No espero milagros

No espero milagros ni en la legalidad, ni en el emprendimiento, ni en la equidad durante el gobierno del presidente Duque. Pero sí espero que sea un gobierno mejor que el de Juan Manuel Santos. La economía ya está presentando una tendencia positiva, con una mayor confianza del consumidor.

En la legalidad, por ejemplo, como anota Eduardo Mackenzie, la Jurisdicción Especial para la Paz fue creada “para satisfacer los derechos de las víctimas a la justicia, ofrecerles verdad y contribuir a su reparación, con el propósito de construir una paz estable y duradera”.

Y continúa Mackenzie: “Sin embargo, emerge la JEP como un escandaloso sistema para evitar el juzgamiento y el castigo de los criminales de guerra y de lesa humanidad de las Farc y para acordarles, por el contrario, excarcelaciones, permisos de viaje, inmunidades, perdones, indultos y amnistías. Ese mecanismo de legitimidad dudosa está carcomiendo rápidamente el resto de las instituciones judiciales de Colombia”.

En cuanto a las tres reformas a la Justicia en trámites ante el Congreso, tengo la impresión de que no se ocupan ellas de los temas de fondo en nuestras numerosas e incompetentes Cortes. Por ejemplo, no reducen en forma apreciable el número de Cortes, no agilizan los trámites, ni reducen los tiempos para los fallos que tanto nos preocupan a los ciudadanos del común.

En relación con la reactivación del emprendimiento, es de esperar una reforma tributaria que sí reduzca de veras la tasa impositiva, que les retorne la rentabilidad a las empresas, que contribuya a atraer la inversión extranjera y que incentive la creación de empleos formales.

Para revivir el emprendimiento resulta igualmente importante contar con una tasa de cambio ligeramente más devaluada que la actual, para incentivar las exportaciones y encarecer las importaciones de contrabando, con monedas sobredevaluadas, como esas monedas donde cuesta más en Colombia la tela para fabricar una camiseta interior, que la camiseta ya terminada e importada de contrabando.

Emprendimiento sin educación de calidad no existe. Las huelgas recientes de los profesores y de los estudiantes para solicitarle al Gobierno incrementos en los dineros asignados a la educación, no parecen tener como objeto la calidad. Sospechamos algunos que buena parte de esos incrementos terminan elevando los sueldos de los profesores de las universidades públicas, elevándolos tanto que el costo anual de un universitario en no pocas de las públicas es mayor que en las privadas y la calidad no es superior. Entre tanto, las edificaciones universitarias acusan un deterioro lamentable.

La equidad, comprendida como la elevación del nivel de vida de los menos favorecidos, entraña un capítulo sobre la racionalidad en el crecimiento de la población de las familias pobres. Padres con más de tres hijos no deberían ser hoy muy frecuentes.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar