Los ataques al oleoducto no frenarán operaciones

El sector petrolero condenó los ataques a la infraestructura y los consideró inadmisibles porque no solo se está afectando a una empresa sino a toda la población colombiana que se beneficia de múltiples planes sociales con los recursos que genera esta industria.

En los últimos cinco años, el oleoducto Caño Limón-Coveñas ha sufrido 257 ataques en su infraestructura, según datos de Ecopetrol. El año con más atentados fue 2001, con 166. Se estima que el costo de las reparaciones asciende a $60.000 millones, entre enero y septiembre de 2018.

Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, indicó que los atentados hacen difícil la operación en Norte de Santander, pero que por ningún motivo se suspenderá la operación en el departamento a pesar de los constantes ataques.

“Vamos a seguir en Norte de Santander, no lo vamos a abandonar; de hecho, hemos adelantado mucho trabajo técnico de muchos años para entender qué otro tipo de potencial tiene el departamento y qué potencial adicional puede aportar, a eso le estamos apostando”, dijo Bayón.

Por su parte, el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), Francisco José Lloreda, también repudió los ataques a la infraestructura petrolera, en especial, el oleoducto Caño Limón-Coveñas que “vive reventado” por los grupos subversivos.

Lloreda señaló que este tipo de acciones perjudican el bienestar de la población y el desarrollo económico de las zonas por donde pasa el oleoducto, al privarlos de recursos importantes con cada atentado que hacen y, de paso, ponen en riesgo el medio ambiente.

“Hay una gran contradicción por parte de Eln. Dice ser vocero de los pobres y más vulnerables de Colombia, y defensor del medio ambiente, pues lo que está haciendo con los ataques a la infraestructura petrolera es quitarle recursos para invertir en lo social y en los estratos más vulnerables”, afirmó Lloreda.

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