Posible venganza de las Farc con Santos

Cuenta Ludwing von Mises, gran economista austriaco, que el primer ejemplo de devaluación artificial de una moneda se presentó en Roma, en tiempos del emperador Dioclesiano, muy conocido por haber sido el último de los emperadores romanos que persiguió a los cristianos. Gobernó este en la segunda mitad del siglo tercero.

Como es sabido, el comercio se realizaba por entonces con monedas acuñadas en oro y en plata, en especial, con pocas aleaciones. Lejos se hallaba en ese entonces la circulación de la moneda impresa y la inflación era muy leve, diríase que primitiva.

Pero como los gobiernos han sido desde entonces inclinados a las trampas, los asesores le sugirieron a Dioclesiano mezclar la plata con cobre y reducir a la par el peso de sus monedas, hasta el punto en que la población comenzó a darse cuenta del engaño por culpa del color amarillento de las nuevas monedas y de su reducido peso.

El paso siguiente no se hizo esperar, los comerciantes y los ciudadanos comenzaron a elevar los precios y la población comenzó a protestar. Como los emperadores romanos eran omnipotentes, decretaron la pena de muerte para quienes subieran los precios. El resultado fue fatal, el control de precios no funcionó y el Imperio Romano se desintegró a partir de ese momento, concluye von Mises.

Luego, años más tarde, la misma devaluación exagerada y devastadora de una moneda se presentó durante la Revolución Francesa, narra nuestro autor. Pero como la tecnología para imprimir moneda había mejorado ya notablemente, acudieron los franceses a la impresión de dinero para financiar sus promesas inalcanzables.

Los revolucionarios -continúa von Mises- no acudieron a controlar sus precios por los métodos arcaicos de Dioclesiano, porque el señor Guillotin los modernizó, les inventó su guillotina para penalizar a quienes incumplieran su fracasada legislación titulada ´leyes de los precios máximos´. Cuando guillotinaron al cruel Robespierre, jefe supremo en ese momento de la revolución, en un episodio liderado por los mismos parlamentarios que lo apoyaban, algo que él nunca se esperó, la gente gritaba: “Así muere el cruel máximo”. Hasta aquí los comentarios de von Mises.

La impresión escandalosa de dinero retorna 1500 años más tarde a Venezuela, causando inflaciones cercanas al 700% por año en 2016. Y como bien puede llegar a suceder en la inocente Colombia durante una dictadura de las Farc, si continuamos posicionándolas por sobre los partidos tradicionales. El socialismo de las Farc se centrará en gravar en forma exagerada a quienes puedan crear empleos y terminará imprimiendo dinero hasta destruir la economía.

Coincido con quienes temen que algo inesperado por él también podría sucederle al presidente Juan Manuel Santos, de ser juzgado por la Justicia vigente dentro de algunos años, por culpa de las muertes de Raúl Reyes, “el Mono Jojoy” y Alfonso Cano, porque los políticos farianos a quienes les estamos entregando el país, no le perdonarán que haya sido él ministro de Defensa y presidente durante estos decesos.

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