Nicolás Maduro a lo Trump

Luego de observar la crueldad de Nicolás Maduro en su proceder como jefe del régimen en Venezuela arremetiendo contra humildes pobladores de nacionalidad colombiana, llego a la conclusión que tal actitud obedece a una desesperada estrategia para lograr mantenerse en el poder por la vía de los votos sin tener que apelar a la trampa.

Esta práctica fraudulenta es aplicada en el país desde la época de Hugo Chávez Frías, principal beneficiario del oscurantismo electoral característico de la primera mitad del siglo XX.

Al observar el discurso del candidato Donald Trump negarse al futuro para retrotraerse a la época de la “Gran Depresión” –1929-1939– cuando propicia la salida de inmigrantes quienes con su labor recuperaron las tierras agotadas en el pasado por el mal uso implementado del suelo por ambiciosos empresarios que solo avizoraban su lucro personal, temo ver de nuevo convertidas verdes praderas en polvorientas extensiones ausentes del preciado líquido de vida, hoy abundante.

En el empeño de Trump por captar votantes, apela a un sentimiento generalizado de súbito progreso y única posesión, como Chávez Frías en el pasado inmediato al ofrecer en regalía la propiedad producto del esfuerzo de otros sin reparar que los electores bien saben a esta fecha que la única y verdadera fuente de riqueza permanente es el trabajo.

Un discurso de mágica venganza característico del populismo no podrá desplazar por vía de un decreto la realidad.

En Venezuela Maduro trajo la sequía a tierras fértiles de esforzados jornaleros. Ellos junto a la sociedad civil fundamentados en la libertad y la avenencia vecinal piden a gritos su partida cuando más del 80% de los encuestados rechazan su presencia.

Donald Trump será superado por la cotidianeidad que muestra claramente la recuperación lograda históricamente en áreas agrícolas devastadas por codiciosos seres; hecho alcanzado gracias al trabajo enaltecedor de inmigrantes en prácticas que sus tradicionales habitantes rechazan por múltiples razones, como ejemplo trabajar hasta 12 horas viendo el suelo a campo abierto bajo las inclemencias del tiempo.

Ellos son los verdaderos héroes, varios estados de la Unión americana afectados –Kansas, Texas, Nuevo México, Oklahoma, Arkansas– los enaltecen por la recuperación del campo.

El mandatario venezolano por su proceder contra los neogranadinos parece haberse dado cuenta de la noche a la mañana que ese proceder de Jorge Rodríguez, el alcalde del Municipio Libertador, soslaya la verdadera partida de nacimiento del santandereano que lo inhabilitara, llegara a su fin.

Es tal el desenfreno de Maduro Moros que bien podría estar intentando una alocada aventura prebélica contra Colombia que le garantizara la destrucción del testigo escrito.

Una diferencia en el mejor de los casos del 20% con la oposición no será fácil remontar en elecciones parlamentarias de diciembre, ya que por encima de la situación económica del país que obliga deambular cual indigentes a ciudadanos jóvenes y mayores por igual; la acción del hampa, patrocinada por la indolencia e inefectividad del gobierno, ha calado muy hondo en el ánimo del venezolano.

Es difícil no comentar algún vecino haber sido víctima directa o por cercanía de tal flagelo.

A estas circunstancias hay que sumarles el alto costo de la vida como prioritarias preocupaciones. Todos están hartos de los comunistas, hasta los seguidores del marxismo hoy maquillado como el socialismo del siglo XXI.

En interrogantes formuladas por corporaciones especializadas en opinión pública, la empresa privada y la iglesia son las instituciones más favorecidas, razón por la cual la iniciativa particular es considerada de vital importancia para salir adelante retomando la senda política de igualdad para todos.

Los connacionales en referencia apoyados en un sistema de administración de justicia caracterizado por la presencia de jueces naturales, aspiran avanzar por el camino de la convivencia ciudadana en paz, luego de la partida del déspota Maduro.

En un estado donde sus jueces obedecen a motivaciones diferentes a las del ciudadano común, su gentilicio está condenado a desaparecer o la nacionalidad irremediablemente ponerla en dudas.

El chauvinismo de Donald Trump al plantear xenofóbicas aptitudes trae a mi memoria el pronunciamiento de Hugo Chávez cuando verbalmente abrió las fronteras a la delincuencia latinoamericana al anunciar el acceso a Venezuela de los hispanoparlantes con tan solo la cédula de identidad, bajo la idea de una gran patria. Sin duda los extremos se tocan.

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