Padrino López revoca a Maduro

El presidente pasó de homenajear a los militares hasta el fastidio a darles el control de Miraflores como última frontera de la resistencia.

Nicolás Maduro en su evidente desesperación ha abdicado frente al poder militar; entregándole el gobierno al mayor General en jefe, Vladimir Padrino López. Su acto no es solo la confesión manifiesta de su incapacidad como estadista, sino que indica que los amos del reino toman el control absoluto de un régimen que está en un profundo estado de deterioro.

Ante el miedo al revocatorio que lo derrotará de manera cómoda, optó por el revocatorio institucional que encabeza el estamento castrense; el presidente pasó de homenajearlos hasta el fastidio a darles el control de Miraflores como última frontera de la resistencia, es Nerón tocando la lira mientras el país se cae entre las llamaradas de una insatisfacción que no parece dar tregua.

Ha muerto una revolución que no satisfizo los sueños de los venezolanos. El pueblo sufrió el hartazgo ante una mentira que los rebasó. Nicolás Maduro jamás pudo colocarse a la altura del compromiso, prisionero de la postrera decisión de un moribundo, su falta de carácter para enfrentar los demonios desatados lo hicieron una apuesta débil que se estrelló con los factores que nunca lo aceptaron. Atado al dictamen cubano, esclavo de la imagen de Hugo Chávez y hasta maniatado por su recuerdo, tuvo que emprender el viejo corto de la gallineta. Su piso como líder jamás despegó del piso en donde quedaron los restos de un proceso que naufragó. Administración que tuvo los mayores recursos de la historia en manos de empíricos practicantes de la mediocridad política.

El 'revocatorio' de Vladimir Padrino López no necesitó de la validación de las firmas, tampoco de largas colas de gente protestando. Fue un acto en donde los verdaderos amos del poder se quitaron el antifaz. Una entrega mansa para hacer del militar encargado de suprapoderes; una especie de monarca que ausculta el poco pulso político que le queda al primer mandatario nacional. El uniforme de gala se impone al hombre que transformó su presidencia en la continuidad del saqueo nacional, volvieron las aguas ventosas de nuestra historia en donde las decisiones eran bostezos cuartelarios. Solo vientos de sombras que alumbran los esqueletos de un socialismo fétido, cayeron las máscaras de algunos que se disfrazaron de redentores, pero la patria volverá a conquistar su libertad.

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