JMS a ella nos entregará.

Director-Editor pensamientocolombia.org

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