Pronósticos del ‘eurotour’ presidencial

Mucho banquete, pero poco billete. Mal momento para sacar la totuma en una Europa quebrada, con economías de vacas flacas, más agrietadas que las arcas de Cárdenas.

Casi conmovedor resultó el entusiasmo febril con el que nuestro Presidente presentó la agenda de su eurotour mientras los ojos le brillaban de alegría al inventariar el número de reyes, primeros ministros y presidentes que lo recibirán en Europa. Era un Santos repotenciado y locuaz: estaba en lo suyo, en la diplomacia de banquetes y gobelinos, protocolos y homenajes.

Él quería contarnos que visitará mansiones y palacios, que se cruzarán muchas venias, que le concederán audiencias privadas y que saldrá de un almuerzo real en algún país con los minutos contados para llegar a otro banquete real en otro país, cumpliendo en un solo día con más citas que las que aquí atiende en toda una semana. O en un mes.

Que en Bogotá se queden las penas y los males junto con el megadéficit presupuestal. Que a los reyes nada se les diga de impuesto a la riqueza ni de reformas tributarias. Que se queden en Bogotá la inseguridad, las ‘bacrim’, el desequilibrio de poderes, la salud quebrada, el paro de la justicia, el paro del Inpec y el hacinamiento carcelario.

Aquí queda Vargas Lleras, con casco a bordo, gobernando. Y Gina. Y que al doctor Santos no lo distraigan en estos días de ensueño porque hay mucho en juego: las imágenes para la historia, el Premio Nobel, el álbum de fotografías, el baúl de los recuerdos. Claro. Porque él no es cualquier presidente provinciano de república bananera, sino un líder global, que irrumpe luminoso desde esta América indómita y contradictoria.

Y llega bien preparado tras haber experimentado con los pobres Carlos y Camila como conejillos de Indias, a quienes en tres días de desafíos gástricos los sometieron a quince cocteles con jugo de borojó, degustación de chontaduro, cata de cacaos amazónicos, ovejas esquiladas, ruana boyacense, camiseta futbolera y parque del Chiribiquete con todo y corbata inglesa, pero sin Caladryl en el real y colorado pescuezo para evitar el salpullido tropical.

Los comunicados proforma del gobierno ya están preparados. Imagino yo. Dirán que nunca antes un presidente colombiano había tenido tanto éxito en Europa. Que fue una gira histórica. Que Europa quedó deslumbrada con Juan Manuel. Que allá sí son capaces de reconocer lo que tanto miope en Colombia no quiere ver y que la paz es inatajable porque toda Europa la respalda. Se cuidarán eso sí de no mencionar que Amnistía Internacional envió memorando al rey Felipe, según informa El Espectador, en que advierte que el proceso de paz con las Farc “no contiene ningún compromiso para llevar ante la justicia a los responsables de abusos y violaciones de los derechos humanos”.

Y no dirán que, mientras la sonriente comitiva presidencial abordaba el FAC-001, las mismas Farc que siembran minas alrededor de las escuelas, disparan contra ambulancias y rematan policías con tiros de gracia y ‘operación pistola’ negaban cualquier responsabilidad en crímenes de lesa humanidad.

Tampoco dirán que el fondo para el posconflicto no existe aún, que apenas quedará habilitado a finales del 2015 o en el 2016, ni nos recordarán que la eurozona anda en la olla, que las economías están en crisis, que su hueco fiscal de vacas flacas es más grande que el de Cárdenas y que, si nos descuidamos, la totuma la pasan ellos.

Parece que se vienen muchos comunicados y pocos resultados. Mucho banquete y poco billete. Ya lo veremos en el publirreportaje televisado color de rosa que nos clavarán, en tiempo triple A por todos los canales, sobre las hazañas europeas de nuestro iluminado Presidente, y que los televidentes estoicos soportarán en sus hogares siempre que no afecte el horario de emisión de La voz kids.

Que tenga buen viaje, señor Presidente. ¡Viva Europa! Salude por favor a los reyes en nombre de su sufrido pueblo colombiano.

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