Lentejas al ajillo

Lo vengo diciendo hace rato.

La improvisación, el desconocimiento y las medidas desacertadas de la ministra de Comercio, Industria y Turismo, apoyadas por el Ministro de Hacienda, van a terminar de enterrar el sector agropecuario de Colombia.

Desde noviembre del año pasado la ministra Cecilia Álvarez, venia -como el comején- impulsando la idea de reducir a cero arancel las importaciones de alimentos para atajar una inflación que estaba cantada desde junio del año pasado. Hasta el más despistado de los colombianos sabia que la trepada del dólar y los efectos del fenómeno de El Niño, iban a tener un impacto negativo en los precios de los alimentos.

Es aquí donde uno se pregunta: ¿Porqué no incentivaron las coberturas cambiarias y de precios a importadores de alimentos?, ¿porqué no bajaron los aranceles a la importación de maquinaria agrícola, semillas, insumos agrícolas y fertilizantes?, ¿porqué demoraron -más de 6 meses- los trámites de importación de los contingentes de maíz y arroz?, ¿porqué dejaron de incentivar el seguro agrario, los distritos de riego, la transferencia de tecnologías y la mecanización de cultivos? y ¿porqué le subieron los impuestos a los productores del campo?. Porque aquí lo fácil era echarle la culpa a la falta de competitividad de los campesinos para justificar la falta de planeación y eficiencia de estos funcionarios públicos.

Sin duda alguna, esta es otra de las tantas medidas arbitrarias, improvisadas y tardías del Gobierno Nacional. En vez de sentarse a concertar con los gremios, la agroindustria y los comercializadores de alimentos una política de precios con unas reglas de juego claras que beneficiara a todos los eslabones de las cadenas agroalimentarias, se dedicaron a una cacerías de brujas contra los gremios y empresarios que han criticado y se han opuesto a esta política liberacionista y unilateral en pro de las importaciones.

Si llegan a cometer la torpeza de autorizar la importación de 400.000 toneladas de arroz adicionales a las pactadas con la agroindustria, 300.000 de maíz, 85.000 de pollos y todas las que se quieran traer de aceites y frijol, van a quebrar a más de 3 millones de productores del campo que viven de estas actividades y provocarán una estampida hacia la siembra de cultivos ilícitos. Para ponerles un solo ejemplo: De las 130.000 familias campesinas que siembran frijol en el país, el 90% lo hacen en Sumapaz (Cundinamarca), el calvario y Sanjuanito (Meta), sur del Huila, Nariño y suroeste antioqueño, zonas de total control de las guerrillas.

Otros que han expresado su desconcierto con las medidas de la ministra Cecilia Álvarez, es el gremio de los restaurantes. No entienden como el ajo y la lenteja –de poco se consumo- son culpables directos de la inflación en Colombia. En la zona T de Bogotá, los dueños de los restaurantes le han hecho honor a esta medida, incluyendo en sus cartas una nueva receta con el nombre “Lentejas al ajillo”.

En el tintero: ¿Cual es el afán de la ministra de Educación, en inducir a los niños de preescolar y primaria una cátedra de educación sexual? Las hormonas se alborotan es a los 12 años!

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar