Marihuanomics

La London School of Economics (LSE) se fundó para promover el socialismo gradualista por la Sociedad Fabiana. En 1900 se federó a la Universidad de Londres para otorgar títulos en Economía. En su seno se generó el debate entre Hayek y Keynes. En la posguerra se caracterizó por ofrecer una visión ilustrada del socialismo en contra de las miras cortas de los stalinistas. No obstante, jamás ha dejado su fascinación por el dinero.

En febrero de 2011 concedieron un doctorado a Saif al Islam Gaddafi, después de una donación de £1.5 millones. Actualmente, los herederos del millonario Tan Chin Tuan, organizados en la Corporación Bancaria China de Ultramar (OCBC), con sede en Hong Kong, pero cuyo capital se formó en Singapur, han financiado una “investigación” para persuadir sobre las bondades de la narcoactividad. Nueva forma pero igual objetivo que el perseguido cuando el ejército británico invadió China para imponer el tráfico de opio.

En el listado de promotores del mercado libre de narcóticos  se encuentra en los primeros lugares el canciller guatemalteco Luis Fernando Carrera Castro. Este personaje ha convertido a la diplomacia guatemalteca en un yermo.

Luego firma  el exsecretario de Estado de Reagan, George P. Shultz, de la conexión Irán-Contras. Con dinero obtenido con drogas se facilitaron armas para agredir a Nicaragua. Miles de centroamericanos muertos son su carta de presentación. Ahora ha cambiado sus anteriores posiciones, pues patrocina el uso de drogas recreativas, considera que debe levantarse el embargo a Cuba y después de haber sido partidario del primer golpe nuclear  es un hippie pacifista consumado.

Y qué decir del firmante  Dr. Javier Solana. Ese dirigente izquierdista, organizador de las grandes manifestaciones en España contra la Otán. Heredero de las tradiciones de su abuelo Javier de Madariaga, encargado por la Liga de las Naciones para el Desarme —que no cumplió muy bien, porque se desató la I Guerra Mundial—. Estuvo en las primeras líneas contra la guerra de Vietnam, condenando a los “imperialistas yanquis”, como solía llamarlos. Escritor popular de los izquierdosos con su texto 50 razones para decir NO a la Otán. Para convertirse, casi de inmediato, en el secretario general de la Otán, responsable del bombardeo de ciudades en Bosnia y Herzegovina; luego,  de los ataques aéreos a Belgrado. Malvado politicastro promotor de la destrucción de la Federación Yugoslava y después, de la Federación Serbia, con alto costo de vidas humanas.

Se podrá argüir que lo importante es el razonamiento en este asunto y no las personas promotoras, pues se cae en la falacia ad hominem. Y hay razón. Los argumentos del informe Ending the Drug Wars hay que debatirlos sin tomar en cuenta a sus autores. Por esa misma razón, no importa que la LSE haya conseguido firmas de cinco premios Nobel en economía. Las razones para hacerlas son muy poderosas en términos de libras esterlinas, pero no justifican que se acepte sin reparos esa ideíta.

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