Los Castro (II)

En diciembre de 1961 Castro dijo por la TV cubana: “Soy marxista-leninista”, un eufemismo de la peor laya para decir “yo soy estalinista”. Cuba era ya una colonia soviética, con toda la estructura política (control de todos los poderes del Estado,  partido único, presos políticos -tortura, golpizas, trabajos forzados, jaulas llenas de ratas-, solamente medios oficiales de comunicación, ateísmo como religión oficial). A la oposición había que romperle la siquitrilla, como dicen en Cuba.  En 2003 Montaner decía que, para aquella época,  en Cuba había habido 18 mil fusilados y 120 mil presos políticos. Muchos murieron en las cárceles o hicieron huelga de hambre. En 1972 murió Pedro Boitel a quien, cuando estaba en huelga de hambre, Castro ordenó suprimirle el agua. Guillermo Fariñas, un afro-cubano nacido en 1962 y ganador del Premio Sajarov a la libertad de conciencia, ha hecho veintitrés huelgas de hambre, una de ellas entre  febrero y julio de 2010 en protesta por la muerte de Orlando Zapata.  La terminó cuando, por intervención del Gobierno español, Cuba liberó 52 presos políticos. Es la prueba viviente de que las cosas no han cambiado con el gobierno de Raúl, quien llegó a la presidencia en 2008. El más famoso, quizá, es Armando Valladares, condenado a 30 años como “conspirador potencial”. Fue, torturado y tuvo solamente 12 visitas en veinte años. Sean MacBride, “chairman” de Amnistía Internacional, Premio Lenin de la Paz en 1977, “descubrió” en 1978 que en Cuba había prisioneros de conciencia. El canciller de Felipe González decía que España no tenía evidencia de violaciones a los derechos humanos, a pesar de los informes de su embajada en La Habana. El mundo se ha olvidado de los presos políticos. Ahora los de ALBA y sus compinches se ufanan de su amistad con los Castro.
El tema de los disidentes está tratado por Juanita, la hermana de los Castro, emigrada en 1964, en Mis hermanos, la historia secreta, memorias de Juanita Castro (Aguilar, 2009) y por Alina Fernández, hija extramatrimonial pero reconocida de Fidel, emigrada en 1993, en La hija de Castro, historia del exilio de Cuba (Plaza & Janés, 1998), los que recomiendo al lector.

El general Arnaldo Díaz, “Héroe de la República”, fue fusilado en julio de 1989 como narcotraficante confeso. En "El verdadero Pablo" (Dipon, 2005), “Popeye” vincula a los Castro con el cartel de Medellín.

La feroz dictadura hizo que Castro perdiera muchos de sus amigos, entre otros Jorge Edwards, embajador chileno, que escribió Persona non grata (Alfaguara, 1973), Plinio Apuleyo Mendoza, que fuera director de Prensa Latina, agencia de noticias castrista, y José Saramago y Eduardo Galeano (“el primer idiota latinoamericano”)  que “desertaron” en 2003. Los cantautores Pablo Milanés y Silvio Rodríguez abandonaron la causa en 2010.

(Este artículo continuará la próxima semana).

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Coda. Yo no soy Charlie Hebdo. Creo, con el Papa Francisco, que la libertad de expresión debe respetar la dignidad y las convicciones de los demás. Pero rechazo vehementemente el uso de la fuerza contra quienes piensan distinto.

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