¿Por qué la sorpresa?

Aún no sé qué me causa mayor curiosidad, el gran apetito burocrático de la colectividad conservadora o la indignación causada por dicho apetito. Como si de repente el Partido Conservador hubiese cambiado en algo, como si en los últimos años hubiese hecho algo más que ocupar espacios en el gobierno negociando unos principios que hace rato dejaron de defender, como si fuese suficiente tener un club parlamentario para llamarse partido político. Hace rato esa idea se perdió, hace tiempo se perdió el norte.

Quizá Marta Lucía, a pesar de los bandazos que ha dado por cuanta colectividad política existe, ha sido la más consecuente dentro del conservatismo. Al menos ha tenido ideas, propuestas, ha sido valiente, ha pretendido proponer algo. Del resto podría decirse que son parte de la Unidad Nacional ya que ganó Santos, serían los más uribistas si el ganador hubiese sido Zuluaga. Si algún día la izquierda llega al poder, supongo que encontrarán la forma de revivir el Partido Social Conservador para ajustarse a los nuevos tiempos.

Mientras tanto podríamos seguir pretendiendo que de verdad hay algún nivel de indignación dentro del partido. Digamos que es una injusticia pensar siquiera que podrían perder los dos ministerios que poseían en el gobierno anterior.

Digamos, simplemente con el ánimo de hallar alguna razón de peso, que el partido ha propuesto algo como colectividad, más que simplemente un par de afiliados con cédula azul. Pero no recuerdo que realmente hubiese alguna política conservadora, ninguna idea defendida fuera de las políticas del gobierno. Espero equivocarme, porque sería verdad que sólo buscan puestos.

Mientras tanto podríamos pensar sobre las razones que permiten que a pesar de todo el partido siga obteniendo las votaciones que logra en las elecciones parlamentarias. No creo que sea por los grandes liderazgos, no veo que sea por cuenta del recambio generacional. Tampoco por los años en el poder, por la defensa de ideas, por las propuestas de país. Creo que el conservatismo subsiste hoy gracias a las prácticas clientelistas, no mucho más, no mucho menos.

Lo triste el pensar que aún hay colombianos que se indignan, que creen en el Partido. Y es triste porque el Partido hace tiempo dejó de pensar en hacer algo para conectarse de nuevo con los colombianos, para ser un verdadero partido político. Ojalá que alguien, al menos por simple decencia, recuerde que este país necesita propuestas, no caudillos ni gamonales.

@juandbecerra

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