Mirar más allá

En el Uribe Centro Democrático no podemos quedarnos en peleas menores, ni en discusiones inanes sobre la permanencia o no de José Obdulio en la lista al Senado, pues ha quedado perfectamente establecido que él no es un convidado, sino que es el coequipero del presidente Uribe, el gendarme de las llaves.

En este momento, los electores necesitan oír cosas más importantes que las quejas de un precandidato, o leer las columnas grandilocuentes de un ex ministro.

¿No se darán cuenta que la militancia del UCD está ávida de otras cosas? No está de más recordar que la campaña política consiste en agitar propuestas y no en desempolvar odios intestinos ¿Por qué no utilizar esas cartas para plantear, por ejemplo, una política de empleo digno y duradero? ¿Qué tal si en vez de recordar al Libertador nos ponemos a la tarea de convocar al pueblo para que todos a una sola voz le digamos a Santos que la ciudadanía es la que tiene la palabra y no los criminales de La Habana?

Odios e inquinas, que sean tramitados internamente y los espacios públicos que sean empleados para hacer política de la grande. Hasta el momento no hemos oído una propuesta concreta sobre la reforma a la justicia, o la manera cómo vamos a enfrentar los desafíos que nos ha planteado la entrada en vigor de los tratados de libre comercio. Bueno sería que los integrantes de las listas al Congreso acogieran la detallada y profunda plataforma que leyó el Presidente Uribe el pasado 16 de Septiembre y le dieran desarrollo a la misma.

Al decir popular, “el palo no está para cucharas” ¿Vale la pena someternos a un desgaste público por cuenta de los celos que despierta el leal compañero de mil batallas del Presidente Uribe? Así a muchos les cueste admitirlo, pensar en un uribismo sin José Obdulio, es como pretender integrar una orquesta filarmónica sin violines.

Debemos mostrar nuestro talante. Poner la mirada más allá de la coyuntura menor y concentrar esfuerzos en hacer de esta una campaña que satisfaga a nuestros seguidores.

La semana pasada hablábamos de la necesidad de un candidato único uribista a la presidencia. Las precandidaturas desgastan e impiden que el aspirante de unidad se posicione ante la ciudadanía.

La grandeza debe imponerse. Nuestro país va camino al abismo y el uribismo es la única fuerza política con el músculo y el respaldo popular suficiente para evitar la hecatombe a la que nos ha condenado el gobierno actual.

Tenemos la agenda política, tenemos las mayorías, tenemos a un gran líder. Decidamos pronto el nombre del candidato y la victoria estará a la vuelta de la esquina. Reflexiónenlo y verán que la razón me asiste.

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