¿Por qué en Colombia Paz es sinónimo de caos?

Históricamente los gobernantes colombianos en su afán de “negociar” con el terrorismo y conseguir la “paz” han obviado los delitos cometidos por esos grupos, mientras que nuestros gobernantes miran para otro lado, los grupos terroristas en Colombia han destrozado y siguen destrozando vidas sin que el gobierno se pronuncie. Buscar la paz no es necesariamente una justificación para aceptar el caos a que se ve abocada la sociedad  colombiana una y otra vez, cuando a algún gobernante se le ocurre la idea de figurar en organismos internacionales o acreditarse el Premio Nobel de Paz –bastante venido a menos por cierto desde que se lo otorgaron a Barack Obama- sin embargo, esta pesadilla sigue y sigue.

El asesinato de miembros de la Fuerza Pública no es -según algunos gobernantes colombianos- más que “el precio que Colombia tiene que pagar por conseguir la paz”. El caos que vive Colombia ha llevado a una avanzada desindustrialización del país, a la retirada de inversión extranjera tan necesaria es este país. Pero el caos es el precio por conseguir la paz. Hace pocos días el presidente de Yemen reunido con Barack Obama en la Casa Blanca al ser preguntado por la situación de su país afirmo:"El desarrollo de Yemen llegó básicamente a su fin por lo que no hay turismo, y las compañías petroleras, las compañías de petróleo que exploran, tuvieron que salir del país como resultado de la presencia de Al Qaeda", dijo Hadi. Algo parecido ocurre hoy en Colombia.

Grupos terroristas como Al Qaeda y sus franquicias así como El Talibán dirigido por el clan Haqqani, han incurrido y continúan incurriendo en actos terroristas, tan parecidos estos a los que los terroristas colombianos llevan a cabo, pero ¿Por qué aquellos son terroristas y estos no? Hace pocos días la BBC informaba: “Emboscada en Afganistán deja por lo menos 90 muertos […]El resultado de la emboscada dejó como saldo un total más de veinte policías muertos junto con setenta insurgentes en un choque que se prolongó durante cinco horas. El enfrentamiento entre los policías afganos y el grupo talibán ocurrió en el distrito de Sherzad, en la provincia de Nangarhar. Los talibanes han confirmado el enfrentamiento pero según su versión muchos más policías murieron y en sus filas sólo cinco hombres fallecieron”. Esto es terrorismo.

Sin embargo, lo anterior es terrorismo, pero lo ocurrido el 20 de julio en Colombia  donde 21 militares murieron en dos emboscadas del grupo terrorista ELN no es terrorismo según el gobierno. Con esta perspectiva negativa en materia de seguridad y un caos institucionalizado ¿a que se enfrenta la sociedad colombiana? Tiene dos opciones, o se deja absorber del “apaciguamiento” del que el entonces ministro de Asuntos Exteriores chino durante la Guerra Fría afirmaba: “Lo de ‘apaciguar’ a Moscú, dijo, era ‘como dar alas a un tigre para que tenga más fuerza’” o plantarse ante el reino del caos imperante en este momento en Colombia y, eso solo se logra con cambios de políticas públicas, pero esos cambios que debe sufrir la política pública se logra en las urnas, solo allí tendrán la oportunidad de cambiar el caos por un orden no solo institucional sino constitucional.

El caos ha sido impuesto por este gobierno bajo la premisa del “dejar hacer, dejar pasar” para no enojar a la “otra” parte de los negociadores. En un mundo que ha cambiado desde los atentados terroristas del 11-S y a partir de la entrada en vigencia del Estatuto de Roma, la paz no se negocia, porque sencillamente no es negociable y no lo es porque es un derecho de todo ciudadano en el mundo. Sin embargo esto de permitir el caos, previo logro de la “paz” hizo carrera en Colombia y no parece que vaya a desaparecer como premisa de pacificidad en algunos políticos colombianos.

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