Había una vez, un patriarca hacendado, que había dedicado su vida a trabajar en el campo. Empezó con su abuelo y después con su padre y fue creciendo su propiedad con esfuerzo y sacrificio sin darse lujos, ni comodidades, apoyado siempre por su esposa. Las utilidades las iba invirtiendo en comprar más propiedades a sus vecinos y mejorar ganados y por supuesto en la educación de sus hijos. Con austeridad y disciplina, con buen juicio y pulcro manejo de sus bienes hizo este hombre una fortuna en tierras y ganados.

Sus hijos se educaron en la ciudad y en el exterior y poco interés demostraron en las propiedades paternas, solo en vacaciones disfrutaban de las atracciones del campo.

Cuando el patriarca y su esposa murieron, los hijos no tenían ningún apego por las propiedades rurales de sus padres y pusieron la hacienda en venta. Intervinieron avaluadores expertos y peritos, pero como no había apego ni conocimientos finqueros, vendieron la propiedad al mejor postor.

Después se supo que el comprador, que hábilmente solicitó plazos para cancelar el precio, les pagó la totalidad con solo vender los ganados seleccionados por el viejo.

Vuelve ahora el Gobierno Nacional y su flamante ministro alcabalero de Hacienda, a insistir en la venta de nuestra empresa insignia en producción de energía, Isagén.

Dice el doctor Jaime Jaramillo Panesso, en su artículo de esta semana que Isagén le produjo a la Nación, entre los años 2010 y 2014 la suma de $538 mil millones de pesos y que en los años que vienen, entre 2015 y 2019 la producción de esta “finquita” será de $2,6 billones de pesos, de los cuales $1,5 billones serán para la Nación. ¿Para qué vamos a vender lo que está produciendo?

Si es para la construcción de las carreteras que tanto anhelamos, ¿no dizque estas se iban a financiar por la banca privada y los Fondos Financieros?

Porque si las autopistas van a ser explotadas por los concesionarios que las construyan y que nosotros pagaremos con peajes, ¿para qué vamos a vender la finquita? ¿O no nos van a cobrar los peajes? ¿O será para pagarle a Konfirma la gerencia del túnel del Toyo?

Dice también mi amigo Jaramillo Panesso que con un comprador particular de Isagén, no habría garantía de los programas hidroeléctricos proyectados como los de Cañafisto en el Río Cauca, Antioquia; Piedra del Sol, en Santander; Río Patía, en Cauca y Nariño; y Andaquí, en Putumayo y Cauca. Y los proyectos geotérmicos del Nevado del Ruiz y la frontera con Ecuador, Tufiño-Chiles-Cerro Negro. Más los proyectos eólicos en la Guajira y Atlántico. Creemos que un inversionista particular y posiblemente extranjero solo estará interesado en llenar sus bolsillos.

Si hay plantón para atajar la venta de Isagén, allí estaremos. Ya los parlamentarios liberales nos están dando ejemplo con su protesta al Ejecutivo. Se saldrán de la Unidad Nacional para la venta de Isagén. ¿Qué esperan los conservadores y Cambio Radical?

Ñapa: La propuesta del Gobierno de grabar las pensiones es un atraco. Los pensionados ya pagamos impuestos cuando trabajábamos, las pensiones son nuestro ahorro. El aumento del IVA a 19 % es igual a la injusticia del 12 % de cobro a la salud de los pensionados. ¿Dónde quedó la placa de mármol santista, con la promesa de no más impuestos?.