Nunca antes ha habido tan poco dónde escoger como hoy

Imaginemos a nuestro país dentro de 10 o 15 años. El panorama que veamos dependerá mucho del presidente que asuma el poder el 1 de junio del próximo año.

Las elecciones de 2014, pasarán a la historia como las elecciones más difíciles en la historia de El Salvador. Difíciles porque el país está en crisis económica y política y difíciles porque entre los tres principales candidatos no hay ni un bueno. Los tres son malos.

Veámoslos en orden alfabético.

ARENA. Norman Quijano ha dado muestras de ser un pésimo candidato, desde el primer día que se autoproclamó como el próximo presidente del país. Su carrera desde entonces se asemeja a aquel avión que corre por la pista sin poder despegar. Quijano es la “escoba” con que hace cinco años, René Figueroa dijo que ARENA ganaría las elecciones, aunque una escoba fuera su candidato.

Además Quijano arrastra como pesado grillete su apoyo a Francisco Flores, en medio de críticas universales hacia el expresidente por la ligereza con la que ha manejado el tema de los fondos donados por Taiwán.

FMLN. Salvador Sánchez Cerén, fue señalado como candidato, por la troika comunista que controla el partido, por ser uno de los ancianos comandantes de la guerra civil. Sánchez Cerén es la escoba del FMLN, que confía que el voto duro, el apoyo de Mauricio Funes y de Alba, lo pueden llevar a la presidencia. Alrededor de su candidato, su campaña ha creado una imagen de humildad y honradez, a semejanza de don Pepe Mujica.  Pero comparar a los dos es comparar la luz con la oscuridad. Uno oye hablar a Sánchez Cerén y le dan ganas de llorar, es aburrido e ignorante.

Y ni hablar de su pasado histórico desde el que participó como líder de las FPL en muchos actos criminales de la guerrilla marxista.

UNIDAD. Elías Antonio Saca está haciendo campaña con énfasis en su “experiencia” en el gobierno. Mejor no lo debería hacer, porque los salvadoreños no olvidamos que el suyo fue uno de los gobiernos más corruptos en la historia del país. Nadie ha presentado “pruebas”, porque Funes lo blindó.

También recordamos cómo Saca fue el centro del universo, el sol alrededor del cual giran las estrellas y los planetas. ¿Cómo olvidar aquello de que “un voto por ARENA es un voto por Tony Saca”. Apre moi le diluge.

Los tres candidatos a la vicepresidencia son mejores que sus compañeros de fórmula, pero infortunadamente, no son los vicepresidentes quienes van a gobernar.

Les escépticos decimos que la campaña ha sido espectáculo maratónico que poco tiene que ver con la gobernabilidad del país, porque los candidatos han sido incapaces de ofrecer soluciones a los principales problemas del país.

¡Te equivocas! me van a decir. Norman ha prometido acabar con las maras. Son promesas como esas que le restan credibilidad al candidato de ARENA.

La realidad es que el próximo presidente tendrá que enfrentar la crisis más seria que en el país, desde la depresión de 1930; el mayor endeudamiento y el menor crecimiento en nuestra historia.

Hasta la fecha, ninguno de los candidatos ha hablado claramente sobre esto. Deben de hacerlo, pero no solo con palabras y frases grandilocuentes, sino que con planes concretos y reales que convenzan a la población que sus intenciones son de absoluta dedicación a la solución del problema que vivimos.

Por supuesto que no pretendo prescribir lo que hay que hacer ni cómo hacerlo. Pero considero necesario que aquellos que tenemos el privilegio de gozar de un espacio para opinar, hagamos oír nuestros criterios no como praxis política, sino que como voz ciudadana.

La próxima administración tendrá que convencer a la población que todos debemos compartir la premura económica y si eso significa absorber aumentos en el costo de la vida, pues así deberá ser.

Imaginemos a nuestro país dentro de 10 o 15 años. El panorama que veamos dependerá mucho del presidente que asuma el poder el 1 de junio del próximo año, de su gabinete de gobierno, de una Sala de lo Constitucional independiente y honesta como la que tenemos hoy,  y de una Asamblea Legislativa verdaderamente elegida por el pueblo y no por los partidos.

Ninguno de los tres candidatos llena los requisitos para gobernar el país como los salvadoreños esperamos y el país necesita. Sin embargo, yo voy a votar por ARENA, no porque crea que Norman Quijano sea el mejor, sino porque no quiero ver mi país en manos de un gobierno socialista o en manos de alguien que ya demostró antes cuál es su estilo de gobierno y su principal interés.

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