MUCHOS MEZQUINOS JUNTOS

Observando actos y reacciones de algunos individuos con reconocimiento nacional, podemos concluir que estamos llegando al límite de la bajeza conceptual y comportamental.

Entre los antioqueños existe la percepción, o por lo menos así lo manifiestan comentaristas de que, el que regirá los destinos de Colombia por otros cuatro largos años está cobrando el hecho de la votación mayoritaria por quien fue su mentor y disparador de su primera elección. Argumentan para esto que la negación y las trabas por parte del Gobierno central, para la realización del proyecto del tranvía por el corredor de la carrera 80 es una muestra de la inconformidad que tiene el mandatario, debido a la alta votación por el Centro Democrático.

La sordidez que hay detrás de esas decisiones es, sin lugar a dudas, la mayor demostración del revanchismo inmaduro, propio de personas con mucho ego y poca generosidad. Cuesta creer que estas acciones sean motivadas por estos sentimientos tan tacaños y estén en el interior de quien, supuestamente, debe ser el mandatario de todos los colombianos.

De otro lado, el mellizo de iván márquez (con minúscula adrede) en el Congreso, empieza a mostrar su tiña promoviendo debates al Gran Colombiano y su obra de gobierno y así desviar la atención de la opinión pública; en aras de permitirles a sus compinches de La Habana, la conclusión de su proceso de desinstitucionalización del país y así conseguir lo que por las armas no lograron.

Solo le falta salir corriendo, señalando y gritando "Cójanlo, cójanlo" para quedarse atrás con el botín. La vileza de sus permanentes acusaciones improbadas todas, la ruindad de sus consejeros de cabecera según lo denunció Luis Carlos Restrepo y, en fin, ese talante sobrador y pendenciero, según mis apreciaciones de psicoanalista silvestre, demuestran a un perenne envidioso y resentido individuo que nunca estará satisfecho consigo mismo. Ese como algún columnista bogoteño o bogotano, no le conozco su origen, es de los que se levanta, se mira al espejo y se da un puño para aumentar su rencor al motivo de su envidia.

Si nos vamos para los micrófonos, encontramos periodistas que agreden a sus entrevistados y a otros que, aprovechándose de su posición enlodan prestigios y hacen de la mentira su fuente de ingresos. Cuánto me paga y yo le armo el escándalo es su forma de vida. Son ricos y nada más. Esos malhechores se mantienen de prisa en prisa para buscar la chiva y al que quiera pagar por sus servicios.

Todos estos y muchos otros pretenden convertirse en referente morales, éticos y, lo peor, es que poco a poco van taladrando los espíritus y las convicciones; horadan los valores que paulatinamente se van degradando hasta el punto de que se ve bien lo que está muy mal.

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