Leopoldo López: el año en la cárcel lo vuelve un símbolo

El líder opositor Leopoldo López cumplió el miércoles un año de prisión, bajo cargos descritos como arbitrarios por organismos intencionales que certifican al dirigente venezolano como un prisionero político del régimen de Nicolás Maduro.

Y pese a la reclusión en aislamiento, a las torturas y las humillaciones (hay informes de que agentes chavistas le han golpeado y le han lanzado excrementos), López sigue como nunca antes convencido de que el camino que tomó, y que le condujo a la cárcel, era el correcto.

“El lo vio como el rol que le tocaba jugar en esa etapa de la historia. Entendió que en ese momento le tocaba asumir esa responsabilidad, sabiendo claramente que iba a ser sometido a un linchamiento y que se estaba poniendo en manos de personas que no tienen escrúpulos”, dijo Carlos Vecchio, coordinador político nacional del partido de López, Voluntad Popular.

“Estaba claro, sabía lo que iba a pasar, y no dudó en tomar esa decisión”, agregó.

López pudo haber decidido salir del país, como lo han hecho muchos, o pudo tratar de mantenerse en la clandestinidad en Venezuela, como lo han intentado otros, pero al final optó por el quijotesco camino de entregarse a una “justicia que era injusta”.

Lo hizo para terminar de demostrar en el proceso lo que se había propuesto hacer cuando convocó a la sociedad venezolana a salir a protestar en las calles: que el régimen chavista es una dictadura disfrazada de democracia, dijo Vecchio, quien vive exiliado en el sur de Florida pero se mantiene en contacto con López.

Entregarse a las cortes chavistas era el precio exigido para combatir con métodos democráticos a una tiranía que ha secuestrado los poderes públicos de Venezuela. Se entregó para manifestar que aún sabiendo que en Venezuela no había justicia, él sí, como demócrata, estaba obligado a someterse a las cortes, explicó.

El chavismo acusa a López de ser el responsable de las 43 personas que murieron bajo la feroz represión emprendida por el régimen para aplastar las manifestaciones estudiantiles del año pasado.

Pero el verdadero crimen del dirigente fue llamar a la dictadura por su nombre, en compañía de los también opositores Antonio Ledezma y María Corina Machado, cuando convocaron una jornada nacional de protestas que llamaron “La Salida”.

Y el arresto de López ha servido para demostrar precisamente eso, llevando a organismos internacionales a certificar que no hay justicia en Venezuela.

El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas declaró que la detención de López había sido ilegal, pese a que el régimen chavista envió representantes para tratar de convencer a sus miembros de que el dirigente era una amenaza para la sociedad venezolana.

Tras revisar las pruebas presentadas, el organismo de la ONU determinó que el régimen no había demostrado nada y que la detención fue arbitraria.

El caso recibió similares pronunciamientos de entidades como Amnistía Internacional y la ONG Human Rights Watch.

El caso incluso ha comenzado a ser visto con incomodidad dentro de la tradicionalmente tímida Organización de Estados Americanos, después de que el secretario general saliente, José Miguel Insulza, manifestara públicamente que López debería ser liberado.

Pero la cárcel no ha sido fácil para López.

“En mi caso, los primeros seis meses estuve en aislamiento, solo bajaba una hora en la mañana, de seis a siete, custodiado por los guardias. El resto, las otras 23 horas encarcelado, en mi celda.”, manifestó López en una entrevista realizada por Fernando del Rincón en el programa Conclusiones de CNN en Español, transmitida el miércoles por la noche.

“Ha habido momentos duros, de tortura, a situaciones vergonzosas, que nos lanzaron excremento humano por las ventanas, que hemos sido sometidos a requisas violentas.”, agregó en la entrevista telefónica que minutos después fue interrumpida a la fuerza por los carceleros del dirigente.

Pero el encarcelamiento ha convertido a López en uno de los más respetados dirigentes de la oposición venezolana, señaló Vecchio.

“Leopoldo se ha convertido en la principal referencia opositora en Venezuela”, dijo el coordinador político nacional de Voluntad Popular, citando encuestas que colocan a López con las mayores opciones electorales frente a todos los dirigentes del país.

Otros sondeos de opinión realizados en el país señalan que más del 60 por ciento de los venezolanos considera que López es un preso político del régimen, y muchos de ellos comienzan a reconocer los grandes sacrificios que él está asumiendo, agregó Vecchio.

Esa popularidad es una de las razones por las que el régimen se rehúsa a liberar el opositor, aún cuando el encarcelamiento le está representando un elevado costo político.

“Existe un temor dentro del gobierno. Se pregunta, dónde es que me hace más daño”, dijo Vecchio, antes de agregar que él intuye que la presión internacional llevará al régimen a liberarlo.

López, por su parte, dijo que en realidad son muchas las personas que están privadas de libertad en Venezuela.

“Estoy preso, pero 30 millones de venezolanos también lo están. Estamos presos en un país que no es viable, presos en las colas, en un sistema de salud, en lo que significa no poder salir a las calles ni de noche ni de día con esta inseguridad, pero tenemos que tener la convicción que podemos salir en libertad”, aseguró.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar