Los estadios, la mejor encuesta

Cuando a la democracia tratan de convertirla en un régimen con “rey” infestado de muchos “soberanos”, en este caso más exclusivos, tiránicos, soberbios y destructivos, como los narcoterroristas de las Farc,  ocultando y menospreciando la realidad  que vive el país, acomodando encuestas, y no se atreven a decir  la verdad de lo que pasa en La Habana, no esperen a que el pueblo los respalde, porque no son personas honradas, por el desprestigio e incredulidad que origina en la mente de los colombianos, es  un tema que se palpa en toda nuestra geografía a flor de labios y se manifiesta con los silbidos y abucheos sin necesidad de hacer encuestas con mermelada, sólo basta observar las manifestaciones en diferentes estadios y poblaciones.

Aceptemos que habrá paz cuando los narcoterroristas sean diezmados como lo hizo el gobierno de Seguridad Democrática, cuando se respete a las familias de tantos colombianos asesinados, cuando acepten y pidan perdón al país por tantos desmanes, cuando devuelvan las tierras arrebatadas a los campesinos, cuando no se recluten niños y niñas etc. etc., cuando dejen de engañar diciendo que son minifundistas, cuando son los mayores latifundistas en nuestro territorio. El problema no es que se negocie la desmovilización de las Farc, entregándoles más tierra y unas curules, sino su papel en el futuro político de nuestra trajinada democracia, distinguiendo si lo negociado actualmente logrará el beneplácito de las mayorías.

Colombia con sus tres poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial, en donde el ejecutivo abusa de su poder ofreciendo mermelada para mantenerlos anestesiados y poder defender a las Farc, y ya son tantas las dudas del pueblo, que es bueno aclararle que el presidente Santos sí es un patrañero y que ha estado aliado con la guerrilla desde antes de ser subalterno de Pastrana y Uribe Vélez, como lo puntualizó el delegado del Meta en una de las reuniones del uribismo en la ciudad de  Medellín, haciendo claridad sobre sitios de reunión, fechas y bandidos asistentes, y parece que desde que era estudiante lo hacía, pero que por pertenecer a estrato seis, nadie dudaba, y podía ejercer su conspiración, llegando a penetrar al gobierno y engañar dos presidentes, y luego a nueve millones que sufragamos por él, dejando al país en manos de un inepto y un grupo de corruptos, que sólo piensan en la mermelada que este gobierno les ofrece.

Ahora bien, hay personas como el Expresidente Álvaro Uribe Vélez, que por su trayectoria y comportamiento debemos respetarlo, resaltarlo y recordar de buen agrado su gobierno de Seguridad Democrática, sobre todo cuando quienes dudan de su honorabilidad quieren endilgarle ciertas inconductas que no posee, pero el presidente Santos no merece ese respeto por su grosera y vulgar política que todo lo contamina, encontrando que los narcoterroristas de las Farc se han aprovechado de las últimas movilizaciones y han ganado capital político para su causa, mientras el pueblo, verdadero protagonista, no ha visto resultados tangibles en función de su mejoría.

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