¿Polarizan las víctimas?

El jefe negociador del Gobierno dijo ante el Congreso, el 6 de agosto que “polarizar a las víctimas es un retroceso”; defendió los mecanismos de selección de las víctimas que irán a La Habana, hecha por la ONU y el grupo de investigación  Centro de pensamiento y seguimiento al proceso de diálogos de paz al proceso de paz; e Insistió que a Cuba se llevará un documento de 13 puntos, resultado de los foros presididos por el  Fabrizio Hochschild  y Alejo Vargas, de la ONU y la Nacional, respectivamente.

El mencionado señor Hoschchild dijo durante el foro de víctimas reunido en Cali que “en las mesas organizadas y facilitadas para el foro la lógica no es reunir a las víctimas con el victimario, porque el objetivo de estas reuniones es fortalecer el proceso e ir construyendo paz, entonces no queremos crear bandos de víctimas, porque eso no nos parece muy compatible con el fin de apoyar un proceso que lleva a la reconciliación y el entendimiento” (ww.elpais.com.co, 03.08.2014)

Nos parece un despropósito con las víctimas de las Farc y un favorecimiento indebido a estas, porque les permitirá ocultar a sus centenares de miles de víctimas, desviando la atención de sus crímenes y aprovechando para achacárselos al Estado y a las autodefensas.

Ha sido tal la segregación, que las víctimas de esa guerrilla protestaron en Cali y montaron una mesa paralela, cuyas demandas fueron atendidas de mala gana, y finalmente no fueron resueltas  por el representante de la ONU.

Las víctimas de las Farc no polarizan ni hacen retroceder el ”proceso”,  sino que exigen un reconocimiento de su condición por parte de esa organización, y la subsecuente reparación y confesión de la verdad, así como el castigo para los delitos de lesa humanidad para aquellos que los hayan cometido. Esta posición es la que, en realidad, es lógica, porque se trata de un proceso de negociación con ese grupo terrorista. Que allí se trate la cuestión de víctimas  de otros actores, desborda el objeto que el mismo gobierno fijó al afirmar que no iba a discutir con ellas asuntos de la política del Estado, salvo un punto sobre tierras, y luego una serie de acuerdos específicos que les permitirían reintegrarse a la legalidad, por ejemplo, el que tiene que ver con las víctimas, que se entiende, entonces, son las de las Farc.

¿De cuándo acá el Estado tiene que acordar con estos criminales el tema general de la reparación y la verdad? ¿Por qué se deja meter los dedos en la boca? ¿Es tal el odio a Uribe, que lo hecho en su gobierno con las autodefensas no sirve? Esos delincuentes han confesado más de cinco mil muertes y otras prácticas atroces, y las demoras en el juzgamiento se deben a que la Corte Suprema cambió las reglas de juego; a lo que se suma que el actual gobierno no le ha dado a ese proceso el soporte que requiere, a pesar que la comunidad internacional declaró que funcionaba, con la esperanza de que fracase, precisamente para justificar su propio proyecto. Si algo ha sido aplicado con rigor, son los criterios para permanecer dentro del marco de esa ley. Muchos han perdido, con razón, el beneficio dela rebaja de penas; y casi todos los grandes líderes de esos grupos han sido extraditados a los Estados Unidos porque, según afirmó el expresidente Uribe en el Congreso, seguían delinquiendo, incluso, preparando asesinatos. Pero su extradición se hizo  asegurándose de que la justicia colombiana siguiese los procesos internos; lo que de hecho, hizo posible las más de mil audiencias realizadas por la Fiscalía en ese país.

Por otro lado, los jueces no han escatimado esfuerzos para perseguir a militares y policías que hayan cometido delitos atroces, lo cual está bien, si se hace dentro del derecho, con garantías procesales, como las que merece cualquier ciudadano. Si ha habido una crítica contra la justicia civil que juzga a estos funcionarios, es que pueden ocurrir excesos. ¿Y qué decir de la legislación misma sobre el fuero militar, la cual ha sido cuestionada porque impide u obstaculiza el accionar de los militares? ¿Y es que al gobierno tampoco le sirve el que haya miles de militares y policías juzgados por falsos positivos, a pesar de que muchos de ellos son presuntos falsos negativos montados por ONG de extrema izquierda, en juicios de los que se dice, carecen de garantías procesales?

No hay, entonces, ninguna excusa válida para tratar el tema general de las víctimas con las Farc. Lo que ocurre es que se está construyendo una nueva gobernabilidad en Colombia, que legitima a los terroristas, hasta el punto de que ya el presidente habla de un “cese bilateral al fuego”, y las recrimina el ataque a civiles porque la contienda es “entre dos ejércitos”; y el inefable señor Hoschchild dice que hay víctimas en las Farc y en las Fuerzas Armadas, y agrega,  “entre uniformados”, igualando a éstas, que son las portadores legítimas de las armas, con un una organización de bandidos terroristas. ¡Apague y vámonos!

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar