Los Acuerdos de La Habana

En los acuerdos de La Habana no se sabe hasta dónde llegan los compromisos indebidos del gobierno con las Farc, parece que eso a nadie le importa y lo que quiere el señor Presidente es seguir ocupando el solio de Bolívar, con la disculpa mal argumentada que lo hace para lograr la tan anhelada paz de Colombia.

Me parece que se ha perdido la óptica en el tema de los acuerdos y aspiraciones políticas, todos los dirigentes políticos quieren es mermelada y por eso hacen acuerdos para ayudar a determinado candidato, sin estudiar objetivos claros de lo que puede pasar en caso de firmar un acuerdo de paz, qué van a hacer con todos los guerrilleros en trabajo en las grandes ciudades, si van a cumplir o no, si hay castigo para las crímenes atroces, y si van a ocupar los cargos de mando los insurgentes en esta querida Colombia.

Los acuerdos políticos en su mayoría son secretos, para que la opinión no se manifieste sobre su verdadero contenido.

El presidente Santos ha demostrado que es marrullero, le gusta irritar la vanidad de sus contrincantes,  oculta la realidad de un país con muchos problemas y está muy comprometido con la izquierda. Me parece que el candidato Zuluaga no tiene suficientes garantías porque desde la presidencia se pueden comprometer muchas cosas.- Apenas ahora empezó a trabajar a hacer obrar y gastarse el presupuesto en forma desesperada..-

Hablando de paz, el escollo moral está en la impunidad, creo que en estos acuerdos por ningún motivo se puede entregar las instituciones a los violentos, la única paz verdadera es desarmando los corazones, para que exista armonía y tolerancia entre los humanos.

Sin embargo, si el objetivo grandioso para lograr la paz, fuera la reconciliación, no veo la razón  para que se pacte la paz con unas cien personas que están con todas sus comodidades hace casi dos años en La Habana Cuba, lo que se le niega conocer en acuerdos a todo un pueblo y se vuelve un delito que alguien quiera conocer anticipadamente los tratos hechos. Si se aprobara la droga en Colombia, con una buena reglamentación en salud, seguramente existiría la paz y se acabaría el crimen.

Personalmente el Gobierno de Santos me dejó de gustar cuando en un intento desesperado para ser reelegido, empezó a entregar al parecer, con plata del estado, casas, dádivas, mermelada, seguros a taxistas, propaganda de todo tipo, computadores y no se qué más, con plata de nosotros los colombianos.

Me gusta el programa de Zuluaga, orgulloso de contar con la colaboración del presidente Uribe, para buscar la seguridad en las grandes ciudades que esa es la que nos está matando. Nunca me ha gustado la reelección de ningún candidato porque eso lleva a la corrupción.

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