NOS GANARÁN LAS FARC POR COBARDES

En otras ocasiones he expresado que "es muy doloroso que a uno le pongan cuernos, pero es abominable que le cuelguen la ropa ahí".

Permítanme plantear con toda seriedad un interrogante: ¿acaso no es eso lo que están haciendo las Farc con el presidente Santos y con todo el pueblo colombiano?

Bueno… Santos los escogió como pareja, pero nosotros, la absoluta mayoría de los colombianos, no los aceptamos, no los apoyamos, rechazamos su proceder.

Hace apenas unos días dos policías fueron secuestrados en el sur del país, "fueron asesinados a garrotazos y degollados", como lo reconoció el Secretariado de las Farc.

Ante la denuncia indignada del Ministro de la Defensa y del Director de la Policía, con desfachatez y cinismo, los "negociadores de paz" por parte de la guerrilla le dijeron al país que los guerrilleros asesinos… "sin tiempo para comunicar su situación a sus superiores y acosados por media docena de helicópteros artillados y múltiples patrullas, se vieron obligados a proceder contra ellos, cuidándose de no emplear armas de fuego".

Así de cínicos, así de infames, así de criminales los torturaron, los mataron a garrote y los degollaron con una estaca para "no llamar la atención".

Así actuaron los bandidos ¿y dónde la actitud firme, contundente y no doblegada del gobierno Santos?

¿Ni siquiera merecieron esos dos humildes policías la presencia del señor Presidente en su entierro?, él, tan dado a asistir a partidos de fútbol y al carnaval de Barranquilla.

¿Dónde estábamos los civiles? ¿Dónde esos que gozamos con las vallas que anuncian "los buenos somos más? ¿Buenos para qué?

¿Acaso con nuestro silencio cómplice y con nuestra indiferencia no fuimos nosotros los que les dimos el garrotazo final a esos policías?

¿Dónde la voz del camarada Cepeda, del hablantinoso Robledo, de la mediadora Piedad? ¿Qué han dicho el Consejo Gremial, la Andi, Proantioquia y demás sectores empresariales y sindicales?

Tiene razón el Papa, el nuevo y verdadero pecado mortal es "la globalización de la indiferencia".

Ojalá esa indiferencia y el "perfil bajo" al que juegan muchos, no nos pese cuando ya irremediablemente y ayudados por lo que entreguemos a los asesinos en La Habana, nos convirtamos en otra Venezuela.

Qué arrepentidos deberán estar los empresarios del hermano país viendo el declive de sus negocios, las expropiaciones a dedo y habiendo tenido que salir de su país para continuar con sus empresas.

Qué remordimiento tendrán hoy los miles de venezolanos apáticos que no encuentran ni leche ni pan ni pollo en los supermercados y que no tienen la libertad para expresarse ante la dictadura abusiva. Ellos también fueron indiferentes en su momento y jugaron al bajo perfil.

¡Qué envidia cuando en España, cientos y cientos de miles de ciudadanos salían a las calles a rechazar los asesinatos de la ETA… y la derrotaron.

A nosotros nos ganarán las Farc por cobardes.

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