Necesitamos un gobierno fuerte

Contaba don Eduardo Arias que en un pueblito de Antioquia vivía don Patricio Linares que trabajaba con el Ministerio de Hacienda como Registrador. Don Patricio era casado con una bondadosa mujer que lo amaba y contemplaba, pues el viejo se sentía muy valiente porque era el único que era capaz de matar el pollo que se comían religiosamente todos los domingos en ese hogar. Patricio le retorcía el pescuezo al pollo y lo dejaba en la cocina y salía estirando nuca como si hubiera ajusticiado a Benito Mussolini.

Cierto día les dio en el pueblito por organizar un carnaval para salir de las monotonías pueblerinas y doña Juanita pidió el consentimiento de don Patricio para hacer una comparsa con sus amigas y salir disfrazada.

–Disfrázate de lo que quieras. Dijo el viejo.

Doña Juanita se disfrazó de tigresa con sus amigas, pero el día del desfile, quiso mostrarle a su valiente esposo, su vestido de fiera felina y se le acercó por detrás mientras don Patricio se afeitaba. La dulce esposa en silencio lo abrazó por detrás y le susurró:

–Guau, rrroooar…. El viejo miró por el espejo y vio la fiera de su mujer vestida de gata feroz. Y corrió y gritó apartando sillas y brincando mesas, hasta que de un brinco acabó sobre un armario.

Al “valiente” viejo, matapollos, no le sirvió su colección de lanzas y escopetas para defenderse de su dulce esposa disfrazada de gata feroz y terminó llorando de miedo sobre un escaparate.

En Colombia tenemos un gobierno que por temor a una banda de terroristas, les ha entregado lo que le pidan. Una banda de narcoterroristas que se denominaban Farc y que aterrorizaron al pueblo colombiano por sesenta años, pero que en los gobiernos de Álvaro Uribe se diezmaron y acorralaron hasta que vino un gobierno cobarde que les ofreció “el oro y el moro” para que dejaran las armas y no mataran ni secuestraran.

Haciendo cálculos en números redondos, entre el Ejército Nacional, Policía Nacional, Fuerza Aérea y Armada, Colombia cuenta con unos 680 mil efectivos, hombres y mujeres uniformados y armados. Hemos presenciado los colombianos que por orden de un Acuerdo de Paz negociado en Cuba, con una banda de guerrilleros, terroristas y narcotraficantes de 7.000 combatientes, esta guerrilla amparada por un gobierno temeroso y pusilánime, nos ganó en una mesa, lo que no pudo ganar combatiendo.

Colombia necesita ahora un gobierno que con la ayuda del Congreso recién elegido modifique los acuerdos que se firmaron en La Habana a espaldas del pueblo colombiano y que tienen al Ejecutivo sobre un escaparate, con miedo y temblando.

Como una esperanza vemos la futura presidencia de Iván Duque representando esa fuerza que necesita Colombia, con Marta Lucía Ramírez de vicepresidenta y Alejandro Ordóñez de ministro de Justicia, que con el Senado y la Cámara recientemente elegidos pueda hacer los cambios a esos acuerdos de La Habana y adelantar la reforma a la justicia para llevar al país por nuevos y prósperos rumbos y sin miedo.

Ñapa: Esta columna se solidariza con la Iglesia Católica comandada por el arzobispo Ricardo Tobón Restrepo y un grupo de excelentes obispos auxiliares, pido respeto y buen trato. Que las faltas y errores cometidos por algunos sacerdotes, se traten ante los organismos competentes y no con escándalos amarillistas por emisoras.

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