Pacho Santos, la opción colombiana

Colombia ha sufrido durante los tres últimos años de un gobierno indigno que traicionó los principios democráticos, seguridad y progreso para los cuales fue elegido… Haber sacado del fango de la selva a los asesinos más buscados y convertirlos en divos desde los parasoles de la Habana – Cuba, para discutir lo indiscutible, anteponiendo intereses inmerecidos al sufrimiento de las víctimas de la guerra terrorista, demuestran que, aquel que recibió el endoso de la popularidad y aceptación de Álvaro Uribe, no pudo descifrar el mensaje del rostro del sufrimiento del pueblo; menos, ha de percibir el dolor que sufren sus corazones. Por lo menos, yo, no concibo la idea de un gobernante colombiano que no sienta dolor, que no se postre al final del día al reconocer que una gran parte de su pueblo sigue viviendo en la desgracia de la masacre y el destierro. Así como tampoco creo merecedor del sillón de Nariño a quien no se haya jurado a sí mismo capitalizar el dolor y la ira que produce la guerra terrorista en ideas y valentía para comandar una nación con justicia y democracia. Colombia tendrá pronto la oportunidad de elegir un nuevo gobernante que no produzca en el colectivo social la incredulidad que actualmente produce Juan Manuel Santos a la hora de hablar de paz, seguridad y progreso. Mayo del próximo año será el momento en donde meditar sobre el voto se volverá trascendental. Los colombianos no pueden darse el lujo de volverse a equivocar. Equivocarse es retroceder, si algo ha hecho Juan Manuel Santos es dejar en claro este axioma. Santos es un accidente que no debe volver a repetirse, Colombia ya no está para eso… los principios uribistas, que son probados mecanismos de salvación y progreso deben ser representados e impulsados por un personaje que brinde garantías de lealtad a sus electores. Hay varios candidatos para esto propuestos desde varios frentes del Uribismo, con el respeto que merecen estos notables; yo, en lo personal prefiero hablar de Francisco Santos. "Pacho", como le dicen con afecto amigos y seguidores guarda ciertas similitudes trascendentales en el acontecer de su vida como las que moldearon el carácter y el compromiso de ese guerrero de nombre Álvaro Uribe que gobernó Colombia por dos periodos. Debido a la oposición constante de Pacho Santos al terrorismo y narcotráfico este también sufrió en carne propia el azote del crimen organizado al ser secuestrado por el capo de la droga Pablo Escobar el 19 de septiembre de 1990, y fue liberado el 20 de mayo de 1991, desde ese momento empezó a caminar de la mano de cientos de miles de víctimas del secuestro y sus familiares. El premio Nobel de literatura colombiano, Gabriel García Márquez, conmovido, tomó nota y contó la historia de Pacho en su libro titulado "Noticia de un Secuestro". A partir de ese momento Pacho empezaría con sus acciones a marcar fechas históricas para Colombia: en diciembre de 1996, un millón de colombianos marcharon por las calles de Bogotá, Medellín, Cali, Villavicencio y Valledupar bajo el lema "Por el país que queremos no más secuestros". En 1997, la organización País Libre, bajo el liderazgo de Pacho Santos, junto a Unicef y Red de Paz promovieron el llamado "Mandato Ciudadano por la Paz, la Vida y la Libertad", es así que en octubre de ese año durante las elecciones seccionales, en una urna paralela diez millones de colombianos dijeron a través del voto, no a la guerra y sus atrocidades. Francisco Santos fue también uno de los creadores del movimiento ¡NO MÁS!, que en junio de 1999 realizó su primera gran marcha en Cali, para protestar por el secuestro masivo llevado a cabo por el grupo terrorista ELN en una iglesia de esa ciudad del Valle. De ahí en adelante las marchas no cesaron y se replicaron en una veintena de ciudades. En octubre de 1999, doce millones de personas salieron a las calles con Pacho Santos a la cabeza y el movimiento ¡No Más! para exigir a los grupos guerrilleros el cese al fuego, la negociación justa por la paz y la liberación de los civiles secuestrados. Era la Primera Gran Marcha Nacional por la Paz, realizada al unísono en setecientos municipios y en cincuenta y ocho ciudades del planeta donde la migración de colombianos es considerable. Desde aquella época Pacho con su constancia y entereza fue el catalizador para que los colombianos se dieran cuenta de su capacidad de unidad y convocatoria por las causas justas y a partir de ese momento las marchas han marcado hitos históricos. El 23 de enero del 2000, el movimiento ¡NO MÁS! Nuevamente con Pacho a la cabeza realizó el Primer Apagón Nacional por la Paz. Fue un domingo en la noche, más de dieciocho millones de personas apagaron las luces de sus casas. La protesta se realizó contra la guerrilla del ELN y su estrategia de derribar torres eléctricas en el país.

Pero tantas proezas y valentía en su lucha por la paz y contra el terrorismo harían que el destino le pasara la factura a Pacho, en el año 2000, inteligencia de la CIA y de la Policía de Colombia, descubrieron un plan para asesinarlo. El encargado de ejecutar el crimen era el comandante de las FARC, alias 'Romaña'. Francisco Santos decidió exiliarse en España junto con su familia para preservar su vida y regresó solo para acompañar a Uribe en la contienda electoral que los declarara triunfadores.

Este personaje proveniente de una familia de políticos y comunicadores cual Antonio Nariño moderno, al igual que el prócer, ha sido destacado precursor de nobles causas, ha provocado en la historia de Colombia grandes e históricas movilizaciones, apagones y gritos de protesta contra la injusticia, la criminalidad, el hambre y la guerra terrorista. Ha sufrido en carne propia el cautiverio criminal sobre su cuerpo demostrando que su espíritu y sus ideas nunca estuvieron prisioneros. Pacho, ya estuvo en el poder durante los ocho años que cambiaron la historia de Colombia para bien, uniendo su hombro al de Uribe en el combate al terrorismo, acción que se convirtió en fuente de recursos para su país -por lo que su eventual triunfo en las urnas no lo cogerá como nuevo, el ya pasó con honores la prueba-, y, algo fundamentalmente importante; Pacho no siente el ego de querer separar su imagen del más grande colombiano de todos los tiempos, como erróneamente lo hiciera quien prefirió el apelativo de jugador de póker al de sucesor de héroe. Tal distracción -la vanidad- no le permitió calcular su desgracia. Como me parece de buena la idea que si a Francisco Santos el pueblo le asigna el honor de ser el primer servidor público de su país, bajo esa encomienda, obligue al ex Presidente Uribe a atender el llamado patriótico de acompañarlo en la ardua tarea como su Ministro de Defensa, no se me ocurre nadie más apropiado para comandante de la paz y de la guerra. Debería comprometerlo desde ahora, su solo anuncio devolvería la esperanza en el futuro y visos de justicia a los colombianos. Pacho sabe muy bien lo que hay que hacer y la tiene clara. El resto es de los ciudadanos, hay que tener cuidado con los lobos disfrazados de oveja que el oficialismo candidatizará para intentar el continuismo de la desolación y la impunidad. Después de la desgracia documentada bajo el nombre de la traición: "Juan Manuel Santos", Colombia no se merece más experimentos riesgosos. En lo personal, yo no arriesgaría más. Yo creo que hay que ir a lo seguro. Y con Pacho; vamos a lo seguro.

Ex Asambleísta Nacional del Ecuador (A)
Preso Político del régimen de Rafael Correa.
Twitter: @fernandobalda

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