¿Qué ha hecho Duque?

Apenas ha pasado un mes desde la posesión del presidente Duque y, desde el principio, cuando apenas llevaba una semana de gobierno, empezaron algunos comunicadores y políticos añorando la mermelada, a hacerse esa pregunta. Si la hicieran al desgobierno de Juanpa -como le gusta que le digamos- qué hizo en esos ocho años la respuesta no sería nada distinto a acabar con Colombia. Todo eso fue lo que Duque encontró para arreglar. Pero no podrá hacerlo en los ocho primeros días ni en el mes que apenas cumple. Esa será tarea de titanes para varios años.

A pesar de todo y para dolor de algunos, ha viajado a las regiones más complicadas para enterarse personalmente de los problemas, entregó proyectos de ley contra la corrupción, aun antes de que se desarrollara la costosa e inútil consulta. Ya ha dado golpes contundentes a los grupos armados, cosa que el indigno y fugitivo expresidente no hizo y, por el contrario, permitió su fortalecimiento.

Las Fuerzas Armadas de Colombia han recibido el apoyo del presidente cuando las encontró desmotivadas, ahora están actuando y dando golpes a los terroristas. Ya los líderes del terrorismo, contemplados por el indigno fugitivo, están escondidos y buscando refugio donde su amigo venezolano. Ahora se volvió a perseguir la distribución de drogas en las calles de las ciudades y se está evitando el consumo en los lugares públicos como manda el Código de Policía. Ya se mueve el canciller Trujillo por los países amigos para buscar salidas al problema de Venezuela y el éxodo generalizado de venezolanos hacia los países vecinos, especialmente hacia Colombia.

Eso, y mucho más, ha hecho Duque sólo en un mes, cuando encontró un país acabado en los nefastos ocho años de gobierno del indigno fugitivo.

Escuché la entrevista al presidente Duque que le hicieron en Caracol el lunes anterior, con motivo de los setenta años que cumple esta cadena nacida en Antioquia. A pesar de preguntas e insistencias para enredarlo, mostró lo que es, un gran estadista, un conocedor del país como pocos y un excesivo respeto para no contestar nada que signifique espejo retrovisor que, a su pesar, tendrá que utilizarlo algunas veces para que el país sepa la verdad sobre el caos desarrollado durante ocho años. En esa entrevista no podía faltar la pregunta y ataque por el nombramiento del doctor Alejandro Ordóñez. Mostró, el presidente Duque, lo que es el doctor Ordóñez, sus experiencias, sus conocimientos, su capacidad de trabajo y todas sus calidades. No sé qué es lo que significa para algunos la libertad de cultos, lo atacan sólo por ser un católico practicante y convencido como somos muchos colombianos.

Otro tema: este diario publicó, el domingo anterior, una larga lista de teléfonos de emergencias. Cuarenta y cuatro números distintos cuando hay uno solo que cubre todo, o lo tiene que cubrir porque para eso fue instalado el 123. Es imposible tener en la memoria tal cantidad de números telefónicos para recordarlos en un momento de emergencia. El 123 se instaló para servicio de todas esas entidades y muchas más, así funciona en todo el mundo el número único. Definitivamente estamos en un país con mentalidad de subdesarrollo.

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