Nunca entenderé

A lo largo de esta administración de Juanpa (como le gusta que le digamos), no he podido entender muchas cosas que se hacen, se dicen y se piensan. Este país está al revés. Y eso parece contagioso.

Se contagió al Congreso, se contagió a la justicia y se contagió a buena parte de la opinión colombiana que se deja influenciar por la mermelada.

Soy ingeniero, no sé de leyes, muchas veces me enredan y me asustan. En las matemáticas que aprendí y enseñé, las razones y las soluciones no son acomodaticias, no cambian por una situación u otra. Es una ciencia exacta. Pareciera que el derecho es lo contrario: manipulable, acomodaticio, puede cambiar de una situación a otra o depende del pensamiento, la tendencia y, lo peor, el deseo de quien lo aplica.

Sale ahora, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, José Leonidas Bustos, a decir que “de considerarse el narcotráfico conexo a los delitos políticos, la extradición de los jefes guerrilleros podría suspenderse”. Para justificar semejante afirmación dice: “Delito político y anhelo de paz; hacia una dogmática compatible con la justicia transicional”, argumenta que el narcotráfico cumpliría con la conexidad del delito político cuando hubiese sido aplicado como un instrumento y “cuando es utilizado como herramienta para sostener económicamente los fines políticos de la confrontación armada en el país”.

Definitivamente vamos hacia la entrega total del país a los terroristas, narcotraficantes, secuestradores, reclutadores de niños y tendremos que terminar felicitándolos por su altruismo al dar tanto empleo para poder cultivar 28.500 hectáreas de coca, para dar tanto empleo en el manejo de los laboratorios, aunque contaminen las aguas donde vierten los insumos para la producción y agradecerles que ayuden a la economía colombiana con la llegada de tantos dólares para tapar el despilfarro de Juanpa (como le gusta que le digamos).

Soy, como ya lo dije, ingeniero electricista. No entiendo cómo, al conectar un delito con otros delitos, así sean políticos, esos delitos juntos, conectados, dejan de serlo. Para esa transformación y para entenderla, vamos a necesitar un ingeniero químico para que nos explique cómo reacciona esa mezcla de delitos y qué se produce. Puede resultar un delito mayor, el doble, pero nunca una santificación de esos angelitos que disfrutan en La Habana.

Que Dios nos libre de esos magistrados torcidos.

Otra cosa: vi a un Juanpa (como le gusta que le digamos) con mala cara, serio, grave, dije para mis adentros: o le fue mal o va a reaccionar frente a sus homólogos Maduro, Correa y Vásquez. Ellos, enemigos de Colombia, digan si no, uno de Venezuela, el otro representante de Unasur y el Correa que pidió en extradición a Juanpa (como le gusta que le digamos) antes de la traición. Me equivoqué, el nuestro, o el de los otros porque a mí me da pena decir que es nuestro, es de los mismos, es de su hermano Enrique, es de Castro, es de Piedad (la que apoyó a Maduro para expulsar colombianos de bien) y, en definitiva, es de los Timichenco y Cía.

¿Quién podrá salvarnos? Un amigo me dijo que la RIA nos salvará, creo que sí.

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