PERIODISMO CURIOSO

No hablo de las curiosidades que publica el periodismo colombiano sobre ciencias, astronomía, medio ambiente y tantas otras cosas interesantes. Esos temas se los dejo a Ramiro Velásquez que, con todo el conocimiento y amenidad, publica en este diario.

Lo curioso del periodismo es el cambio que se da cuando se trata un tema que involucra a una persona o empresa y que se comenta de una manera, pero se cambia radicalmente de opinión, o se ignora, cuando se trata de otros. Esto no es de poca frecuencia, lo encontramos a menudo.

Hace dos semanas escuché el comentario de Ramiro Valencia Cossio por la Cadena Caracol, como lo hacía cada día, pero esta vez era la despedida de sus oyentes por la echada que le dieron en esa cadena radial. Echada se da cuando se le dice al empleado que no trabaja más, echada también es cuando se le cambian los términos del contrato para hacerlo aburrir y presente su renuncia, cuando se tiene dignidad. La primera forma es franca y honesta, la segunda es camuflada y rastrera. Ningún medio criticó la salida de Ramiro de Caracol, como sí lo hacen cuando sale alguien de El Colombiano.

Ramiro no tiene pelos en la lengua y, cuando tiene que criticar, lo hace en forma franca. Así eran sus comentarios en esa cadena y así se refería al presidente Santos, con franqueza. Pero la famosa mermelada no permite eso. Los medios viven de la publicidad, también mermelada oficial.

Es que Ramiro conoce muy bien a nuestro presidente. Fueron compañeros en el Gabinete del presidente Pastrana.

Cuando regresé de la misión diplomática ante la Santa Sede y cambié ese honroso cargo por la campaña del doctor Santos, Ramiro me criticó y me dijo que yo no conocía al candidato. Cambiante en sus opiniones, débil en sus actuaciones, que para él, para Santos, no había amigos, anteponía sus intereses.

Yo estaba convencido de que seguiría con la "seguridad democrática", ya había dado muestras con sus actuaciones en el caso de la liberación de Íngrid Betancourt, los extranjeros y los soldados y policías. Ya había mostrado su decisión en el ataque al campamento de "Raúl Reyes" en el Ecuador. Todo eso me confirmó (aparentemente) el error en el que estaba Ramiro. Llegó al poder con el apoyo del pueblo que veía a una guerrilla disminuida por la acción de nuestras Fuerzas Armadas y por la voluntad decidida del presidente Uribe.

Santos, en ese gobierno, perseguido por el presidente Correa, del Ecuador. Perseguido y criticado por el presidente Chávez. Reclamado en extradición por un juez de Sucumbíos. Como era de esperarse, defendido y apoyado por el presidente Uribe.

Llegó a la presidencia y confirmó lo que me había dicho Ramiro; buscó a Chávez y seguramente pudo demostrarle que no tuvo la culpa en lo que sucedió con sus (los de Chávez) amigos guerrilleros, seguramente también llegó a convencer al presidente Correa de que no fue quien ordenó la operación Fénix. Nada tuvo que ver en esos triunfos contra la guerrilla, participó en primera fila en la pantalla del triunfo, pero ya demostró que se coló para la foto.

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