PERVERSIDAD «DEMOCRÁTICA»

La semana pasada tuvimos noticias importantes en lo que respecta a las candidaturas independientes. Unas noticias fueron buenas y otras malas. Por un lado, el Congreso de la Unión aprobó el dictamen de reforma política que incluye una nueva ley de partidos y las candidaturas independientes.

Desde 2012 un grupo de ciudadanos emprendimos una lucha jurídica y política porque se respetara en México el derecho humano de participación política en su vertiente pasiva, el derecho a ser votado, sin ser postulado por un partido político.

Otros ciudadanos nos habían antecedido en la lucha, tal es el caso de Jorge Castañeda quien llevó ésta hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Hoy tenemos ya reconocido expresamente en la Constitución las candidaturas independientes y también una ley que da certeza al derecho de los ciudadanos a postularse como candidatos independientes a los partidos políticos en elecciones federales. Sin embargo, nuestros legisladores establecieron requisitos y condiciones que no necesariamente permiten el ejercicio pleno de este derecho, o bien, que generan condiciones de inequidad en la contienda ya que se les otorgan ventajas a los candidatos de partido.

Por ejemplo, para ser candidato independiente, según la nueva ley, se debe contar con cierto apoyo ciudadano de tal manera que si el aspirante desea ser candidato a la presidencia de la República debe obtener un respaldo del 1% del padrón de electores; esto sería actualmente cerca de 800 mil firmas de apoyo en un período de 120 días.

Sepa el lector que para formar un partido político nacional la ley exige el 0.26% del padrón, es decir, poco más de 200 mil afiliados. Esto significa que a un aspirante a independiente se le pide casi 4 veces más firmas que las requeridas para formar un partido político. Además, para lograr ese porcentaje de firmas de apoyo, el aspirante no puede hacer precampaña, y se le prohíbe en todo tiempo la contratación de radio y televisión, so pena de negarle el registro.

Los partidos, no conformes con ponerle trabas a los aspirantes a candidatos independientes, establecieron que la cedula de respaldo que contenga las firmas de apoyo ciudadano deberá acompañarse de copias fotostáticas de la credencial de elector de los que apoyan.

A pesar de la ilegalidad que significa pedir la credencial de elector “para llevármela a sacarle una copia”, se tiene el costo económico y la dificultad material de cumplir este requisito. Por otro lado, existe el riesgo que partidos políticos con pocos escrúpulos se den a la tarea de recoger credenciales de electores en nombre de los aspirantes a candidatos independientes con el objeto de que en sectores donde no son beneficiados con el voto, estos ciudadanos no puedan votar porque no se les regresó la credencial.

Ya el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el juicio ciudadano SM-JDC-481/2013 promovido contra la legislación de Zacatecas resolvió “que si la finalidad de establecer requisitos es establecer un filtro, resulta excesivo e injustificado que se exijan porcentajes de apoyo ciudadano con tal desproporción… inhibiendo sus posibilidades de participación a los candidatos independientes, a través de condiciones de acceso desproporcionadas”. El Tribunal también declaró la no aplicación de la medida que exige “una copia simple y legible de las credenciales de elector de los ciudadanos”.

Además la partidocracia se sirvió con la cuchara grande en los tiempos oficiales de radio y televisión como si fueran tiempos de los partidos y no del Estado, generando total inequidad en la contienda para los candidatos independientes.

Como se puede apreciar mis amigos, no existen más que dos posibles conclusiones después de este análisis: O nuestros legisladores federales son muy tontos, o son muy perversos. Usted concluya.

@ClouthierManuel

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