Llegó la hora

El próximo domingo es el día definitivo para reorientar el país o para dejarlo caer más en el abismo al que nos ha precipitado el gobierno actual. Es el mayor compromiso que tenemos los colombianos en toda la historia, es el momento de la salvación o del desastre definitivo.

Estamos en lo que vivíamos en los primeros años de este siglo. Asesinatos, emboscadas a la fuerza pública, atentados a los oleoductos, bombas antipersonales, quema de vehículos de pasajeros y camiones de carga, aumento desbordado de los cultivos ilícitos, consumo de drogas por parte de la juventud, bloqueos en las carreteras, asesinatos en las ciudades y todo lo que nos podamos imaginar. Soldados y policías asesinados por los grupos subversivos, llámense Eln, disidencia de las Farc, paramilitares, los del Golfo o lo que quieran decir, es de parte de los grupos subversivos, de los cultivadores y productores de drogas, de los peores asesinos de nuestra historia.

La corrupción llegó hasta hacernos figurar como uno de los países más corruptos del mundo. Los autores de esos delitos están libres y ocupando altos puestos en la administración. Ante esta situación, sí podemos decir “como nunca antes”.

Las elecciones del domingo once de marzo son cruciales. Son las que definirán ese nuevo rumbo, son las que deben llevar al Congreso a quienes tendrán que apoyar las nuevas políticas del próximo presidente para volver a los mejores tiempos de Colombia. Si queremos cambiar, no podrá ser con los mismos enmermelados que han colaborado con este nefasto gobierno para llevarnos al abismo en el que estamos. Hay que cambiar el Congreso que apoyó el robo del plebiscito, hay que elegir un congreso que no se deje comprar por puestos o por unos recursos que deberían ser para las regiones. La responsabilidad de los colombianos este próximo once de marzo es grande y no podemos ser inferiores a esa responsabilidad que nos da la democracia.

Hay que votar por los mejores candidatos para el Congreso. Personalmente tengo mis candidatos. Los conozco, sé de la trayectoria de cada uno, de su honestidad, de su capacidad y entrega por el país.

Santiago Valencia ha dado muestras de su responsabilidad en la Cámara de Representantes. Cumplido como todos los parlamentarios del Centro Democrático, ha promovido debates en bien del país y para buscar el cumplimiento de los funcionarios con el compromiso que tienen con Colombia. Ha dado muestras de valor cuando, presidiendo la comisión primera de la Cámara, no le concedió la palabra a Santrich quien, como intruso en un organismo en el que no debía estar, pidió la palabra para intervenir. Santiago no se la concedió como manda el reglamento y, además, tratándose de una persona que había participado en numerosos crímenes de lesa humanidad. Santiago se mantuvo en su posición y no le dio el uso de la palabra a quien no podía hacerlo.

Acompaño para la Cámara de representantes a John Jairo Berrío, a quien conocí como alcalde del municipio de Don Matías por dos períodos y donde dio muestras de buen administrador de la cosa pública con toda la honestidad que debe primar en los funcionarios públicos. Además es un exitoso empresario de las confecciones y líder de la empresa privada en su región.

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