¿Militares en la administración pública?

El 3 de abril de 1948, pocas horas antes de caer asesinado, Jorge Eliecer Gaitán había defendido exitosamente en Manizales al teniente Jesús Cortés Poveda, acusado del asesinato del periodista Eudoro Galarza Ossa. El Caudillo argumentó el Honor Militar y su consecuente Fuero, figura jurídica de origen centenario y brillantemente defendida en 1958 por el entonces Presidente Alberto Lleras Camargo.

Pero lejos están esos días cuando la milicia estaba protegida por el Fuero que dimanaba de sus particulares condiciones, que Juristas y Jefes de Estado así entendían.

Hoy, cuando el Honor es un lema más que una realidad y que el Fuero Militar no existe, la propuesta de nombrar a militares en servicio activo como vicealcaldes, es inoportuna y peligrosa.

Si no fuera por la fuente de donde viene la idea, creería que es una trama craneada en La Habana para debilitar aún más nuestra institución militar. El caso de Venezuela es ejemplarizante. Allí, bajo el encantamiento cubano del comunismo, el Mando militar se ha convertido en el sacamicas de los politiqueros que han saqueado y envilecido la otrora rica y prospera nación. Ventrudos, con sus cajas de caudales personales repletas y con un discurso que ni ellos mismos lo creen, los Generales han transformado al Ejército Nacional, otrora republicano y demócrata, en la Guardia Pretoriana del chavismo destructor de países. Los uniformados se han transformado en minoristas gubernamentales de pollos y harina, corrompiéndose y olvidando su razón de ser. Las consecuencias de este desafuero están a la vista.

Los soldados colombianos cumplen una función fundamental, constitucional y deben mantenerse en esa línea ejemplar que los enaltece y nos enorgullece. Llamarlos a la función pública administrativa hoy en día, así sea temporalmente, es empezar a malearlos al exponerlos frente a la vergonzosa corrupción que nos corroe y la inoperante justicia de Cortes degradadas. Es un riesgo que no debemos correr y esperaríamos que el actual Mando Militar se pronunciara al respecto.

Más práctico sería utilizar esa gran cantera moral que es la Reserva Activa, en donde se acumula una gran experiencia, la integridad cívica de la legalidad ciudadana y la fuerza moral de La Patria.

Cota: La carta de los Coroneles de la Reserva Activa a los Generales Mora, Naranjo y Flórez, es un alarmante llamado de atención sobre lo que se firmó con las farc en asuntos, ni mas ni menos, que de Seguridad Publica y Defensa Nacional. Hay que leerla atentamente y esperar que, naturalmente, ni sea difundida por los grandes medios, ni tenga respuesta.

Divulgarla en todas la redes sociales es una obligación moral de quienes votaron por el NO y de quienes se abstuvieron de votar por el engendro claudicante del Presidente Santos y sus conmilitones.

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