¿Qué hablen los generales?

Desde que se inició el proceso de paz en La Habana se ha notado cierto malestar dentro de las Fuerzas Militares y de Policía, especialmente en uso del buen retiro.

Y no es para menos, los generales de todos los estamentos Militares y de Policía, – activos o en retiro-, en una u otra forma, deben tomar parte activa en el proceso de paz, ellos tienen mucho que aportar, no hacerlo, considero que es romper los protocolos de la sindéresis y el buen juicio de la razón, con grave peligro de sea una paz entregada, con cierto tufillo de revancha a favor de los grupos armados  al margen de la Ley.

Hay que aceptar que buena parte de la opinión pública, tiene desconfianza del proceso de paz, puesto que se ha guardado cierto mutismo, la conciencia nacional no está tranquila, puesto que ven que en la negociación hay cierto pragmatismo guardado en las altas élites del poder.

Se sabe de fuente muy segura que la presencia de los dos generales en (r) Mora Rangel del Ejército y Óscar Naranjo de la Policía, se está convirtiendo en la piedra en el zapato para el Gobierno, puesto que según dicen: no tragan entero y no están de acuerdo con ciertos puntos de la agenda, puesto que hieren flagrantemente la susceptibilidad de la sociedad civil y de las Fueras Armadas.

Todos los colombianos somos conscientes que las Fuerzas Militares y de Policía, son las que más han sufrido los rigores de la guerra, y son miles los subalternos que han padecido los fragores de los combates y miles los funerales que se han celebrado en diferentes regiones del país, justamente por las masacres en emboscadas cometidas por la guerrilla, es un panorama más que desolador: miles de viudas y huérfanos, hijos de militares que fueron asesinados en cumplimiento del deber, y los miles de discapacitados que claman por un mejor mañana.

Causa verdadera angustia y dolor visitar los dispensarios del Ejército y de Policía, donde se encuentran cuadros desgarradores de jóvenes militares que perdieron parte de sus extremidades al pisar una mina antipersonal, varios de ellos sin piernas y sin manos, con la mira obnubilada en el horizonte, pero quizás con el orgullo de estar viviendo por haber defendido las Instituciones Democráticas.

Según indicios, el General Mora Rangel, se paró de la mesa de negociación muy molesto puesto que no está de acuerdo, cuando la guerrilla propuso, que “firmarían la paz, pero jamás entregarían las armas”, fuera de otros esperpentos que han sugerido, que hieren flagrantemente la sensibilidad militar de un hombre curtido y combatiente al fragor de la lucha no solamente contra la guerrilla, sino, contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.

Es que la Fuerza Pública, en cabeza de sus Generales, en una u otra forma son los protagonistas de lo que ha venido sucediendo en nuestro país,- en más de cincuenta años de confrontación- en materia de orden público, los Generales tienen muchas experiencias que contar que indudablemente servirán para ilustrar a favor o en contra el proceso de paz que se adelanta con el guerrilla de las FARC.

Los testimonios de los generales tanto en uso del buen retiro, como en servicio activo, son indispensables en el proceso de paz, ellos llevan heridas en el cuerpo y en el alma, y sabrán aconsejar en el momento oportuno cuales deben ser los puntos básicos de la agenda de paz y hasta donde se puede llegar, para que los representantes del Gobierno en la mesa de negociación no vayan a cometer ligerezas.

Tenerlos al margen, no es conveniente para nuestras instituciones democráticas, puesto que en una u otra forma las han defendido cada uno desde sus puestos de mando, bien sea de las Fuerzas Militares o de Policía, saben muy bien en qué momento tuvieron que ofrendar sus vidas, y las de sus hombres para preservar el orden constitucional y evitar que el país se fuera por los despeñaderos del caos y la anarquía.

Al proceso de paz que se adelante en La Habana, con la participación de dos comisiones: una del Gobierno y la otra de la guerrilla de las FARC, le está haciendo falta unos protagonistas fundamentales y son los Generales de la República, que, tanto en uso del buen retiro, como varios en servicio activo, no están de acuerdo con lo que se está negociando.

A los Generales de uno u otro bando de las Fuerzas Militares y de Policía, hay que escucharlos, pero sin la mordaza gubernamental, simple y llanamente para que expresen todo lo que experimentaron cuando fueron o son comandantes de los diferentes estamentos militares, que hoy se encuentran en servicio activo o en la Reserva.

Considero que el Gobierno, debería replantear el proceso de paz, nombrando una comisión de Generales, con el fin de cuenten sus experiencias de todas las batallas que libraron desde sus puesto de mando, en lo que sea posible señalar los responsables, con el fin de generar responsabilidades y establecer la forma en que debe indemnizarse las víctimas del conflicto armado.

Se sabe de fuentes fidedignas que existen cientos de personas que en una u otra forma fueron víctimas de la violencia en calidad de: desplazamiento, voladuras de infraestructuras o violación a los derechos humanos, además de las masacres, pero, que no tienen a quien acudir para que se les tenga en cuenta, por eso los Generales, deben ser parte fundamental puesto que solamente ellos, que vivieron en carne propia el conflicto armado, sabrán desenmascarar a los responsables, identificar a las víctimas y así evitar que se cometan injusticias.

Lo más grave de todo, es que las víctimas huérfanas de representación, en su mayor parte son humiles campesinos que fueron despojados de sus predios, sus mujeres violadas, o masacrados en una noche de terror.

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